Para entonces
Entonces era cierto. El silencio sea un momento mientras las palabras duermen. Y en sus sueños aparecen más palabras. Sobre todo las de amor y ternura. Para entonces habremos recorrido aguas. Y con recomendaciones no atendidas habremos llegado a las Itacas. Donde nada hay más que esteros. Hierbas chaparras. Y el trabajo paciente de las hormigas. Para entonce ya no estaremos. Viejos amarrados a un árbol seco. Sin espera de fruto o reverdecer de hojas. A mar de recuerdos de todas las islas que definen mi destino.
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