Que seas capaz de mirar

Que seas capaz de mirar lo que no se ve. Lo evidente es sencillo. Lo que está de este lado de la nariz. Pero asomarse más allá. Lo que está detrás de la pared. Las palabras que no se dicen. Lo que no se escribe. Capaz de mirar el alma de las cosas. Y la rosa de las almas. En ese mirada de frente. En ese sonreír sin recato. Que seas capaz de escudriñar los vericuetos. De las relaciones. De las emociones. Y seguir en el camino. A pesar de los disparos de ira de los otros. A pesar de la ambición desmedida por el oro. Ese afán de tener hasta más allá del horizonte. Mirar constante. Contrario a la ceguera moral. Esa construcción de indiferencias mutuas, recíprocas y generales. Que seas capaz de mirar en las miradas de lo que falta, de lo que se adolece, Y llevar el grano propio de arena a la construcción del paraíso aquí en la tierra. Que seas capaz de mirarte al espejo. Y entonces sí te reconozcas. E inicies cambios.

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