Esconden la cabeza
Esconden la cabeza. Voltean a otro lado. Ven sin mirar. Pierden su tiempo. Se creen salvos. Mientras el tiempo pasa. Y la lumbre de a poco llega a sus aparejos. Entonces es cuando voltean a ver a los otros en busca de auxilio. Palabras de aliento. Y están solos. Les quedó bien la moda. Mas ya pasó el tiempo de la abundancia. Incurrieron en excesos. El peor: no descubrir, no apreciar, en la vida, la belleza de lo sencillo, de los actos solidarios.
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