Sueña

Descansa. Duerme. Sueña. La vida se suspende por horas. O minutos. Y en esa muerte simulada se respira bajo. Y las imágenes se dan vuelo caminando del revés. O de manera distinta a lo normal. Los lugares comunes desaparecen. Preciso por eso soñar hasta que la noche diga que el fuego ha terminado. Y entonces al despertar recuerdas con vaguedad lo sucedido en la realidad del sueño. Hermosas caricias. Dinero de sobra. El acantilado en el mar. Esa sonrisa que evoca. La boca luz en labios necesaria. La moneda en el aire de la esperanza. La vida misma en el sueño.

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