Anda, vamos por el pan

Anda, vamos por el pan. Remontemos el frío ambiente que hiela el alma. Un café caliente y pan tibio se antoja. Se hace necesario en esta divinidad de tiempo. Dormiremos flores. Cantaremos canciones para arrullo.  Con el fin de distraer el frío.  El frío cala como alfileres cuando se entierran en la piel. Por eso, anda, vamos por el pan. Lo amerita la existencia misma. Y los sueños con sonrisas. La confianza se ha construido. A base de palabras y secretos. Anexando polvos mágicos como notas musicales. El pan ha de ser recién salido del horno. Con ese dulzor en la harina. Y mermelada. Desde niño como pan de dulce. Panadería de pan filo. Mi padre me lo llevaba y en las noches lo colgaba junto a mi cabecera. Y dormido tanteaba el pan. Y mi padre sacaba una pieza y la ponía en mi mano.  Por las mañanas leía el verso escrito en la bolsa de estraza. Recuerdos de siempre en ese axioma sin pan no hay aroma. Preciso por eso. Recordarnos siempre. La vida ha de irse en ese fluir de tiempo. Y en esos instantes breve de dicha prodigarnos. Pan. Que no ha de ser de pan solo viva el hombre. Pero alimenta cuerpo y alma. Anda, vamos.

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