Aunque no quieras

Aunque no quieras la vida se va. La flor se marchita. El polvo impera. No duele la palabra por sí misma. Sino por quien la pronuncia. Certera. Exacta. No hiere la espina. Hiere hacer contacto con ella. He allí el amor. Hiere aunque huyas. Porque la vida es pródiga en amor. Solo que, ciegos, ignoramos la belleza. La amistad. El valor de las cosas. Aunque no quieras. El silencio se impone. En él van todas las palabras, ya sin sonido. Vuela el pensamiento. Percibimos lo inmenso, lo eterno. Mas un día dejamos de interesarnos por la nube o la estrella. Porque ya la alcanzamos, sin darnos cuenta. "No hables de la muerte", me sugieren. Y creo que tienen razón. La muerte habla por sí misma en su silencio y compañía a la vida. Rostro de la misma moneda. La cara oculta de la luz. Y llega la noche. Belleza es admirar la luz aún en el crepúsculo. Y la luz es el amor en la oscuridad. Aunque no quieras. Vamos al último andén.

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