Hambre
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POESIA Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha OCTUBRE 22, 2012 «… Porque donde una cuencas vacías amanezcan, ella pondrá dos piedras de futura mirada…» MH «El hambre» I Tened presente el hambre: recordad su pasado turbio de capataces que pagaban en plomo. Aquel jornal al precio de la sangre cobrado, con yugos en el alma, con golpes en el lomo. El hambre paseaba sus vacas exprimidas, sus mujeres resecas, sus devoradas ubres, sus ávidas quijadas, sus miserables vidas frente a los comedores y los cuerpos salubres. Los años de abundancia, la saciedad, la hartura, eran sólo de aquellos que se llamaban amos. Para que venga el pan justo a la dentadura del hambre de los pobres aquí estoy, aquí estamos. Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente, los que entienden la vida por un botín sangriento: como los tiburones, voracidad y diente, panteras deseosas de un mundo siempre hambriento. Años del hambre han sido para el pobre sus años. Sumaban para el otro su cantidad los panes. Y el hambre alobadaba sus rapaces rebaños de cuervos, de tenazas, de lobos, de alacranes. Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas, cicatrices y heridas, señales y recuerdos del hambre, contra tantas barrigas satisfechas: cerdos con un origen peor que el de los cerdos. Por haber engordado tan baja y brutalmente, más abajo de donde los cerdos se solazan, seréis atravesados por esta gran corriente de espigas que llamean, de puños que amenazan. No habéis querido oír con orejas abiertas el llanto de millones de niños jornaleros. Ladrábais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas a pedir con la boca de los mismos luceros. En cada casa, un odio como una higuera fosca, como un tremante toro con los cuernos tremantes, rompe por los tejados, os cerca y os embosca, y os destruye a cornadas, perros agonizantes. II El hambre es el primero de los conocimientos: tener hambre es la cosa primera que se aprende. Y la ferocidad de nuestros sentimientos, allá donde el estómago se origina, se enciende. Uno no es tan humano que no estrangule un día pájaros sin sentir herida en la conciencia: que no sea capaz de ahogar en nieve fría palomas que no saben si no es de la inocencia. El animal influye sobre mí con extremo, la fiera late en todas mis fuerzas, mis pasiones. A veces, he de hacer un esfuerzo supremo para acallar en mí la voz de los leones. Me enorgullece el título de animal en mi vida, pero en el animal humano persevero. Y busco por mi cuerpo lo más puro que anida, bajo tanta maleza, con su valor primero. Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos donde la vida habita siniestramente sola. Reaparece la fiera, recobra sus instintos, sus patas erizadas, sus rencores, su cola. Arroja sus estudios y la sabiduría, y se quita la máscara, la piel de la cultura, los ojos de la ciencia, la corteza tardía de los conocimientos que descubre y procura. Entonces solo sabe del mal, del exterminio. Inventa gases, lanza motivos destructores, regresa a la pezuña, retrocede al dominio del colmillo, y avanza sobre los comedores. Se ejercita en la bestia, y empuña la cuchara dispuesto a que ninguno se le acerque a la mesa. Entonces sólo veo sobre el mundo una piara de tigres, y en mis ojos la visión duele y pesa. Yo no tengo en el alma tanto tigre admitido, tanto chacal prohijado, que el vino que me toca, el pan, el día, el hambre no tenga compartido con otras hambres puestas noblemente en la boca. Ayudadme a ser hombre: no me dejéis ser fiera hambrienta, encarnizada, sitiada eternamente. Yo, animal familiar, con esta sangre obrera os doy la humanidad que mi canción presiente. Miguel Hernández De: «El hombre acecha» Recogido en “Miguel Hernández – Obra Completa I” Ed. Espasa – Clásicos Edición publicada con motivo del centenario del nacimiento de Miguel Hernández en 2010. ISBN: 978-84-670-3294 (del tomo I) Miguel Hernández dedicó este libro, «El hombre acecha», a Pablo Neruda; así comenzaba su dedicatoria: «Pablo: Te oigo, te recuerdo en esa tierra tuya, luchando con tu voz frente a los aluviones que arrebatan la vaca y la niña para proyectarlas en tu pecho. Oigo tus pasos hechos a cruzar la noche, , que vuelven a sonar sobre las losas de Madrid, junto a Federico, a Vicente, a Delia, a mí mismo…» Miguel Hernández Gilabert nació en Orihuela, Alicante, el 30 de octubre de 1910. Aunque tradicionalmente se le encuadra en la generación del 36, Miguel Hernández estuvo más próximo a la generación anterior, siendo considerado por Dámaso Alonso como “genial epígono de la generación del 27″. En febrero de 2011, la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo de España denegó la posibilidad de un recurso extraordinario de revisión de la condena solicitado por la familia. Murió el 28 de marzo de 1942, en la enfermería de la prisión alicantina, siéndole negado su traslado a un hospital para tratar la tuberculosis que padecía, y que contrajo como complicación, tras una bronquitis y un brote de tifus mal tratado. Eran las 5:32 de la madrugada del 28 de marzo de 1942; sólo tenía 31 años de edad. Se dice que no pudieron cerrarle los ojos, sobre lo que él que fue su gran amigo Vicente Aleixandre, compuso un poema. Fue enterrado en el nicho número 1009 del cementerio de Nuestra Señora del Remedio de Alicante, el día 30 de marzo. También de Miguel Hernández en este blog: «Miguel Hernández: Llamo a la juventud»: AQUÍ «Miguel Hernández: Antes del odio»: AQUÍ «Miguel Hernández: A Federico Garcia Lorca, Elegía primera»: AQUÍ «Miguel Hernández: El último rincón»: AQUÍ «Miguel Hernández: Guerra»: AQUÍ «Miguel Hernández: Campesino de España»: AQUÍ «Miguel Hernández: El labrador de más aire (Fragmento)»: AQUÍ «Miguel Hernández: Camposanto»: AQUÍ «Miguel Hernández: Madre España»: AQUÍ «Miguel Hernández: Hijo de la luz y de la sombra»: AQUÍ «Miguel Hernández: En mi barraquica»: AQUÍ «Miguel Hernández: El Rayo que no cesa» AQUÍ «Miguel Hernández: El herido»: AQUÍ «Miguel Hernández: Hoy hace 70 años le murieron en Alicante – Nanas de la cebolla»: AQUÍ «Miguel Hernández: Soneto Final»: AQUÍ «Miguel Hernández: El silbo de afirmación en la Aldea»: AQUÍ «Miguel Hernández, vivo en nuestra memoria: Huerto mio» AQUÍ «Miguel Hernández: Llamo al toro de España»: AQUÍ «Miguel Hernández: Vientos del pueblo» AQUÍ «Miguel Hernández: Sentado sobre los muertos» AQUÍ «Miguel Hernández: Aceituneros (Andaluces de Jaén)»: AQUÍ «Miguel Hernández: «Poemas sociales de guerra y de muerte»: «Nuestra juventud no muere»: AQUÍ «Miguel Hernández: España en ausencia»: AQUÍ «Miguel Hernández: Canción del esposo soldado, de Viento del pueblo»: AQUÍ «Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha»: AQUÍ «Miguel Hernández: El niño Yuntero, de Viento del pueblo»: AQUÍ «Miguel Hernández: Sonreídme»: AQUÍ «Miguel Hernández: Las cárceles, de El hombre acecha»: AQUÍ Bibliografía: Perito en lunas, Murcia, La Verdad – 1933 (Prólogo de Ramón Sijé). Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras – 1933. El rayo que no cesa, Madrid, Héroe – 1936. Viento del pueblo. Poesía en la guerra, Valencia, Socorro Rojo Internacional – 1937 El labrador de más aire, Madrid – Valencia, Nuestro Pueblo – 1937. Teatro en la guerra – 1937. El rayo que no cesa, Ediciones Héroe – 1936. Seis poemas inéditos y nueve más, Alicante, Col. Ifach – 1951. Obra escogida, Madrid, Aguilar – 1952 (Incluye poemas inéditos). Cancionero y romancero de ausencias – 1938–1941 – Buenos Aires, Lautaro, 1958. Antología, Buenos Aires, Losada – 1960 (Selec. y Prólogo de Mª de Gracia Ifach. Incluye poemas inéditos). Obras completas, Buenos Aires, Losada – 1960. Obra poética completa, Madrid, Zero – 1979 El hombre acecha, Santander, Diputación – 1981 24 sonetos inéditos, Alicante, Instituto de estudios Juan Gil-Albert, 1986 (Edición de José Carlos Rovira). Miguel Hernández – Obra Completa – Edición conmemorativa del centenario del poeta – 2 Tomos – Ed. Espasa – Clásicos – 2010. Relacionado Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha febrero 6, 2013 En «Poesia» Miguel Hernández: Sentado sobre los muertos mayo 21, 2013 En «Poesia» Miguel Hernández: Campesino de España octubre 30, 2013 En «Poesia» GENERACIÓN DEL 27MIGUEL HERNÁNDEZPOETAS ESPAÑOLES ADMIN YOU MIGHT ALSO LIKE SANTOS DOMÍNGUEZ: ADA SIN ARDOR MAYO 23, 2012 SALVADOR ESPRIÚ: A VECES ES NECESARIO Y FORZOSO JULIO 10, 2019 SANTOS DOMÍNGUEZ: EL HUMO DE LAS ROSAS AGOSTO 7, 2012 NO COMMENTS Reply BITACORAS.COM octubre 22, 2012 at 3:14 am Información Bitacoras.com… Valora en Bitacoras.com: “… Porque donde una cuencas vacías amanezcan, ella pondrá dos piedras de futura mirada…” “El hambre” I Tened presente el hambre: recordad su pasado turbio de capataces que pagaban en plomo. Aquel jornal al preci…… Reply RECORDANDO A MIGUEL HERNÁNDEZ: CANCIÓN DEL ESPOSO SOLDADO, DE VIENTO DEL PUEBLO | TRIANARTS octubre 30, 2012 at 2:08 am […] “Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha”: AQUÍ Compartelo:Comparte esto:FacebookCorreo electrónicoDiggRelated posts: […] Reply MIGUEL HERNÁNDEZ: EL HAMBRE, DE EL HOMBRE ACECHA » TRIANARTS | TRIANARTS febrero 6, 2013 at 11:12 pm […] “Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha”: AQUÍ […] Reply MIGUEL HERNÁNDEZ: SONREÍDME | TRIANARTS mayo 1, 2013 at 5:03 pm […] “Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha”: AQUÍ […] Reply MIGUEL HERNÁNDEZ: MADRE ESPAÑA | TRIANARTS julio 14, 2013 at 7:34 pm […] “Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha”: AQUÍ […] Reply RECORDANDO A MIGUEL HERNÁNDEZ: HIJO DE LA LUZ Y DE LA SOMBRA | TRIANARTS agosto 1, 2013 at 11:41 am […] “Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha”: AQUÍ […] Reply MIGUEL HERNÁNDEZ: EL NIÑO YUNTERO, DE VIENTO DEL PUEBLO | TRIANARTS agosto 1, 2013 at 11:42 am […] “Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha”: AQUÍ […] Reply RECORDANDO A MIGUEL HERNÁNDEZ: CAMPESINO DE ESPAÑA | TRIANARTS octubre 30, 2013 at 12:26 am […] “Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha”: AQUÍ […] Reply MIGUEL HERNÁNDEZ: ELEGÍA A RAMÓN SIJÉ | TRIANARTS marzo 28, 2014 at 7:55 pm […] “Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha”: AQUÍ […] Reply MI RECUERDO A MIGUEL HERNÁNDEZ: LLAMO A LA JUVENTUD | TRIANARTS octubre 30, 2014 at 1:19 am […] “Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha”: AQUÍ […] Reply MIGUEL HERNÁNDEZ: A FEDERICO GARCIA LORCA, ELEGÍA PRIMERA - TRIANARTS agosto 18, 2015 at 12:44 am […] “Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha”: AQUÍ […] Reply MI RECUERDO A MIGUEL HERNÁNDEZ: LA LLUVIA - TRIANARTS octubre 30, 2015 at 1:48 am […] “Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha”: AQUÍ […] DEJA UN COMENTARIO Este sitio usa Akismet para reducir el spam. 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Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas, cicatrices y heridas, señales y recuerdos del hambre, contra tantas barrigas satisfechas: cerdos con un origen peor que el de los cerdos. Por haber engordado tan baja y brutalmente, más abajo de donde los cerdos se solazan, seréis atravesados por esta gran corriente de espigas que llamean, de puños que amenazan. No habéis querido oír con orejas abiertas el llanto de millones de niños jornaleros. Ladrábais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas a pedir con la boca de los mismos luceros. En cada casa, un odio como una higuera fosca, como un tremante toro con los cuernos tremantes, rompe por los tejados, os cerca y os embosca, y os destruye a cornadas, perros agonizantes. II El hambre es el primero de los conocimientos: tener hambre es la cosa primera que se aprende. Y la ferocidad de nuestros sentimientos, allá donde el estómago se origina, se enciende. Uno no es tan humano que no estrangule un día pájaros sin sentir herida en la conciencia: que no sea capaz de ahogar en nieve fría palomas que no saben si no es de la inocencia. El animal influye sobre mí con extremo, la fiera late en todas mis fuerzas, mis pasiones. A veces, he de hacer un esfuerzo supremo para acallar en mí la voz de los leones. Me enorgullece el título de animal en mi vida, pero en el animal humano persevero. Y busco por mi cuerpo lo más puro que anida, bajo tanta maleza, con su valor primero. Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos donde la vida habita siniestramente sola. Reaparece la fiera, recobra sus instintos, sus patas erizadas, sus rencores, su cola. Arroja sus estudios y la sabiduría, y se quita la máscara, la piel de la cultura, los ojos de la ciencia, la corteza tardía de los conocimientos que descubre y procura. Entonces solo sabe del mal, del exterminio. Inventa gases, lanza motivos destructores, regresa a la pezuña, retrocede al dominio del colmillo, y avanza sobre los comedores. Se ejercita en la bestia, y empuña la cuchara dispuesto a que ninguno se le acerque a la mesa. Entonces sólo veo sobre el mundo una piara de tigres, y en mis ojos la visión duele y pesa. Yo no tengo en el alma tanto tigre admitido, tanto chacal prohijado, que el vino que me toca, el pan, el día, el hambre no tenga compartido con otras hambres puestas noblemente en la boca. Ayudadme a ser hombre: no me dejéis ser fiera hambrienta, encarnizada, sitiada eternamente. Yo, animal familiar, con esta sangre obrera os doy la humanidad que mi canción presiente. Miguel Hernández De: «El hombre acecha» Recogido en “Miguel Hernández – Obra Completa I” Ed. Espasa – Clásicos Edición publicada con motivo del centenario del nacimiento de Miguel Hernández en 2010. ISBN: 978-84-670-3294 (del tomo I) Miguel Hernández dedicó este libro, «El hombre acecha», a Pablo Neruda; así comenzaba su dedicatoria: «Pablo: Te oigo, te recuerdo en esa tierra tuya, luchando con tu voz frente a los aluviones que arrebatan la vaca y la niña para proyectarlas en tu pecho. Oigo tus pasos hechos a cruzar la noche, , que vuelven a sonar sobre las losas de Madrid, junto a Federico, a Vicente, a Delia, a mí mismo…» Miguel Hernández Gilabert nació en Orihuela, Alicante, el 30 de octubre de 1910. Aunque tradicionalmente se le encuadra en la generación del 36, Miguel Hernández estuvo más próximo a la generación anterior, siendo considerado por Dámaso Alonso como “genial epígono de la generación del 27″. En febrero de 2011, la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo de España denegó la posibilidad de un recurso extraordinario de revisión de la condena solicitado por la familia. Murió el 28 de marzo de 1942, en la enfermería de la prisión alicantina, siéndole negado su traslado a un hospital para tratar la tuberculosis que padecía, y que contrajo como complicación, tras una bronquitis y un brote de tifus mal tratado. Eran las 5:32 de la madrugada del 28 de marzo de 1942; sólo tenía 31 años de edad. Se dice que no pudieron cerrarle los ojos, sobre lo que él que fue su gran amigo Vicente Aleixandre, compuso un poema. Fue enterrado en el nicho número 1009 del cementerio de Nuestra Señora del Remedio de Alicante, el día 30 de marzo. 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Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras – 1933. El rayo que no cesa, Madrid, Héroe – 1936. Viento del pueblo. Poesía en la guerra, Valencia, Socorro Rojo Internacional – 1937 El labrador de más aire, Madrid – Valencia, Nuestro Pueblo – 1937. Teatro en la guerra – 1937. El rayo que no cesa, Ediciones Héroe – 1936. Seis poemas inéditos y nueve más, Alicante, Col. Ifach – 1951. Obra escogida, Madrid, Aguilar – 1952 (Incluye poemas inéditos). Cancionero y romancero de ausencias – 1938–1941 – Buenos Aires, Lautaro, 1958. Antología, Buenos Aires, Losada – 1960 (Selec. y Prólogo de Mª de Gracia Ifach. Incluye poemas inéditos). Obras completas, Buenos Aires, Losada – 1960. Obra poética completa, Madrid, Zero – 1979 El hombre acecha, Santander, Diputación – 1981 24 sonetos inéditos, Alicante, Instituto de estudios Juan Gil-Albert, 1986 (Edición de José Carlos Rovira). Miguel Hernández – Obra Completa – Edición conmemorativa del centenario del poeta – 2 Tomos – Ed. 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