El Ágora en ruinas
1. Sócrates llegó al Ágora y miró el abandono. Se jaló de los cabellos. En su labios se le dibujaron las palabras que mascullaron sobre nivel de incompetencia, rayana en lo criminal. Se jaló de los cabellos y quedó un poco más calvo. "¿Qué os pasa en el Ágora?" "Pasa que no pasa nada" "¿Y cuál es la razón de ese nada?" "Que ya no hay bullicio. Que ya no hay clases. Ni esperanzas" "¿Y qué pasó entonces que parece el paso de un huracán o inundación que arrasa?" Pocos dicen algo. La multitud en su mayoría calla. "Pareciera que la cultura no importa", dijo. "No pareciera, si no que es un insulto el desparpajo". "Es soez el maltrato a la cultura".
2. Estamos en Atenas, una ciudad pequeña, un pueblo grande, a como se le vea, una bella villa, donde florecieron las artes. Aún quedan vestigios del Partenón, alguna biblioteca grande. Hay esculturas por doquier. Rebota el eco de los discursos de Demóstenes. "Un eco perdido en el ayer. ¿Se acuerdan?", dijo un estudiante. "Yo reclamo mis derechos", dijo otro. Y otro más "el derecho a la cultura". Los gatos pululan ahora en el abandono del recinto, otrora prez de la cultura. Ratas andan en su espacio como si nada. Donde había un piano ahora hay un agujero. Sócrates mira basura y cucarachas.
3. El Ágora ha sido punto de reunión, alimento de esperanzas. Se escuchaban las notas hiladas, armónicas. Se escuchaban los coros y la danza. Se les veía llegar a jóvenes, hombres y mujeres con sonrisa. Se hablaba siempre de años anteriores, de cuando otros gobiernos dieron auge y prioridad a las actividades de arte y cultura. ¿Es ignorancia? ¿Desfachatez? ¿O todo junto? Sí, me refiero al Ágora. Al Agora de apenas años pasados. Donde el tiempo se detuvo con sonrisa como mueca. Donde se articulan actividades artísticas. Cuyo nombre (ÁGORA) representa grandeza en la cultura y las artes. Punto de reunión donde se han tejido sueños de ser mejores. Donde se imparten clases de lo que es más alto en el ser humano. Orgullo por presumir. Obra arquitectónica por cuidar. Tesoro de la cultura por acrecentar, no disminuir.
4. Esa Atenas, villa bella, tuvo su auge en otros tiempos. Festivales de música. Obras de teatro. Presentación de orquestas y tríos o cuarteto de cámara. Entraban con inquietudes las personas. Salían transformadas en otros, otras. En sus aulas se escuchaban las clases nítidas, en la comunicación plena de quien quiere aprender y quien quiere enseñar. Fuente de trabajo. Pentagramas donde s eleva el canto de los pájaros enamorados de la humanidad, palomas amorosas con su cucú maestro.
5. Hubo otro tiempo que bien se recuerda. Pero vino la barbarie. Se instaló la barbarie en la administración. Y aquella pujanza se vino abajo. No de de un día para otro. Se fue tejiendo en miopía creciente, en no ver más allá de "las narices". En creer que el arte no sirve para nada. Si acaso de entretenimiento. Y que cultura es un taco que se come y se excreta. Y entonces todo se ha venido abajo. "No genera plusvalía política", "es muy alto el costo". Son parte de expresiones en la ausencia de comprensión de lo que es el arte y su enseñanza. rampante que nulifica todo diálogo.
6. Asiduo era Sócrates al Ágora. Allí incomodaba como todo buen filósofo a sus amigos y más a sus enemigos, que los tenía. "Yo solo sé que nada sé", dicen que decía. Y sabía, solo que su expresión refería en contrapartida, como burla a los sofistas que se vanagloriaban en saber, pero para tergiversar la razón, y engañar con medias mentiras y medias verdades. "Pero decid qué es la verdad y la realidad", les cuestionaba Sócrates. Y los sofistas huían de ese látigo verbal del pensamiento, que era Sócrates. Allí en el Ágora se discutía y argumentaba. Allí en ese lugar de Atenas, era preferido para las piezas de oratoria que ilustraban sobre política, con argumentos en pro o en contra de un asunto de interés de los atenienses. Se dice que el Ágora es basamento y estandarte de lo mejor que tuvo la cultura ateniense. Así que todo lugar en todas partes del mundo donde se establezca un Ágora se porque se tiene visión de un futuro mejor, más armónico, más pacífico, más amoroso.
7. El Ágora de Atenas fue construido, destruido y reconstruido. Los vencedores extranjeros la destruían. Los atenienses la levantaban de nuevo, porque sabían lo que representaba para el crecimiento cultural de los ellos (los libres, claro). Reflexiones, discusiones, enseñanzas, propuestas, eran las actividades del pensar. Los asuntos públicos se debatían allí. Los juicios, lo mismo. Por eso la destruían los invasores, porque era centro de reunión de los atenienses. Centro de organización. de ponerse de acuerdo. Era un peligro. Y así son las ágoras de todo el mundo. Por eso militarmente se toman las plazas y los edificios donde se gobierna. Eso significa el ágora. El punto donde se concentra la inteligencia, los valores humanos.
8. A sus alrededores moraba Diógenes. Pericles arengaba en esa magna plaza. Allí lo escuchaban sus compatriotas. Allí se presentaban las obras de los trágicos Esquilo, Sófocles y Euripides. Allí se presentaban las comedias de Aristóteles y Menandro. Allí Aristocles planeaba la nueva ruta de sus disquisiciones filosóficas, que aterrizaron en la Academia, y él con el nombre de Platón. Solo así, con los griegos y sus prácticas cotidianas de reflexiones, y con sus Ágoras, geográficamente bien situada Atenas y sus alrededores, con su benigno clima, se pudieron dar las condiciones para el nacimiento e la filosofía occidental. Que ya florecía con los versos míticos de Homero y con las narraciones epopéyicas de Hesíodo. Ah, el ágora.
9. El Ágora está en el abandono. Se dice que se va a invertir en su reconstrucción. Nada se sabe públicamente. Se ha confinado a parte de su personal en improvisadas y emergentes instalaciones que ya van para casi tres años. A maestros y maestras se les ha cambiado de actividad. Se ha corrido a personal por contrato. El Ágora son ruinas. Hay enojo y frustración en su personal. Si levantan la voz los corren. Pero se tiene la esperanza de que vienen mejores tiempos.
10. Demóstenes: "...Así que, entendiendo bien esos hechos, varones atenienses, y añadiendo todas las demás reflexiones al caso convenientes, os digo que es necesario hacer esfuerzo de voluntad y exaltarse movidos por el enojo y atender a la guerra (por la educación, el arte y la cultura) ahora más que nunca, aportando tiempo animosamente, saliendo personalmente al campo de batalla y no dejando nada en el aire. Que ya no os queda razón ni pretexto para no querer realizar lo debe..."
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