La espera

 1. El hombre espera, aunque no sabe en específico lo que espera. En lo general, la dicha permanente. En lo particular un buen golpe de suerte que le cambie para bien la vida. Sea una cartera llena de billetes que le resuelva la vida en lo económico. Sea un familiar lejano que le deje una herencia para su solvencia permanente. Sea un amigo que llegue a alto puesto en empresa o gobierno y lo llame de ayudante con alto sueldo. No estaría mal, se dice. Mientras tanto.

2. El hombre espera el amor de su vida. Aquella persona con la que soñó desde la niñez. Que fue perfeccionando en la imaginación. Esta me parece que sí, pero no. Siempre les encuentra algún defecto. Que si esto que lo otro. Y nunca se ve con autocrítica en un espejo. Ni pasa su pensamiento por el tamiz del buen decir y de la lógica. Tiene esperanza de ser feliz, aunque la deposita en la llegada de una persona.

3. Afuera de él todo sucede como siempre, aunque con las variaciones normales del clima que oscila entre el frío y el calor. Espera el paso de las cuatro estaciones, pero no las de Vivaldi. Espera la lluvia y verla desde la ventana o caminar con paraguas para no mojarse. Y quizá por eso espera que amaine la tormenta. Los animales enflaquecen o engordan. Alguien muere. Alguien nace. Y la vida sigue. 

4. El hombre mira las noticias. Se entera de atroces e imperiales guerras. De letales pandemias. De la pandemia del hambre muy lejos de su casa. De las grandes compañías que unen intereses y capitales. De empresas que contratan la maquila de sus productos, con familias pobres donde trabajan también los menores a medio dolar la hora. De un hombre atropellado. De la boda de miembros de la realeza. De un asalto bancario y recuerda la frase de Bertolt Brecht de que es peor crear un banco que asaltarlo. Se entera de fraude en las elecciones en otros países. De un animal que escapó del circo. De un hombre que escapó de la cárcel. De una mujer que escapó de su casa. De un suicidio colectivo de niños. Y el hombre sigue buscando en el periódico. Busca en el noticiero. Espera y no sabe bien a bien lo que espera.

5. Hay noticias que le impactan más que otras. Por ejemplo: un anciano abandonado por sus hijos. Un hijo abandonado por sus padres. Un feto en la basura. El asalto a un viejo por un adolescente. Un hijo mata a su padre porque nada le dejó de herencia. Dos hermanos se machetean por la casa y terreno de sus padres que quedó intestado. Y el hombre sigue esperando. Mientras tanto en cada lectura de esas notas dice en lo bajito "¡Qué desgraciados!". Y llora.

6. El hombre espera ganar las discusiones. Siempre tiene el argumento a la mano para quedar arriba en las argumentaciones, de tal manera que su contrario se queda callado. Está seguro de poseer la verdad y de lo equivocado de los otros. Sea en el tema que sea. De Dios y del diablo, del Bing Bang y del Apocalipsis. Sabe si Dios existe o no, si el infierno es en la superficie o en el centro incandescente de la tierra. Y sus amigos le temen enfrascarse en discusiones con él.

7. Los años pasan y no los siente. Soñaba con tener bigote y lo tuvo. Soñaba en tener zapatos nuevos y los tuvo. Soñaba brincar contento, y brincó de felicidad tantas veces. Y la espera de él continúa como si fuera el principio de su conciencia. Como si fuera la solución final. Cree en las buenas intenciones. Se mete a las reuniones a la espera de escuchar la respuesta única y perfecta. Ya cambió de siete religiones. Ya cambió su casa de lugar. Ya cambió de mujer. Y luego de todo eso sigue en la espera.

8. ¿Es feliz o no el hombre en la espera? Él espera ser feliz. No sabe bien a bien lo que significa. En la pobreza piensa que la felicidad es el dinero. En la riqueza (realmente no sé lo que piensa...), a lo mejor piensa que es el poder, tener varias mujeres, tener más dinero. Quizá viajar al espacio. Quizá tener sus dientes de oro. Espera ser feliz. Y le molesta la mosca que se posa en su cara, en la carne o fruta que está por comer. Y mienta madres. Pero sigue en la espera.

9. Como no lo sé de cierto, solo lo supongo, me he puesto a preguntar a distintas personas sobre qué es lo que esperan. A veces coinciden en la palabra felicidad. El enfermo espera sanar. El sano tener paz y armonía. El boxeador ganar en el ring. El médico que lleguen más enfermos a su consultorio. La pedicura que crezcan las uñas más rápido. El corredor de autos ir adelante en la velocidad. El de las prisas espera la calma. El dentista la proliferación de la caries o crezca desviada la muela del juicio. El hombre cansado espera dormir para descansar. Y mientras tanto el descansado mira la televisión hasta que se cansa.

10. La muerte espera tener suerte. Y que mueran muchos más de los que esconde la estadística. Lo mismo el de la funeraria, que se frota de las manos cuando escucha la noticia de una carambola de autos en la carretera cercana. Es de madrugada y enciende las luces de su casa y se prepara para ir al negocio. En el trayecto le habla a su agente de ventas, para mandarlo al lugar de los hechos y repartir las tarjetas, donde viene el número de teléfono y la oferta del dos por uno o rebajas en los ataúdes de lujo.

 

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