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Mostrando entradas de agosto, 2014

Me dijeron

Me dijeron que me esperas, aunque te ocupas mientras tanto en otras cosas. Que me piensas. No tienes prisa, me aseguran. El tiempo te es indiferente. Han sido muchos años. Otro tanto no es mucho. Me dijeron  que sigues guapa. Que haces dieta frugal para ser más carne sobre los huesos. Que sonríes como si nada. Que viajas por todos los confines. "Te dijeron verdad, te espero", confirmó la muerte.

A cuentagotas

Me voy a morir un día, de tanto no dormir. El corazón se debilita. Se extingue el alma a cuentagotas. Ese día vendrá. Lo espero, lejano y lento.

Mi nombre

Mi nombre es efímero. A mas de ser accidental. Diego fuera el que venía en destino, según el almanaque en el 13 de noviembre. Y el destino mismo me puso Antonio. Por el de Padua. Se pierde el origen en lo etrusco o griego. Y sin significado propio. Estimable en lo que pueda. El que enfrenta adversarios. El sonriente. El callado. Alas faltan para las palabras. Mi nombre,  efímero, tardará algo menos que el rostro. Sobre todo en alguna memoria de la estima. Sobre todo al leer algún texto por allí en un libro. O en una hoja de papel guardado. Ya me voy. He escrito mentiras a morir. Eso es literatura. Una manera de endulzar con miel la agrura de saber lo oscuro en la plenitud de luz. El amor es una epopeya del instante. El amor tiene también el nombre del olvido. Cuando pronuncio mi nombre, me levanto y me miro ante el espejo. Este soy yo, me digo, aunque no me llamara Antonio. Digo Diego y es Antonio. Dónde estará escrito mi nombra en la rebambaramba de la despedida. En una hoja de pa...

Este corazón

Torre derribada a construir de nuevo por el juego Corazón con cicatrices mueve el ritmo del día De noche no se antoja la sandía solo escuchar lluvia O que amanezca ya de plano insomnio de fiesta Me ufano de escribir donde nada se dice solo vacíos, huecos La noche febril gotea recuerdos con ojos de búho Este desierto crucemos hay tiempo suficiente menos vida Solo los gatos aducen siete vidas y equivocan las siete Yo tengo una sola vida duermo de día duermo de noche Una sola vida de aprendizaje a medias Este corazón ama a raudales sabe especialista en ausencias

Una sombra

Una sombra en la lluvia de esta madrugada me nombra con aliento de borracha Es una sombra con luciérnaga fistol en el pecho y brilla la mirada aunque no sonríe Esa sombra me llama sin rostro y sin firma y dice con claridad mi nombre y niega con claridad su nombre Yo escribo banalidades Manera de alejar el tedio sin humo de cigarro o cafés a medianoche. Pienso en alejar los adjetivos que se adiheren en la piel y dicen bella a la luz y luminosa mata al no ayudar esa palabra Una sombra se acerca y se aleja y dice versos y los guarda Una luciérnaga calla mientras proyecta sombras

Dejemos

Dejemos que pase la lluvia. El tiempo. La moda. La madrugada. Dejemos que barajeen las cartas. Que el aire sea limpio y el agua. Vamos a esperar el futuro. Que se cumpla el pronóstico. Que salga el nuevo libro. Los dioses amanecen dolidos de tanta indiferencia. Cierran temprano las cantinas. Y las iglesias están clausuradas. Dejemos el porvenir como pasado. Traigamos la ráfaga de viento, la espiga, la flor y el canto. Dejemos pasar el cortejo y la misa. Nosotros somos ahora otros. Nada del pasado nos identifica. Solo nuestra sombra inconfundible Solo nuestra sombra,  la muerte. Ah, y las canciones. Esas precisas canciones.

Nunca juez

Más que juez, siempre parte. Por eso me quito del tema de juzgar a alguien. Es un asunto serio. De pronto el que digan lo que no dije. Por eso gracias por tu tiempo, el café y la mermelada. Y ese rico corazón de chocolate. Y el libro. Nunca olvides el libro que te traje. Van allí algunos versos. Algunas imágenes de la esperanza y de consuelo.  Nunca seré juez que divida o aparte.  Elegiste bien. Y este es el resultado, tu alegre canto. Mi mirada en la copa del árbol, a donde llegan los pájaros.

Y te amo (2)

Las nubes pesan poco. Menos o nada los poemas. Escribo te amo. No importa que no lo leas. No importa que no lo creas. Que no te importe. La ruta que has trazado es buena. La soledad la tengo aprisionada y no la suelto, me divierte aunque duela la espina encajada en la costilla. Solo la soledad me ha permitido conocerme. Y es ganancia que valoro. Este dolor alegra porque me hace ser diferente. Escucho melodías, escudriño rostros, digo mis palabras, camino distraído. De pronto se acerca una paloma y me susurra al oído: veinte. Y no sé que significa. Cruza un gato negro y me saluda. No sé que significa. Y la gitana me dice "te espero para eso de la mano"; la lectura, imagino. El ciego de la esquina me miente al decirme que cree ver tantito con mis palabras. Escribo te amo, y al instante viene en cauda como lluvia tibia el recuerdo de todo.: tu mano, sonrisa, saliva, lunar, tu canto, risa, tu loción, mis besos en tu nariz y frente, tu nenúfar flor. (Borrador)

Posdata

Siempre queda algo por decir Un rencor un amor una sorpresa Un pedazo de vida insoportable Que sin embargo algo nos enseña La vez que fuimos derrotados cual si fuéramos ídolos de trapo Y la otra en que nos rozó un triunfo De esos que no se tienen programados Siempre queda algo por soñar llegar a una frontera tan remota que queda más allá del horizonte y por esa razón es seductora Y un intervalo casi oscuro Del que no nos libramos todavía Y que nos deja inmóviles mirando A esa luna de tantas pesadillas Siempre queda algo por borrar Un aguacero un choque dos domingos Que a pesar de ser poco o casi nada Se resisten a hundirse en el olvido Siempre queda algo por buscar digamos una paz sin atenuantes y una conciencia boba que censura pecados que son simples disparates No queda nada que agregar Al menos encontré lo que buscaba Y si recuerdo alguna otra cosita En todo caso agrego otra posdata (Mario Benedetti)

Aquí está la vida

Cuando hace años leí de Milan Kundera la novela La vida está en otra parte, lo entendí en su contexto, Lo entiendo ahora más a golpe de los besos, o en su ausencia. Más sin embargo le refuto (sé que es un título, sé la situación que se vivía en esas sociedades organizadas de otra manera, políticamente -en su régimen- distintas). Y no. La vida siempre estará aquí, a donde va uno con su propia sombra. ¡A tu salud!

Hay veces que ya no puedo

Hay veces que ya no puedo con tanta tristeza, y entonces te recuerdo. Pero no eres tú. Nacieron cansados nuestro largo amor y nuestros breves amores; los cuatro besos y las cuatro citas que tuvimos. Estamos tristes. Juntos inventamos un concierto para desventura y orquesta, y fuimos a escucharlo serios, solemnes, y nada entendimos. Estamos solos. Tú nunca sabrás, estoy cierto, que escribí estos versos para ti sola; pero en ti pensé al hacerlos. Son tuyos. Ustedes perdonen. Por un momento olvidé con quién estaba hablando. Y no sentí el golpe de mi ventana al cerrarse. Estaba en otra parte. de Rubén Bonifaz 

Tango de tarde

Esto pasará de pronto como rayo y al olvido irá sin duda este segundo, esta hora este día. Triste es el momento en que se nubla todo. Y parece haber asidero solo en el oro o el trono o ser a lo mucho cortesano.. Y parece que es eterno el momento o el minuto Luego me acuerdo del eterno amor y me río pleno como solo yo puedo hacerlo. Y se acrisola la mañana, la tarde y la noche Y al sacrificio aquello que pregoné en un tiempo, como ideales, sueños de un mejor futuro tiro por la borda. Una tarde al sol y sombra admiré y el detalle de caminar con mi mano en tu cintura. A eso refiero la tristeza del instante, que no dura mucho más del daño que el dolor causa. Y cicatriza al fin, y vamos de nuevo. No soy triste -aunque lo este de pronto cuando te nombran, conste cualquier nombre- porque de pronto me acuerdo del chiste aquel, donde mentimos eternidades en el juego del amor, y las prisas olorosas por vernos y el beso de tornillo y las manos en su juego. Río aún por ...

Amiga a la que amo

Poema Amiga A La Que Amo… de Rubén Bonifaz Nuño Amiga a la que amo: no envejezcas. Que se detenga el tiempo sin tocarte; que no te quite el manto de la perfecta juventud. Inmóvil junto a tu cuerpo de muchacha dulce quede, al hallarte, el tiempo. Si tu hermosura ha sido la llave del amor, si tu hermosura con el amor me ha dado la certidumbre de la dicha, la compañía sin dolor, el vuelo, guárdate hermosa, joven siempre. No quiero ni pensar lo que tendría de soledad mi corazón necesitado, si la vejez dañina, perjuiciosa cargara en ti la mano, y mordiera tu piel, desvencijara tus dientes, y la música que mueves, al movere, deshiciera. Guárdame siempre en la delicia de tus dientes parejos, de tus ojos, de tus olores buenos, de tus brazos que me enseñas cuando a solas conmigo te has quedado desnuda toda, en sombras, sin más luz que la tuya, porque tu cuerpo alumbra cuando amas, más tierna tú que las pequeñas flores con que te adorno a veces. Guárdame en la al...

En todo caso

En todo caso el alba o la noche es lo mismo. La sonrisa es serena, los dados y dardos están en la mesa. Hay una gitana. En todo caso dormir en vigilia, para ver si olvidamos el tema. En todo caso la cereza del pastel cuando el silencio es la norma. Dime la verdad. 50 años de condena son muchos. Demasiado. Y el crimen cometido no es para tanto. Si juré amor, es el pasado y presente. En todo caso hay atenuantes. Habría que analizar. En fin, venga el siguiente caso, dice el juez. Y nos damos cuenta que no somos nosotros los de la condena. Porque somos jueces y estamos a salvo, en todo caso.

Ha muerto un hombre, un roble

Murió un hombre, una voz, un  poema, una flor, un tiempo, un viento. Murió un martillo,  una brasa, una luz, un clavo Murió una luciérnaga y un león. Murió una secuencia de imágenes y miradas. Una ola permanente. Un aliento. Una sonora sonrisa. Una pared. Una gran cantidad de agua. Una señal. Un rumbo. Murió un libro para renacer en los niños Murió un bosque y renace de su savia una hoja, una pequeña hoja Murió una nube amplia, grande poderosa y se deja caer en agua. Murió un fuego y se deja sentir en ese sol calcinante Vive el mismo hombre, la misma voz, el mismo sueño Vive la poderosa memoria. Su poderosa luz. Vive ese rostro bello. Esa voz permanente. Hay desolación por ese corazón que se detuvo Hay desolación porque le amamos Porque nos cobijamos en su sombra generosa Hay desolación porque su palabra sonora no llegará más a nuestro oído. Cada vez que levantemos el rostro ese hombre vive Cada vez que digamos verdad en la palabra y la levantemos Cada ve...

Falleció Don Guillermo

  A la 1:20 de esta madrugada del martes 26 de agosto se detuvo el generoso corazón del Dr. Guillermo Morelos García, en la ciudad de Villahermosa, Tabasco. Un hombre de bien, ejempl o de quienes honran la vida con sus decires y actos. Su corazón latió en lucha hasta lo último como su vida misma. Ejemplo de ciudadano. Hombre con gran sentido social. De la izquierda verdadera. Sin titubeos en sus decisiones. Médico oculista con ética. Descanse en paz. Sus restos serán velados en el recinto memorial. Muy lamentable su fallecimiento. Mi abrazo a Graciela Villegas, y a sus hijos, mis hermanos Memo, José Manuel y Chelita. Gran legado de participación ciudadana deja el doctor Morelos. 

Es la usura

Es la usura la culpable, claro. Imaginad la industria de las armas sin guerras. O la industria  farmacéutica sin enfermedades. O la poderosa industria del alcohol sin bebedores. De eso se trata, entonces. Ganar, ganar, acumular. O la industria del entretenimiento en Holliwood sin lo cursi, ni lo banal. O la industria de la belleza sin los egos. O la industria de las aguas simples  sin los modelos de belleza.

Escribir en presente

 El pasado es neblina que poco a poco se borra. Por más que nos detengamos en pasajes de felicidad o tristeza. El mañana tardará en venir. Mas necesitará su propia atención en el hoy. El presente. Voy a caminar. Esperadme. Quiero cosechar sonrisas y palabras. El que estés bien. Que estés mejor. Llegaré de vuelta con la esperanza de siempre. Y un libro o un disco. Y con la seguridad de la verdad. El hoy me motiva. Eres.

Paréntesis

Principio y fin, es lo nuestro, en el destino de estar y luego no. Ese paréntesis breve separa la nada por el inicio, y al cerrar el paréntesis se vuelve a la nada. Ella calló. La música se detuvo al instante. En una fotografía quedó el destello del rayo. "Ese tema me da miedo, no quiero hablar de eso", dijo. Y siguió la fiesta de la vida. El ruido como moda. El eco del pasado en reverberación. La sonrisa ausente. El silencio.

No estaré

Breve es mi paso por el tiempo. Esta fatalidad es la conciencia del hombre. Escribo viento y al instante escucho el ruido de las hojas en el follaje. Caen algunas. Miento crepúsculos. Lluvias miento y  también miento el correr por las calles por esa prisa que ya ni entiendo. No estaré para el cobro de facturas. Ni para otra cicatriz o beso. Ni para dar la clase en el circo con sonrisas y palabras. Con la mirada seca estaré a la vera del camino, fantasma en llanto por la nada. Fantasma que se escurre en la nostalgia de lo que pudo ser. Lo que sería. Mientras esto sucede, escribo en el hoy. Y vienen y van los recuerdos. Salgo a caminar. Tomo un café. Y la extraño.

Estilógrafa para garigoleos

La estilógrafa para garigoleos. La hoja blanca. Unos libros que rescaté cuando el incendio personal. La ventana abierta sigue. Cierro. El aire. Salgo. Era tarde, estábamos en el malecón. Miro el río ya listo para  el rebose del agua. Ya casi, o en varias partes, agua desbordada. Nos tomamos de la mano y lo que suceda que venga, nos dijimos al oído. Es el destino. Pateo una lata. Golpeo un sauce. Indiferentes cruzan y entrecruzan con un hola, con el qué tal.. Era tarde yo desnudo por la calle. Y esa flecha dispuesta a la búsqueda del estruendo en infinito, contenida. Y grabado tu nombre -sí, tu nombre- así sin más ni menos, todo es posible. Camino al borde de la calle. Un pórtico. Unos amigos con cámara para el selfie. "De la cintura para arriba", propongo. Hay unas entradas históricas. Solo, una digo, prefiero. Se alcanzaban a ver los distintos rostros. Queda la foto con música de un tú y yo. Era tarde y yo desnudo por la calle. Es un decir. La gente, con sus prisas. In...

Y te amo

Te amo en el silencio y las palabras, te amo en el enojo u hoja. En la lluvia, nube que cae. En el canto de las aves. oh, musa, música, te amo en la guitarra de mil y miel alientos, sobre todo en la desesperanza. Te amo en el ayer y en el mañana. En las exactas líneas de tu cuerpo y pensamiento. En el fresco monte. En carretera. En el Dios que nos abraza en todo lo que es. En el exacto punto de la flor que reside no precisamente en tu mirada. En el hecho indiscutible de soñar colores,  notas o espigas. En la plantita de maíz que se levanta para el pájaro. En el sorgo  que se derrama de los camiones en carretera y los pájaros lo agradecen. Te amo en la exacta dimensión de lo que sabes significa. Aún con todo lo que se avecina, que siempre es incertidumbre. Es paz mientras tu mirada y aliento permanece.

Las batallas

Importa escoger batallas, y no perderse en esa pólvora que gastamos en infiernitos. Por eso  detened si es posible esas guerras cuando ya no se escriben versos o se mandan guiños con palabras. Memoria de los besos, oh, el incendio de los besos que no se apaga con agua.  Una de las batallas necesarias, es contra el ego y la vanidad. Esos monstruos que nos dominan en búsqueda de nada ser solo en las luces o aplausos. Levanto la mano, busco la foto, rompo mi futuro, sacrifico todo por el muelle. Mi discurso saco del yo. Yo escribo y soy en tanto alguien me lee. Usted me lee. El texto es suyo. (para corregir)

Sobre la amistad

La amistad,  a eso me refiero, que aunque no estemos presentes siempre, o nos nos busquemos, o casi no coincidamos, o más bien estemos lejos, a miles de kilómetros de distancia, a pesar del calor o la lluvia, o de las enfermedades, a pesar de todo, la amistad permanece. Y esta se refiere a coincidir en temas, en visiones de futuro, a querer que las cosas sean mejores, y también a discrepar en asuntos de religión o política.. Fíjate  que dejé de ver por razones de trabajo a muchos amigos de la adolescencia, y treinta años después, nos encontramos y nos miramos y abrazamos y nos platicamos con la misma emoción de la amistad despues de ese tiempo, y compartimos de nuevo la palabra, el alimento y no pocas veces la cerveza, las canciones, etc. Los amigos son pocos. Y si fuera uno (o una sería suficiente) y si llegado el caso ese amigo desaparecier por muerte (queda la memoria), o porque deje de serlo para nosotros, habré de seguir con la seguridad de que la amistad existe y la nece...

También me acuerdo

También me acuerdo de un gatito, del abrazo de mi madre, del cruce en el río bravo, de un camión en carretera en viaje largo, de un paisaje que pocoa poco se fue difuminando, de la llamada de Dios, como si nada, de una flor nenúfar con su brillo, del lado oscuro de la luna, de una pluma que me gusta mucho, de una carpeta corrugada y vieja por el tiempo, de una voz en el oído, de un beso bajo un sauce, de la arena húmeda y canción lejana. También me acuerdo de la voluta de humo en una fotografía de mi padre, del callejón donde caminé descalzo, del mar chiquito de los juegos, de la monstrua de la laguna que terminó con mi inocencia, del mismo gato que creció, pero era un perro, de la maestro de mis clases de inglés, cuando el otoño, de la marimba abandonada, del teatro vacío o lleno, de una mirada, flor, nostalgia. Me acuerdo también del sueño de futuro que no se borra y me acuerdo de ponerle agua a la planta.

No me acuerdo

No hubo cartas ni canciones. Tampoco corazones grabados. No recuerdo un beso siquiera o un abrazo. Tampoco miradas. Lunas no hubo ni poemas. Nada recuerdo porque no lo hubo o quizá sí, mas no recuerdo. ¿Hubo pasaporte para cruzar la frontera de la ropa? ¿Hubo venia para mostrarse interno? No sé qué haya sucedido. Un homenaje al polvo y a la arena. Se desdibujó una sonrisa. No me acuerdo de guiños, caricias. No me acuerdo de nada. -Creerás a ti te digo, hermana. Que no tengo ya recuerdos de nada. -Nada recuerdas, hermano, porque ya no existes.

Me acuerdo

I.- Un gato negro cruzó frente a nosotros por las escaleras. Nosotros estábamos practicando el tema del beso, la lección a exponer al día siguiente. Y nos burlamos de la mala suerte. II.-  La ola nos retaba a tumbarnos, nosotros a resistir. y con mirada cómplice nos dejamos vencer y aprovechamos para un abrazo de esos que llevan fuerza de infinito. III.- Escribo muchas cartas que no mando. Solo porque no tienen destinatario. A veces. Solo a veces lanzo una al mar, para dar realismo y escribir: lancé una carta en botella al mar. A ver si acaso. Yo lo sé. Y no lo sé. IV.- Un ángel se apareció en mis sueños. Y me susurró al oído tantas cosas que me acuerdo y no consigno. Tenía aroma de no me olvides, y su aliento reverbera aún en mi oído, ya despierto.

Ángel

El olvido llegó de pronto, de la mano de un ángel. Sucedió en una Torre de Babel. Ella hablaba ruso, inglés y griego. Yo esperanto.

En esto no creo

Cae como fardo en la calle. Se escucha el golpe seco. Llamen a la ambulancia de los sueños. Cristales rotos. Malabarismo de palabras e imágenes. No creo en lo imposible; cómo me explico. Las miradas abrazan. las palabras derriban paredes y las levantan. No creo en los lugares comunes, a los que todos acuden. No creo en las palabras que cantan  sobre lo inolvidable de lo eterno. Pero aún así que lindo significan en ese breve instante. No creo en el pastel. Ni en las frases lapidarias. No creo en las conmiseraciones. Ni en la ropa. Ni en el ideal de la tropa cuando va ala guerra. No creo en las mercancías como afán de lucro. Tampoco creo en la perra fama. Ni en la efímera vanidad. Tampoco en la divina garza. No creo en los pasos hacia atrás ni en las veinte vidas del gato (solo tiene siete, nunca lo compruebes).

El mensaje

Recibió el primo un mensaje. "La respuesta es no", decía. Uno no, firme, enfático, "es que estoy enamorada de nuevo", agregaba para rematar. El primo se desconcertó. Había extraviado su teléfono en un departamento donde fue invitado a una fiesta de desinhibidos, y con él su directorio, que siempre fue muy completo. Tenía números de todo tipo: amigos, familiares, de la Pizza, swingeers, escort,  tacos, diputado y hasta los de la lotería nacional. Y no lo pensó mucho. Le dedicó tiempo para escribir la respuesta: "perdón, no tengo tu número. He extraviado... -y le explicó todo. Tengo entre aproximadamente cien  probables emisoras de ese tu texto. ¿Podrías hacer el favor de escribir tu nombre?"

En esto creo

En mí y en ti, creo. Cuando digo "en ti" no es específicamente en alguien. Me refiero al otro, al que no soy, y que tiene muchos rostros, muchos sueños, muchas tribulaciones. Y camina o deambula por las calles sin meta, sin plan, la mirada ausente, con deudas, con prisas. Y también el otro con sueños y esperanzas. Creo en la hoja  que está en el árbol, en el suelo y en la que va cayendo al desprenderse de la rama. El viento la arrastra allá o aquí, y se deja llevar. Creo en el pájaro. En el azul o rojo. Y creo en mi. En el pájaro porque aún mudo sigue con su canto sin que lo escuchen más. Es cien mil palabras  que ya no se pronuncian. Creo en mi por las notas al vuelo, con destino, sin destinatario. Creo en el jubilado. Lo mismo si tiene nuevos proyectos y sonrisas, o no los tiene y chupa limón a diario. Creo en el agua, aún contaminada o transparente. En el viento suave de brisa o en el huracanado que levanta polvo y derriba barreras como casas de cartón. Creo ...

Hay un momento del día

Hay un momento del día en que salen las brujas. Son rápidas, alegres y parsimoniosas. Suben a su escoba y vigilan sueños, imágenes de luna y los libros blancos y negros. En ese momento se conjuran todas las maldades. Se pone llave a los malos espíritus para que no salgan. Hay luz en la penumbra y la luna refulge. Las olas se mueven lentas, rítmicas, eternas. Hay un momento en que cae la hoja. A fuerza de vivir se ensaña el tiempo encajándose en los pulmones. Y cae la hoja y el viento la arrastra hacia el limo para humus. Tomo un libro y al instante lo suelto. Escribo. No escribo. Paso mis dedos por las teclas y aparece develar de palabras. De ti, de mi, de todos. Hay un momento en que todo es oscuro. No oscuro por mal. Simplemente ocurre, soledad en llamas, trajinar a tientas. Hay un momento que sonríes. Y todo cambia. Te das cuenta que todo empieza a cambiar. Cantas.

Cada semana

Cada semana otro libro pendiente por leer, allí el montón. Un acumulado todo pendiente para el fin de semana. La hierba del jardín. Las flores secas. La carta.  La hojarasca. El lunes me sorprendía siempre en la rápida llegada. Otros libros, otras tareas por hacer. Fuimos escribiendo una historia en ese fluir de días. Debo reconocer que hubo pluma, tinta y papel. Motivos a la vista como nube, luna y sol. Sabina, Aute, Serrat. Sobre todo Serrat. Cada día un nuevo motivo. Y fue así como navegar entre  cima y sima. Timón de madera fina al alimón. Tu mano y mi mano, firmes. Ah,  la magia. No olvidar nunca el abracadabra con risa de la maga. Y la adivinanza de cada semana. Me preguntan si este texto es para ti. No. Este lo escribiste tú para mi. Hoy te vi. Hoy me vi.

A fin de cuentas

A fin de cuentas sólo somos solos. Almíbar a veces y y a veces limón. Somos ese extraño pandemonium que sueña en vivir mientras vive. Pase usted por aquí. Este es el camino mejor: aderezo de pétalos, hojas que caen.Y nos vamos sumando latigazos con besos. Extraña suerte. De pronto la música calma a la bestia interior. Y susurro soy, voy, mientras la gitana se ensaña en el porvenir: tendrás solo dos, entre dinero, fama y amor. En el camino polvo, basura, hollín.  Mentí la realidad. La mía. Un trozo de pan. Un vaso de agua. Un violín. Y un espejo a mi alrededor para reflejar. Y cuando menos te lo esperas viene la sonrisa en el ser, para el mejor estar. Un verso ya cercano viene. Una mirada se va. A fin de cuentas Antonio te llamas. Y en polvo te convertirás. Mientas tanto no hay un mientras tanto.

Donde nada se dice

El silencio es un dato. Claridad en el vislumbre. Salta la rana en la lluvia. Canta el grillo. Doblan las campanas. Por las calles nos entrecruzamos sordos e indiferentes. Donde nada se dice, solo la paz de su sonrisa queda en el recuerdo.

Por si acaso

Al escribir un nombre eterno se acaba la tinta y entonces buscamos la nube blanca o gris, que explique el día. A buscar la luciérnaga entre el reino de las miradas o los libros. A buscar la piedra tallada. El pedernal para el fuego. El espejo me hace señas para que me acerque. Y lo hago. Me susurra al oído: "tu memoria sensible es prodigiosa, nunca intentes la ruta del olvido. Por si acaso, tu mejor arma siempre será el recuerdo y tu ser agradecido". Es un hecho, mientras el yo subyuga, el nosotros sublima.

Hoy es un buen día

No os preocupéis por los ojos. Y los oídos. Hay quienes los tienen y no perciben lo que sucede a su alrededor. Solo imágenes y sonidos no conectados entre sí. La ola está por sobre nosotros. Y ni se diga el polvo. Una sonrisa germina lentamente. Y sé que al crecer lo hará explota en carcajada. Los ríos subterráneos tienen más poder que las palabras. Y si las palabras se imponen, entonces es mejor desterrar oprobio, vanidad y orgullo. Una vez un invidente  (sentado en una acera de populosa ciudad, y con su letrero: "Ayúdeme, soy ciego")  recibió una visita olorosa a fino perfume, zapatillas brillantes por sí. Ella con su pluma (es una imagen) aluzó el cartón con el texto y lo cambió (la palabra, la divina): "Hoy es un buen día, no puedo verlo". Y transformó el entorno del invidente con buen corazón, creatividad, sensibilidad y belleza ni se diga. Esta historia no continuará. Pero el cambio total se dio.  

Los pendientes

 Pendiente mirar el amanecer cuando el  crepúsculo y quede de fondo en nuestra fotografía. Pendiente destilar el agua para alimentar la fuente de nuestras humedades. Pendiente el olvido y el recuerdo, según la feria de cada instante.  Pendiente cerrar los ojos. Cese de palpitar el corazón. Dejad que crepite el fuego. La carne tornó cenizas. Pendiente afilar el cuchillo. Tener listos los clavos.  Poner la aldaba. Vociferen por las calles de muerte anunciando vida. Pendiente cerrar el círculo.Ya es tarde lo sé, pero aún no es tarde. Despierto al fin. Es hora de dormir.  (Borrador)

Taller

No se dan clases. Se construyen constelaciones con palabras. Un pico de estrella, no la estrella toda. Una hoja del árbol seco, no la primavera. En el taller subliman las miradas, por el mejor hacer, mejor construir el enunciado que evoque lo que no existe pero se reconoce. Adivinanza donde estés. Palomas al vuelo de otoño en las palabras. En el taller no hay fórmulas secretas. Ni guiños, ni nada. Nunca falta el discurso falso. Nunca faltan los silencios. La nostalgia. Precisamente por eso. las promesas falsas. La sonrisa fingida. El dolor del alma. pero también, sin falsa modestia o boca chiquita, se alaba el beso por venir, la mirada en guiño. El amor que al hacernos permanece grabado. Un auto. Una noche. Los grillos. La luna. Y la fricción de pedernal. Un breve segundo. La nada. Bienvenida al taller. No te arrepentirás. O sí. La historia viene velada. Dejen fluir su sentir -dolor o alegría- a través de las preñadas y mágicas palabras.

En el Salón Calavera

Estoy, hermano Alejandro Aura, en tu Salón Calavera.  Encomio las palabras de todos, donde se nota tu vena. Allí me lanzo en las tardes para amarrar mis recuerdos que me muerden como hienas. Y mi piel se subleva ante la belleza del recuerdo de playas serenas,. Sé, Alejandro, que ella ya de mi ni se acuerda. Mientras, escucho que anuncian, entre luces, la aparición de las estrellas. Y te escucho en esas risotadas que se mezclan con los sueños de futuro. Y el humo. Y el humus. Dondequiera que estés te comento de la llamarada aquella que inició todo. Se incendia El calavera. Pero desde antes. Mucho antes eran tus manos unas sierpes que se movían al compás berbiquí de tus palabras, y el estilo de hacer reír hasta con las imágenes más simples: un duelo, una toronja, y el recuerdo de la novia primera. Alejandro Aura, poeta y visor de luces, tus palabras. Más tarde, en horas al vuelo del día, me encontré tu testamento en carta de despedida. Te habías echado clavado en la penumbra, mientra...

Discurso del silencio

Una hoja. Una banda. Una coliflor. Un colibrí. Un beso. Telaraña. Almendro. Alameda. Un riachuelo. Un arrollo. Una mirada. Una lengua con nudo. Arena en la garganta. Risa sofocada. Patas de cama. Sauce. Hojas blancas. Muerte chiquita. Fulgor y calma. Una hora. Una vida. Un desierto calcinante. Una estepa blanca. Un pájaro carpintero. Una leyenda romántica. Un aroma de incienso. Un rojo. Un amarillo. Una beldad con tramas. Un paraíso. Una cita que no se cumple. Un silencio que fulgura. Un silencio que mata. Un infierno. Lápiz. Canción. Libro. las combinaciones del ajedrez son tantas. Falta la palabra del corazón. de la amistad. Mientras tanto. La vida.

Suele suceder

Suele suceder el tiempo, la circunstancia, la lluvia. De pronto una polvareda y se nubla. Suele suceder el risco, la piedra la ladera. Y viene el canto de los pájaros. La luciérnaga. Suele suceder durazno y el pájaro lo come. Suele suceder abril y diciembre. Suelen suceder las palabras y los silencios. En fin, así va la vida.

Cartero

El capitán espera carta que no llega. Su nieto le recomienda utilizar el viento con red de wi fi. "Si quieres te presto mi I Pad", le ofrece al abuelo risueño y bonachón. Los carteros son especie en extinción desde que solo los bancos y agencias los utilizan. Jugando también, el abuelo le responde "noo, esos aparatos son de las brujas de Salem". Y en ese momento el niño, perplejo y vivaz,  buscó en wikipedia la definición de "bruja" y "Salem".

Los amigos

¿Qué haría sin amigos? Tan distintos en la variedad. A Silencio, cuando viene, casi no lo reconozco. Siempre que tiene oportunidad no me deja hablar. Y lo ausenta Ruido, que por todas partes va muy dentro de mí. Soledad quiere estar conmigo, se empeña en acompañar, con ese sentir canalla de necesitar. Amor se presenta rara vez, y viene con  el rostro de totalidad, algo así como lo eterno del cigarrillo en compulsión. Ríe Amor aliado con Cupido, qué complicidad. La Humildad viene con doble cara, en donde se encubre este maldito ego de tener. Otro rostro, Otro cuerpo. ¿La máscara, dónde está? Quiero mucho a mi amigo Ser, que quisiera filosofar. Y busca con quién. Mas la rima lo sublima, por la facilidad. Mi amiga Hada suele presentarse disfrazada de chispa, de oruga y de liviandad. Vuela en la nube. Anida en las alas. Lo mismo monta en el cuerno de la luna, que en el perro o la res. Como adormidera suele hacer soñar. Y mi amiga Musa, qué difícil es, bipolar, se ausenta y solo de vez ...

Solo el tiempo

Emanen buenos libros, ojalá, de este cuaderno. Cuando menos unos dos más. El espejo dice un discurso ininteligible, apenas se le alcanza a entender "solo el tiempo". La obra es determinada por la circunstancia.  El ego crece de pronto. Maldito ego. Y refiero al de quien escribe. Ahora  Dejo constancia de mi agradecimiento al poeta Igor y la pianista Ludmila (ambos de Ucrania), y los generosos obsequios de ayer martes: café, sonrisas, palabras, dibujos, y las melodías de la cantante rusa Zhenia, portento de voz. Mis felicidades. Espero escuchar en español ese Solamente una vez, Bésame mucho y Villahermosa, que irán en el programa del concierto. Esta tarde del martes hicieron el día. "Amigos", me dice Igor, gran poeta de Ucrania, en perfecto español. La amistad no tiene barrera del idioma. Salte este cuaderno a la plenitud del destino. Siempre.

A mí mismo

Cuando desterraste la ira, los celos y la furia de ti, venciste. Continúa así. Habrá pájaros y cantos mientras haya vida. Y habrá palabras. Y lecciones en los actos de la gente. Todos te enseñan, aùn en el llanto o en la alegría. Aún en el gesto adusto, la indiferencia, el ego. La hierba agreste seguirá creciendo. Y para qué decir que la rosa viene con la espina. Los días y noches se sucederán. Importa lo que sigue en el camino donde no hay camino. Nubes negras son agua. Los rayos alumbran lo mismo que la luciérnaga sencilla. Oscuridad es oportunidad para ver la luz interna. Di las palabras necesarias solamente. Y calla. Si alguien necesita un hombro donde sostenerse de sus tribulaciones, ofrece el tuyo. Nunca cambies para mal. Si dicen que eres buena persona, no los escuches. Mienten. Y si dicen que eres lo contrario, no los escuches, mienten también. Trata de ser en lo posible, en el límite de tus fuerzas, lo que esperan de ti. Solo el presente es la única...

Abrazos

Te levantas y la abrazas. "Déjame, ya estuvimos abrazados toda la noche", te dice ella con algo de fastidio. Y pasan los minutos los arreglos, el acicale, también el desayuno, con miradas, y ausencia de sonrisas. Y se despiden para ir tumbo a hacer el día. Que conlleva prisas, datos, firmas, pagos, gestión, balances. Y las llamadas y los mensajes no se cruzan ni coinciden, entre ambos, como abrazos. Incluso, no hay respuestas a algunos que le mandas. Y regresan de tarde o noche a la casa. Y al encontrarse de nuevo, con el cansancio propio del trabajo, sus pensamientos buscan el abrazo, y la casa transforman en hogar. No uno sino tres. Y ese especial de oso donde con risas se reconocen necesarios. Y te abraza por la espalda. Y el diálogo es interminable, hasta que llega el sueño. Duermen y despiertan. Te levantas, la abrazas...

Escribir de amor

Llovió ayer en la tarde como pretexto para cantar a Manzanero. Y no estabas tú. Y suspiro. Pienso y escribo. Pendiente de ti, como del teléfono y el escribir un poema de amor. Entonces aparecen palabras dulces como chocolate, durazno y manzana. Y te amo. Y pienso en lo que pedernal hicimos con palabras. Y pienso en ti. Yen  la distancia de tiempo que hay desde el diluvio. Digo, por hacer referencia a la espera. Pienso en ti sin saber de ti. Se me cae de la mano la tasa de café. Es medianoche. Y yo pienso que escribir de amor mientras te pienso, no es nada fácil. (Borrador)

Paloma

Paloma, es de madrugada para amanecer lunes. Y pienso en ti.  Pensar quiere decir que escudriño en el pasado reciente en el que estamos. Lo que sigue es una ruta mejor sin duda alguna. Nadie nos dio instrucciones para vivir en laberinto o para salir de él, a sabiendas que viene sin salida. Ni nos dieron diccionario para el mejor manejo de conceptos como origen, vida, lo que somos, la muerte, el devenir. Nos dieron ideas vagas, difusas y muchas veces equivocadas. Nos dieron diques, ladrillos viejos, clavos para fijar una ruta con piedra sobre piedra; y lijas y púas. Nos dieron instrucciones para bobas y estereotipadas formas de existencia. Y sin guion nos dejaron caer en el escenario. Eso fue todo. Al levantarnos fuimos improvisando nuestro papel. Y solos construimos distintas maneras de habitar el mundo. Tú ahora duermes, paloma. Velo tu sueño. Amanecerá. A la oscuridad presente le quedan pocas horas.

No necesito mucho

 No  necesito mucho, paloma. Apenas un vaso diario con agua transparente para saciar esta sed de vida por las noches y los días. Algunas palabras como rayo y nube, para sacudir esas viejas ideas sobre las heridas, como decir la rosa exacta con su espina. Necesito piedras para molerlas y hacer ladrillos y de vez en vez tirarlas al pozo de la dicha, para que mueva sus ondas circulares. Y también  tirarlas a la nube para que visiten estos páramos del valle por donde transitamos. Y necesito miel y caramelo con limón, para curar el alma y sacar la sonrisa libre, plena. De vez en vez manzana roja y durazno.  No necesito mucho. Y tú tienes, paloma, mucho más, pero entre ello exactamente lo que necesito: esa agua, piedras, palabras, ese caramelo y las frutas que siempre necesito. Ah, y unas de tus hojas blancas para que escribamos juntos la crónica del paso de la luz en nuestros días.(Borrador)

Para vos

El mar, amor. Me gusta el mar. Y tu mirada, más que tus ojos. Me gusta el camino, amor, y caminar, solo si es posible imaginar que es contigo. Y tus palabras, tanto como tu latir del corazón.  Me gusta coincidir, pero más con tu sonrisa. Ya ves. En ese gato miro un león. Y a su sombra, es un decir, dormito para soñar en vos. Y en el sueño platicar con La Cibeles, queriendo decir contigo. Y escuchar lo mismo música de acordeón, y esas de Serrat, Aute o Bosé, pero solo escucharlas contigo.  Y pienso en la nieve de limón solo si miro un tigre. Y sabes lo que significa la conjunción de nieve con tigre. Y me gusta el cristal y mirarte en su través, para romperlo contigo. Y me gusta la adivinanza, con cualquier palabra que rime, por ejemplo Sancho Panza. Y esa de yo aquí, tú allá. ¿recuerdas? Y juegos de palabras. Solo si son palabras contigo. Y me gusta el río, solo saber si es que ríes. Y me gusta el mar, solo para bañarme contigo y conjugar el verbo amar. Solo por eso que sea. De...

Estamos

Buen día, paloma. Respiramos. Claridad en lo oscuro. Estás y estoy, es lo importante, donde en el principio pusimos las palabras: en corazón, lengua y boca; aunque el discurso por lo pronto sea el silencio. Estamos con rosas, con poemas, con canciones y espinas en las manos. A cada cual por la ocasión de fiesta o el desengaño. Estamos en esa sensación de estima mutua y el recuerdo. Y las voces que nos susurran basta. Yo escribo mientras tanto en mi cuaderno rojo diez mil veces que sigamos. No es asunto de los dioses ni de las hadas. Ni actos de magia. Es estrictamente asunto nuestro.No tiremos por la borda el bello sueño. Al contrario, protegerlo, aún en el extremo del adiós, para la historia. Que quede allí o que siga. Con la tranquilidad que no es culpa nuestra. Que lo que inicia alguna vez termina. O sigue pleno.  Estás y estoy y es lo importante, con salud, con sonrisas. Rodeados de tantos, sobretodo con halagos. Estamos sin odios, sin temor, a lo mejor con desconcier...

Lo público

En lugar de políticas públicas, nos iría mejor con poéticas públicas.

Develar o desvelar

Me hizo la pregunta en el sueño: ¿desvelar o develar?. Es el insomnio, le dije ya durmiendo. Eran ladrillos sepia las paredes. Eran mosaico sepia las calles. Había bombín y música de fiesta. Lo que le dije de respuesta ya ni me acuerdo. Y caminamos por esas calles del recuerdo.

Nunca hablo solo

Nunca hablo solo. Lo sé. Escribo a veces un dato o tiro  migajas de pan  por el camino, para volver si es necesario al punto del origen. Y el origen es el vientre, el ombligo, la espalda, el hombro, el lunar. Nunca hablo solo. A veces es con la almohada, con el hada, con la fotografía. A veces con la nube, con la luna. Y menos frecuente con el sol porque me ciega. El espejo me hace decir estupideces como olvido, nostalgia, saudade, esperanza. Y lo rompo para que no digan que estoy loco. Nunca hablo solo. A veces es con el ladrillo, con el árbol, con el teléfono sin pila, con el libro en celofán, con el fondo del café en la taza. Con la espina y con la rosa. Y sucede que me hace caso la espina. Entonces la abrazo. Y río. Y se encaja en mi corazón. Escucho una canción a lo lejos. A veces hablo con tu silencio. Y entonces sí, me preocupo. Nunca hablo solo.

Media luna

Media luna. Lunita. Antes del amanecer. Pan y luz para los hambrientos y con sed. Hoy será un buen día. Dicen las palabras del espejo.

Pienso en ti

Paloma de mis amores y de mis cantos. La de la mirada tierna en los peores momentos y en los mejores. la que al mirarme me dio rostro de existencia. Pienso en ti en mis quebrantos y dichas. En mi trabajo y en mi descanso. Cuando miro un color combinado con otro o dibujo un pato en una hoja. Pienso en ti al tomar la fotografía de un pájaro, casa o paisaje, que dice lo que quiero ver y que veas. Me mojo los pies en el balneario o tomo agua de coco. Pienso en ti.  O cuando camino sin ruta o con ella. O cuando subo al escenario y hago reír al auditorio. Paloma, pienso en ti en el tiempo presente y en el exilio. Romería de sensaciones, pensar en ti. Lo sabe mi piel, mi sangre.

Piensa en mi, paloma

En los momentos de desvarío porque las cosas no salen bien, piensa en mi. Cuando descubras que el cielo sigue siendo azul, no rojo, en abril. Cuando en invierno los leños reverberen en fuego y el calor te llegue y sonrías, piensa en mí. Habrá poco tiempo para eso. Siempre las prisas se imponen. Y quienes rodean alegran hasta el cansancio, y eso es más que bueno, mejor. Pero habrá un momento quizá del sueño en vigilia o en el sueño del dormir, cuando aparezca la condición, quizá un murmullo, una chispa, una luz, un rayo, o una lluvia suave, un poema o canción, es entonces el momento, piensa en mi, paloma.

A mi manera

Es domingo y cuento los días a mi manera (de fondo Debussy). También escribo a mi manera, que es la única forma que tengo de mostrar mi rostro. Sueño despierto y halago mi ego. Es poca cosa, cierto. Pero es mi manera de hacer constar de mi paso en el tiempo. Miro sauces  a la orilla del río. Y sus ramas como en caída se besan con el agua, les acaricia el viento. Yo me entiendo en estas piruetas verbales. Y fauces también miro y doy la media vuelta. A veces escribo una carta al mar y la rompo, de amor, por supuesto. Escribo otras y lo mismo les suceden. Es la incertidumbre por las nubes, la lluvia o el día en el huerto. Mi alimento es frugal. A veces lo mismo como un libro que una manzana. Es domingo en la sucesión de días. Miro mi película, donde me observo comiendo palomitas y chocolate.

Tuya mi palabra

Tuya mi palabra, mi único tesoro. Mis cuentos chinos, mis poemas. La manera de escribir desde el Café que un café pido para nadie -aunque no estás pero lo pido tuyo- y lo tomo frío. Tuya mi pluma fuente, origen de todo. Tuyo mi papel en blanco y a donde irán como a la mar mis palabras río. Tuyo mi horizonte con mirada miope donde estoy cuando me alejo y vuelvo. Tuyo.

La misma lluvia

La misma lluvia me moja aún. Aunque yo no sea el mismo.

Compartir

Compartir el tiramisú con nieve de limón. Y unas palabras como abrazo. Compartir el pan con o sin sal y la seguridad de abrir camino. Compartir el anhelo en sueño. Y las palabras como fiesta. Pronunciar la palabras pedernal, para hacer chispa entre dos, que significa fuego, calor y luz. Yo sé lo que me digo cuando pronuncio la palabra pared y vértigo. Compartir la sonrisa y el resorte que la mueve y provoca. me gusta comentar y compartir. El sólo tú, paloma. Bien que lo sabes y ríes. Espejo de la que bien nombro cuando la noche lleva a escribir lo mismo que el día. Me sobran los motivos.

Comentar

Comentar al viento o la nube. Es casi lo mismo. Del desvelo, del insomnio. De lo que ocurre tras bambalinas cuando el escenario está en un lugar lejano. Comentar de la memoria, esas pequeñas cosas que están allí, Del recuerdo feliz cuando hasta en la lluvia mojarse literal. Del recorrido en la playa o esperar la ola vorágine. Me gusta tu libro con la página doblada del poema que te gusta. Incendie el verso como beso de tornillo en el recuerdo. Y leer entre líneas te amo al decir buenos días. Intacto mi sentir, paloma. Buenos días.

Paloma

Paloma, buen día, mejor sábado.  Hoy compartiré  palabras escritas con jóvenes que andan en la búsqueda del camino para encontrarse. Te cuento que ayer fui con la gitana. Y me predice mejor suerte, y le respondo que rima con muerte como destino. Último café, llamada, estación. Palabras últimas. Y sonreímos que mas da. La vida sigue leve, breve. Y la tarde del sábado nada dirá, más que tu ausencia.

Estás aquí...

Y estás aquí donde estoy sin que lo sepas. Y platico contigo y me sonríes.. Me tomo dos cafés para sentir menos tu ausencia. En la Antigua, Paloma.

Imagino que aparecerás...

Imagen
Imagino que aparecerás de pronto al doblar la esquina y quedarás dentro de la fotografía. Y me sonreirás y mientras me dices Hola, yo aprovecharía para invitarte un café y pedirlo al mismo tiempo, paloma. Hace un momento  ·  Me gusta

Ayer

Jueves ayer me fui de mi mismo en huida. Salí para verme en lejanía y reconocerme. Y me reconocí polvo, piedra, musgo, limo. Fui lento para ver con parsimonia mis horas en el tiempo antiguo. Y algunos datos borrados ya por la memoria temporal, que nos acusa. Salí sin brincos ni sobresaltos del corazón o lágrimas responsivas. Mis ojos siderales dieron la media vuelta y encontré en mí tu risa, tu mirada, tus palabras, ah y el olor de esa tu flor nenúfar.

Dudas

Duda tú en tu duda y certeza; lo cierto cambia, la duda se despeja, y en ocasiones renace la duda.  

Me gusta

Me gusta abrir los ojos y ver, la maravilla de la palabra escrita, del movimiento, de los colores, de lo vegetal, de lo carnal. Cerrarlos e imaginar entrecruce de sueños: altos edificios en blanco y negro; tú y yo caminar por calles de adoquín, en ciudades abandonadas, playas desiertas con sol; encontrar postales, libros viejos, cartas, tomar fotografías. Me gusta subir al tren de la vida y oler tu voz, sí oler, y mirar los árboles por la ventanilla pasar. Me gusta escuchar una canción o dos, se trata de imaginar, claro, recordar el disco aquel, de las veinte canciones. Y sentir como tan solo recordar se enchina la piel. Sentires debe ser como un himno sin palabras, cantado por dos. Me gusta escribir de ti. Aunque no lo sepas, aunque no me leas, paloma. Recurro a las palabras me gusta. Y ponerlo en su plural: me gustas.

Usura

Mortal, genocida, podrá acabar la usura con todo, por todas partes, con distintos rostros. Mas no acabará con el amor ni con la esperanza. Nunca.