Tango de tarde
Esto pasará de pronto como rayo
y al olvido irá sin duda este segundo,
esta hora este día.
Triste es el momento
en que se nubla todo. Y parece haber
asidero solo en el oro o el trono
o ser a lo mucho cortesano..
Y parece que es eterno el momento o el minuto
Luego me acuerdo del eterno amor
y me río pleno como solo yo puedo hacerlo.
Y se acrisola la mañana, la tarde y la noche
Y al sacrificio aquello que pregoné en un tiempo,
como ideales, sueños de un mejor futuro
tiro por la borda.
Una tarde al sol y sombra admiré
y el detalle de caminar con mi mano en tu cintura.
A eso refiero la tristeza del instante,
que no dura mucho más del daño
que el dolor causa. Y cicatriza al fin,
y vamos de nuevo.
No soy triste -aunque lo este de pronto
cuando te nombran, conste cualquier nombre-
porque de pronto me acuerdo
del chiste aquel, donde mentimos eternidades
en el juego del amor, y las prisas olorosas
por vernos y el beso de tornillo
y las manos en su juego.
Río aún por la verdad desnuda
de otros senos en mis manos,
y otra sonrisa quizá más real,
menos sonora, más sentida,
pero sobretodo menos muda
pero sobretodo menos mula.
y al olvido irá sin duda este segundo,
esta hora este día.
Triste es el momento
en que se nubla todo. Y parece haber
asidero solo en el oro o el trono
o ser a lo mucho cortesano..
Y parece que es eterno el momento o el minuto
Luego me acuerdo del eterno amor
y me río pleno como solo yo puedo hacerlo.
Y se acrisola la mañana, la tarde y la noche
Y al sacrificio aquello que pregoné en un tiempo,
como ideales, sueños de un mejor futuro
tiro por la borda.
Una tarde al sol y sombra admiré
y el detalle de caminar con mi mano en tu cintura.
A eso refiero la tristeza del instante,
que no dura mucho más del daño
que el dolor causa. Y cicatriza al fin,
y vamos de nuevo.
No soy triste -aunque lo este de pronto
cuando te nombran, conste cualquier nombre-
porque de pronto me acuerdo
del chiste aquel, donde mentimos eternidades
en el juego del amor, y las prisas olorosas
por vernos y el beso de tornillo
y las manos en su juego.
Río aún por la verdad desnuda
de otros senos en mis manos,
y otra sonrisa quizá más real,
menos sonora, más sentida,
pero sobretodo menos muda
pero sobretodo menos mula.
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