Por si acaso

Al escribir un nombre eterno se acaba la tinta y entonces buscamos la nube blanca o gris, que explique el día. A buscar la luciérnaga entre el reino de las miradas o los libros. A buscar la piedra tallada. El pedernal para el fuego. El espejo me hace señas para que me acerque. Y lo hago. Me susurra al oído: "tu memoria sensible es prodigiosa, nunca intentes la ruta del olvido. Por si acaso, tu mejor arma siempre será el recuerdo y tu ser agradecido". Es un hecho, mientras el yo subyuga, el nosotros sublima.

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