El mensaje
Recibió el primo un mensaje. "La respuesta es no", decía. Uno no, firme, enfático, "es que estoy enamorada de nuevo", agregaba para rematar. El primo se desconcertó. Había extraviado su teléfono en un departamento donde fue invitado a una fiesta de desinhibidos, y con él su directorio, que siempre fue muy completo. Tenía números de todo tipo: amigos, familiares, de la Pizza, swingeers, escort, tacos, diputado y hasta los de la lotería nacional. Y no lo pensó mucho. Le dedicó tiempo para escribir la respuesta: "perdón, no tengo tu número. He extraviado... -y le explicó todo. Tengo entre aproximadamente cien probables emisoras de ese tu texto. ¿Podrías hacer el favor de escribir tu nombre?"
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