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Mostrando entradas de enero, 2015

Te quiero

TE QUIERO (Luis Cernuda) Te lo he dicho con el viento jugueteando tal un animalillo en la arena o iracundo como órgano tempestuoso; te lo he dicho con el sol, que dora desnudos cuerpos juveniles y sonríe en todas las cosas inocentes; te lo he dicho con las nubes, frentes melancólicas que sostienen el cielo, tristezas fugitivas; te lo he dicho con las plantas, leves caricias transparentes que se cubren de rubor repentino; te lo he dicho con el agua, vida luminosa que vela un fondo de sombra; te lo he dicho con el miedo, te lo he dicho con la alegría, con el hastío, con las terribles palabras. Pero así no me basta; más allá de la vida quiero decírtelo con la muerte, más allá del amor quiero decírtelo con el olvido.

Amiga mía

Amiga de tanto tiempo, no dudes en seguir tu ruta, si luz es tema solo o la luna es piedra. La amistad sigue no lo dudes, a pesar que decir unicornio azul no significa más nada, ni nombrarlo.  Y los discos nuestros solo son gramos de vinilo acumulado. No dudes en tomar sombra de árbol para el descanso o la cantimplora de aliento para seguir sonriente. Sé siempre natural, siempre alegre. Ese tanto tiempo nuestro al que refiero no se cuenta en meses o años, sino en momentos cumbres en los que montamos referencias de vuelo alto. Amiga de atardeceres, no dudes en caminar en esa ruta del designio momentáneo, la eternidad del éxito te espera. La vida es una y única de parte nuestra en el momento en que está y no estará. La amistad sigue porque en el jardín de los duraznos, habrá siempre ese espacio blanco que compartimos y la banca del parque estará para esperarnos. Amiga no vuelvas la vista atrás a unos libros viejos con sus luces que por allí andan. No tienen valor en el mercado, ni como o

A la amiga que amo

AMIGA A LA QUE AMO.. Amiga a la que amo: no envejezcas. Que se detenga el tiempo sin tocarte; que no te quite el manto de la perfecta juventud. Inmóvil junto a tu cuerpo de muchacha dulce quede, al hallarte, el tiempo. Si tu hermosura ha sido la llave del amor, si tu hermosura con el amor me ha dado la certidumbre de la dicha, la compañía sin dolor, el vuelo, guárdate hermosa, joven siempre. No quiero ni pensar lo que tendría de soledad mi corazón necesitado, si la vejez dañina, perjuiciosa cargara en ti la mano, y mordiera tu piel, desvencijara tus dientes, y la música que mueves, al moverte, deshiciera. Guárdame siempre en la delicia de tus dientes parejos, de tus ojos, de tus olores buenos, de tus brazos que me enseñas cuando a solas conmigo te has quedado desnuda toda, en sombras, sin más luz que la tuya, porque tu cuerpo alumbra cuando amas, más tierna tú que las pequeñas flores con que

Cuando me dan ganas de escribirte

Cuando me dan ganas de escribirte no te escribo. Para olvidarme de esas ganas tensas busco un libro viejo de autor desconocido y me meto en sus hojas, leo algunos versos de nostalgia, de amargura, de adioses. Y no te escribo. A veces me salgo a caminar por callejones, parques, avenidas. Y pienso en escribirte mas no te escribo. Doy vueltas a la manzana. Como uvas o duraznos. O a veces miro la luna sea de día o noche y canto canciones alusivas. Y no te escribo. Es algo que me tengo sentenciado. A veces me subo a una nube o un poema y viajo entre mis sueños. Y escudriño entre tanto que sucede, por si acaso, me digo, fuera posible el encontrarte. Escribo del sí o no. O de tal vez, quizá y otras qué. Y encuentro temas raros y aparecen enunciados en los que no `pienso. Y significan algo del subconsciente, deseos reprimidos, sueños de futuro, decepciones y congojas. Cuando me dan ganas de escribirte no te escribo y nadie sabe lo que siento.

la felicidad

Feliz día, tarde, noche. Feliz la madrugada en el insomnio con sus premisas conectadas en el pensamiento o en la luminosidad del dormir más soñar. Feliz hora de tomar el té o café. Feliz el momento previo a hacer el amor con esas palabras que saben bien. Y esos momentos cuando inicia la lluvia con ese olor. Feliz el instante  cuando la calandria empieza a cantar. Y feliz el momento en que la semilla cae en la cavidad terrena con humedad mas el calor del sol y la planta chiquita a despertar. Feliz el espantapájaros que se mueve imperceptible con el viento y echan los pájaros a volar. Feliz irse y venir como volver por el trozo de pan o, rosal, tu flor. El estado mejor del ser. Único lugar allí, allá. Nenúfar con notas alrededor, celestial. Y la nube o luna, ese momento del mirar. Amanece hoy. Pronóstico de tiempo sol. Y sol.

Viéndolo bien

Tomo té de las doce flores. Estés o no. Que maravilla la vida. Viéndolo bien eres el aire. Cursi e increíble. Pero sí. También no. Recuerda a Milanés en concierto. Serrat se cayó en el escenario. Sin ti. Y Dondequiera que estés. Y todo va bien, aunque mal. Esto es así, lo sé. Ya me voy. Me fui, pero vuelvo. Miro la luna. Común. Y salgo a caminar con los ojos cerrados. Viéndolo bien es mejor así. Y no. Me pongo a extrañar. Y canto por cantar. Y escribo. Miro la fotografía del pez. Pescado ya. Inteligencia en llamas. En frío mejor. Dibujo hoja. Envés. Y me pongo a meditar. Tantos libros, tanto vales. Y la cuenta del refrigerador, carnes frías por el olvido. No estás y tengo frío. Y estando al parecer no estás y tengo frío. Viéndolo bien qué caso tiene escribir a dentelladas. Mejor callar. Y soñar de la posibilidad del ser.

Muy buenos días

El alba aquí con su plena luz. Humedad de ambiente. Té de mañana. Flores. Un camino claro. Aquí el alba. Leo noticias del pasado, qué contradicción. Mas bueno sí. La noticia también es traer al presente montada en el recuerdo  aquella sonrisa y decir es hoy. Y notar alguna diferencia no vista en otras ocasiones. Armonía en ese rompecabezas de la historia personal. Pido un libro. Un disco. Me dan sonrisas para el gracias. Cuando frío, la sonrisa como brasa de leña. Cuando ausencia conjunto de poemas. Cuando indiferencia pienso en esa luna tan cercana, nuestra. Y  registro en la memoria como en piedra. El alba con canciones y poemas. Con hojas blancas y canela. El alba aquí de nuevo luego de los duelos. Esplendor el nuevo día y serenos transitamos por fronteras. Quito una piedra. Y otra. Y sé que mi destino escribe letras vivas. Y describe el paso de los días. Un amigo es oro.  En el camino alguien levanta la mano para el saludo desde lejos. Yo pronuncio la palabra hoja. Y entonces suced

Feliz cumpleaños

 Cada día tiene su esplendor, entre el clima, la rosa, el suave viento. Cada día lo tiene, a veces son los sueños de futuro, la sonrisas del extraño, las hojas en su vuelo. A veces es un libro guardado, y de este un poema. Cada día. Cada día es tiempo presente, un instante fugaz: la nota, gota de lluvia, recuerdos. Hoy.

Este día

Celebro y canto este día. Como otros, pero este preciso. Su conjunto de tiempo único, entre el ayer y mañana. Un marco preciso para destacar mañanitas, fanfarria de carnaval y notas de mariachi.  Es dulzor de savia derramada en nuestros goces. Es copa de brindis en hechizo. Son mirada, aroma y besos. Celebro este jueves mayúsculo, combinación de versos y colores.Yo cantaría Paloma querida; Nuestro juramento. y otras que relatan nuestra historia. Esta historia universal de los versos. Escribo besos, sí. Y entiendo entonces esa calma de silencios. Mire usted, si acaso la esperanza de transitar serenos por la avenida. Celebro y canto este día. Cuento cuentos en la espera, esa diafanidad sin nombre.En esta ciudad de la esperanza, este día preciso, este paréntesis donde estamos todos, hago fiesta con tu nombre. Y tomo mi guitarra en solitario. Y este día cantamos juntos tantas veces. Ya ves. Celebración.

Hay tiempo

Hay tiempo aún, por la vida celebrada. Hay tiempo, las campanas repican fiesta. Y las miradas se encuentran. Fueron rostros que son ahora y serán, distintos, sí, pero que importa. Al fin el tiempo es breve y se consume sin prisa. En un andén las bienvenidas y las despedidas, donde dolor o alegría define, la esperanza de volver en tiempo corto. Hay tiempo aún, porque hay vida. Y la espera es un discurso de silencios. La brevedad del tiempo se define en el momento en qué defin ir conceptos es pasado. En el anden esperó nada y todo. Nada porque volver de nuevo es irse. Y todo es este momento de luz u oscuridad. Mientras escribo mis palabras. Escucho sonrisas a lo lejos. Seamos felices de cualquier modo. Aunque nunca más estemos. Ya ves. Yo agradezco el coincidir. Y sigo recordando lo feliz que soy porque lo he sido. Y me basta aunque no. Gracias por el agua transparente. Por esa forma alada de mirarme. La vida es breve y ya no estamos. Salud por el día. Transparente y líquido.

Ahora

Ahora el agua para mi sed, carnada para el pez, libro para la avidez. Ahora las palabras, el tiempo, la dicha. Ahora la certeza plena de la risa distintivo de la fruta. Ahora tengo el tiempo detenida de aquella vez cuando alzaste la falda para mostrar la cicatriz. Ahora es tiempo presente, el tinte, el corte, la mirada. Es cuando escribo de edificios, coces, carreteras. Cuando la lluvia se detiene y no te moja si no quieres. A veces es necesaria. Ahora el agua, la piel, la nostalgia. Mañana escribiré mañana. Escribiré de lo que no he escrito quepa duda. Un trayecto recorrido es pasado. Leo a tientas. Me expreso tiempo paralelo. Bujía del movimiento. Temple al fuego la certeza del olvido. Tengo par de dados ahora. Y los lanzo al infinito. Y en su trayecto recoge eneros, lunas y unicornios. Dados ahora caen y dicen dos números, señal de nada es si no lo es. Ahora estoy acá para el ruiseñor nostalgia. Canto sordo. Canto alado que se alterna. Respiro. Abro los ojos. Nace miércoles. Ahora.

Libros: Pulgarcita

Estos últimos años hemos estado en diálogo sobre educación. Por muchas razones. Una de ellas porque la educación es mi pasión. Y nos enfrentamos siempre al tema de qué hacer, en tanto los resultados son bajos de acuerdo algunos exámenes estandarizados, las escuelas como tal siguen trabajando en su mayoría con esquemas tradicionales. Pero fuera de todo esto, se requiere armonizar los tiempos distintos de la tecnología. Nuestros niños y muchachos nacieron en el ambiente de los teléfonos, internet, las redes sociales y las computadores. Entonces sus motivaciones en estos tiempos giran en esos aparatos. Su jornada escolar será aburrida si no encuentra esos elementos dentro del aula. Entonces en los grupos deberá trabajarse con esas herramientas que facilitan el trabajo escolar, pero que corresponde a los motivos de nuestros niños. El futuro del proceso del aprendizaje será a través de los medios tecnológicos. Ya lo es en muchas áreas. Adelantado a su tiempo, de eso trata el libro Pulgarcit

Mis amigos: Rafael Sandoval

Mi maestro y amigo, Rafael Sandoval. Efusivo y siempre entusiasta. Ha sembrado semilla en miles de muchachos y muchachas. Maestro de la Normal Mainero de Matamoros. Y director  de la escuela Gabriela Mistral.  Lo he visto poco desde aquellos años de mi generación 1975- 1979. Y sigue siendo el mismo. Juega softbol como siempre. Y platica y sonríe como siempre. Y le digo: se ve usted igualito a cuando nos daba clases. Sonríe y acepta: tengo un secreto.  Será pactó, hacer deporte, o el tipo de comidas, pero es su secreto. Ven a mi escuela a que platiques con las alumnas. Y fui. Entramos a un grupo, me presenta y hablo sobre varios temas, entre ellos la vida y los libros. Y de pronto suelto la pregunta: ¿quien fue Gabriela Mistral? ¿Alguien lo sabe? Y silencio. Di algunos datos de la poeta Nobel chilena. Término con la plática. Fuimos a comer y al día siguiente me invita de nuevo a hablar con otros grupos. Y de nuevo platico sobre los mismos temas. Al terminar, mi maestro Rafa me dice: pre

La novia

En la Plaza de los Mártires de Toluca una mujer toca el acordeón. Tendrá a lo sumo 40 años o 45. Para el caso es lo mismo. Viste ropa en tono pastel. Y tiene mirada lánguida. Una voz arrastra en la canción y se acompaña con el acordeón. Al olvido de amor sólo lo cura el recuerdo. Nostalgia en cucharadas. Le rodean entre diez y doce personas y le aplauden. Otros pasan indiferentes. El amor permanece por los siglos. E inicia de nuevo otra melodía.  Yo aspiro a saber de su historia personal. Corren leyendas de su amor por un portugués. Mientras toca abril. Denme un poco de su amor en la nostalgia, pide. Y su mirada se ahonda. No permite que nadie la aborda. Displiscente  responde para qué ante la petición de entrevista o fotografía. Que será de mi, canta. Y su acordeón fiel le acompaña a la salida. Dicen que todas las tardes se levanta y va a la periferia. Pobre polvo marginal.  Le salva la música.

Nuevo día

Miro todo nuevo este día. Esta luz del amanecer la miro distinta. El frescor lo siento distinto. Miro los objetos que me rodean. Y los reconozco como vago dato de las generaciones. Una mesa. Sillones de mimbre. Madera con su forma para lo útil. Libros. Algunos libros se han ido acumulando. Autores que tratan de decirme algo: Cortázar, Rulfo, Monterroso, Neruda, Benedetti. Y otros, aclaro. Y otros. Leo títulos. Novedades, como para tener fortuna y comprármelos a mí mismo. Y obsequiarte uno u otro. Nuevo día. Sales y soles. Nuevas las personas. ¿Quiénes son esos extraños? Son rostros que creo reconocer en sus facciones. Larga vida tengan. Los abrazo como decir soy yo mismo en otros aunque no me reconozco. Nuevo día, oportunidad para rescatar la luz mezclada con las sombras. Antorcha con fuego somos. Solo que todo miro distinto. Mi estatura sigue siendo la de nuestras miradas. Sí. Ayer domingo me pasó lo mismo. Solo eso.

Medianoche

Medianoche. Bien por la película. Tengo frío. Y vienen en cascada los recuerdos. Hace frío. Un pensamiento lleva a otro. Fulguraciones de lógica. Tengo frío. Es medianoche, pasados minutos de las doce. Y sombras nada más afuera. Un bombillo encendido. Miro los títulos de los libros. Ajos y tomillo. Usted, sí. Es medianoche. Saludos por el viaje de atmósferas ruines, cuántas veces comunes. Tenemos boletos para el cine. Invencible. Escribo en el libro de los adioses la palabra bienvenida de colada. Mi silencio es producto de no tener palabras ya. Vista la ocasión. Gracias en tiempo presente. Cada domingo tienes sus detalles. No ganas nada... Y lunes viene raudo. Dame audiencia dice sirena y búho.

Ayer

Lo mismo hoy, el ayer. Decimos totalidad. Un conjunto de oraciones desde todas las sinagogas, iglesias y templos. A Dios pidiendo y al mazo dando. Caminé oscuridades y luces. Ríos de plata líquida. Mar de dudas. Di. La lluvia. Ayer un conjunto de ideas para atrapar un haz de luz. Y la sombra abraza en tiempo presente. Y aparece la luciérnaga. Ayer y hoy siempre el beso posible. Cuida en lo posible el nombre, dijeron brujas y arcángeles. Se asoma la gitana por la rendija entre los maderos. Y se extraña de todo cuanto ve. No te fíes, dice. Recuerda bien tu sino, escorpión. Y sabrás que todo está escrito en el gran libro de la vida. Dolor es conciencia del cuerpo. Lágrimas son esencia de lo que somos. Líquido  vienes y en polvo estarás ayer. Es extraño todo cuanto se escribe. Hoy tengo tiempo. Cierro los ojos. Sueño en la posibilidad del hoy desde el noble, sabio y pasional ayer. Eres tú.

Un libro

Un libro no es pináculo de lucro, como mineral precioso o mercancía de lujo. No es de precio para halagar corazones de cuentas financieras. No son títulos de bolsa donde porcentaje a la alza es la divisa en afán de prisas. Ni título de propiedad de bien inmueble, apartamento amueblado, Ferrari de lujo. Se sabe exacto lo que no es y lo que es, común decirlo. Un corazón no es menos que un libro. Flujo de paz o irreverente. Agua diamantina, transparencias, sangre pasional que eleva en la cita. Es papel donde quedó plasmada la nube real o rosa exquisita. Un pastel de cumpleaños por la risa del niño o la novia de blanco. Una canción donde concisa va la historia de amor o de tristeza. Son la palabras de cima o sima, para alentar la lucha, sostener la esperanza, consignar las miradas y el beso. Tengo un libro solo. Y en él va mi vida entera, átomos que se dispersan rumbo al polvo. Tiempo antes apenas del fin para sueños de la nada.

Dónde

Donde estás en las mañanas, tardes, madrugadas. Dónde estás cuando la luna irradia poema de nostalgia por el paraíso perdido. En este preciso momento cae la hoja y el pájaro azul canta. Es mediodía hoy y el frío se acomoda a los huesos como sentencia. Pido un café con pan. Y es nostalgia. Tomo un libro y es nostalgia. Siento frío y es nostalgia. Pienso en todo esto y se me ocurre reír amargo. Pienso que debería cerrar el libro, terminar el café e irme. Y a donde voy encuentro lo mismo, siempre una manera de mostrar camino, plantas verdes o secas. desierto de voces y arena. Hay nostalgia por el reloj y el perro. Nostalgia por la mermelada y miel. Por todos esos cantos nuestros que suenan rupestres pero eran nuestros. Por todos los amigos que no están por infinito. Nostalgia el nopal y el abuelo. Nostalgia el galimatías que traza el azar y la sensación de no ser politicamente o literariamente correcto. Me entiendo y creo en la historia personal como trayecto. Pero dónde estás que la nost

Mis libros: Macario

Dos Macarios conocidos cruzan por el mundo de la literatura mexicana. Habrá otros, yo conozco dos. El de Juan Rulfo y el de B Traven. De este último escribo ahora. Lo conocí  en un libro de la biblioteca de secundaria. Nuestro maestro de español nos invitaba a la lectura no como fórmula. Sino con una pasión que desbordaba ánimo. Y al contarnos un poco de esa novela corta, nos veíamos en el monte y estaba cerca de nosotros ese personaje como al parecer poder decirle que lo amábamos en ese sueño, en esa manera de darse entero a su vida de familia y trabajo. Siempre Macario me ayudó en mis clases y sigue cobrando vida cada vez que dialogo ante muchachos para decirles que hay otra vida distinta a la pobreza y violencia, a la marginalidad y al vacío. Y me pongo la camisa de mi maestro de secundaria y traigo a escena de nuevo a Macario de B. Travén, de oficio leñador, con el sueño de comer un guajolote asado él solito. Y su sueño fantástico donde la muerte accede a dejarlo viviendo por el bu

Llueve

Llueve y la nostalgia. Unos dados en la mesa por eso del azar. Y la lluvia aquí, dilecta y persistente. Mañanita para café con pan, y nada sin tu risa o la mirada. Es sábado para escribir un día más de la historia personal, en la que sueños con lluvia, sueños con palabras, se entremezclan en eso de dar dos pasos al frente y uno atrás. Mucho del recuerdo aquel cuando la humedad como sino. Y quedan restos vivos, anhelantes. No estoy, no estamos y llueve. Froto mis manos para el calor con los recuerdos. Es el porvenir que exige. Es el presente que nombra. Mientras tanto llueve y ejercito mi mirada a ver si sucede el plan de la felicidad. Aquí estamos presentes. Yo te nombro y Manzanero insiste con el tema de la lluvia.

Mis películas: Cinema Paradiso

Escribimos un Paraíso, y yo que quise construirlo, diría Pound, amore mío. La película se centra en la mirada de un niño en un pueblo italiano con su cine, donde se escribe la historia como marco para el amor que sucede desde la tierna infancia. El amor a la cinematografía. Y la imposibilidad del amor eterno de pareja, como tema central. Un tanto de nostalgia como autobiografía de los personajes centrales. Sueños, vicisitudes, rostros que pasan. Una tarde llega la noticia de la muerte del amigo adulto cuando la niñez, y que fue una especie de padre, guía, mentor. Y el regreso al pueblo a recorrer las emociones vividas a través de los recuerdos. De Salvatore y Alfredo trata, de Elena,  del amor al cine, como magia de vida. Del amor a la vida y la belleza. Del amor alegre que no pudo ser.  Donde estaba el Paradiso, antes, como cine, hoy son escombros que sumados son generaciones. Y se construye como base en el recuerdo y la nostalgia, el nuevo cine paradiso. Lo ves. Oh, y la música del g

Neblina 2

A tiempo del amanecer, la neblina en plenitud. Luces vagan firmes entre ella. Solo luces señalan la orientación, la velocidad, los avisos. Transitan sueños de presente y futuro dentro de los autos en sus prisas por la ruta definida. Una señal u otra. Cambio de luces, peligro, alto, Sin embargo en esa densidad de espacio mar. En esa que impide en humedad determinar lo que sigue metros después, se sabe que hay pensamientos con risas, con incertidumbres o certezas. Allí iré dentro de poco. Aquí voy donde presagio fuegos a punto de la risa. Aquí voy cantando canciones nuestras, de todos,  Huellas de nostalgia por el futuro exacto que viene.Lo sé de cierto. Y un ni nunca estalla como vida. Manzanero, adelante.

Nunca

Nunca el olvido sea pan. Tampoco sea triste la esperanza del hoy. Una gota de agua represente el universo tal vez ahora. Nunca el adiós sea mermelada para niño. En todo caso dejadle decidir si una nota pueda ser lo mismo melodía. Ayer o antier. Decir pasado, pero hoy, sí hoy. Todo tiene un precio, sacrificio de piedra donde se escriben las historias. Decir por ejemplo nunca es estar amarrados a certezas que serán fragmentada en polvo. Nunca el olvido sea marca registrada. Subo al tren por el paisaje que imagino entre la sierra. No olvides la cámara. O en su caso no olvides la sonrisa. Ni nunca, por decirlo de esa manera. Pan y leche tibios. Ni nuca se escribe mejor bajo la sombra. Bendito el tiempo. Concepto del pasado. Hay neblina esta madrugada. A punto de la luz. Yo me entiendo. Sabe a grosella este despertar. Y pienso que nunca el olvido sea pan. Y tengo otro libro de Neruda.

Medianoche

Una luciérnaga, tu sonrisa, tus palabras. Una luciérnaga, veinte mil partículas de fino cristal iridiscente. Es medianoche y tomo té. Es nada. Solo que es medianoche y pienso en casablanca, la historia mil veces repetida en el transitar por los caminos del valle. Yo descanso en las palabras suaves que me abrazan y en la penumbra se esconden en silencio. No sé. Una luciérnaga, tu sonrisa.Ya ves, yo sigo pensando.

Neblina

Neblina en el amanecer de este día. Vislumbre de sol. Unas nubes pasajeras como yo y otras nubes más pasan. La espera de saber si todo existe o es fantasía. La hoja cae y me da respuestas certeras. Desprendimiento  en el ciclo de renovar. Neblina. Veo solo lo cercano. Palabras emito y escucho. A veces escribo para retener la imagen de mí mismo. Y entonces se desprenden hojas como palabras. Y dicen inconexas e ilógicas, rastros de mi paso por la vida. Las hojas desprendidas, se corresponden con las pequeñas hojas que se renuevan. Y es el caso. Que estamos. Y es lo importante. Hay neblina.

Mis libros: Apócrifos.

Lo encontré donde están esos libros de viejo, y precisamente en un rincón, tallado por los años. De Karel Kapec, Apócrifos. En estos cuentos recrea textos bíblicos, y de otro tipo, para darles un toque personal, en el que el sarcasmo hace su parte. Siempre comentó  el de Los diez justos. Es una muestra de cómo asume la versión clásica, y le entra, en este caso al tema de quienes son los justos. Trata de la destrucción de Sodoma y Gomorra ante tanto descontrol de lo que ahora llamaríamos tejido social. Y donde Lot le arranca al Señor la promesa de no destruir estos pueblos si le entrega una lista de cien justos. Lot le regatea, de cincuenta hasta dejar la lista de encontrar diez justos, como el título del cuento.  Y regresa ufano ante su mujer. Sólo Díez, le dice, que encontramos, sean justos. E inician la lista con propuestas alternadas, a lo cual le encuentran defectos a cada uno. Hasta qué ella le dice: regresa con el señor, y dice que te lo deje en sólo dos, que si le damos nombre d

Mis películas: Puentes de Madison

Me inspiré en ti aquella vez. La nieve de limón y el tiramisú. Y saber por ti la película que te va a gustar. Puentes de Madison, con Clint. Miraba al mundo a través del ojillo a quien se le llama mirador. Y miro la ciudad con lluvia para el buen pan. Y en fracción de minutos la historia rompe con eso. La cámara en búsqueda de puntos fijos en armonía. Los puentes en Madison, la pregunta sobre el lugar. Las miradas afines en el punto de encuentro. Y el transitar la ruta de la sonrisa interior en la compañía casual sin causa aparente. Y allí estaban, como cualquiera,  ambos en las palabras de miel, en las sonrisas. Y los recados que van quedando como símbolo escrito del pensamiento ufano por la dicha. Y escribir lo diario para la memoria. Luego la despedida por las tantas dudas que fueron apareciendo, por el qué dirán, la rutina de siempre, y la comodidad donde el viajero no encaja. Todo es movimiento a partir de lo fijo. Todo es fijo a partir del movimiento. Y la cámara de Clint lo expr

Mis películas: Casablanca

Entre las tantas historias, la imposibilidad en el amor. De nuevo la melodía al piano, en el bar de Marraquesh. Un hombre y una mujer en el encuentro de las miradas, la sonrisa, el plan en el planear entre nubes y con los pies en la tierra. Un conjunto de historias unidas por el hilo conductor del amor.  Humphrey Bogart  en el papel de Rick Blaine e  Ingrid Bergman  como Ilsa Lund. Sin duda el amor. Y en el desenlace el conflicto en el interior por la conciencia. Un salvoconducto para dos de tres. Rick decide su sacrificio personal. Y ve el avión que se aleja en el adiós.   En el cine de 1970 el letrero de lo que pudo ser. Y en el silencio el dolor por donde estés. La vi en mi salón de clases con el grupo de segundo grado en 1991. Diez años después me encontré a unos alumnos. "Recordamos la película Casablanca, profesor. Usted pronunció también: "tócala de nuevo, Sam". Entrecerró los ojos. Y todos vimos el piano en el salón y a Sam".    Yo la he visto tres veces más

Mis películas: El tigre y la nieve

Dicen las noticias ficticias que cayó nieve ayer en Roma. Un libro de Neruda como afiche de palabras. Tus pies toco en la sombra y otros poemas inéditos. Y nieve sobre el pavimento y los árboles. Vi la película hace como cinco años. Y la he visto cinco veces más y vendrá la sexta en ese gozo de ver la actuación de Benigni. Un poema en esa sueño de soñar despierto con esa boda donde los escritores de todas las generaciones, escritores amados, como testigos alegres de ese encue ntro en la luminosidad de la vida. Cuán imposible puede llegar a parecer lo que en realidad es posible. O cuán posible puede ser lo que al parecer es imposible. En todo tiempo coincidir. Una película. Una historia conocida. Diez mil veces repetido el amor que es solo uno siempre. Bienvenido. Ya tengo el tigre en lucha permanente. Venga la nieve, llamarada blanca que ilumine la estación de tren. Donde estés.

Escribir

Las últimas semanas escribí sobre amigos y libros. Grato el recorrido en el pasado de amistades y palabras escritas.  Rutas de la alegría y la imaginación. Amigos que me acompañan en el viaje en presencia o ausencias, tardes de café y cartas. Libros que compartí con tu mano aquelas tardes de abril a abril, por decir enero. Tu lo sabes. Y seguiré escribiendo en el hálito del tiempo. Aunque siga con estos dos temas que me apasionan, entraré a lo que se complementa en mi biografía como discos, películas y otros apegos. Mis filias y fobias. Fui hace ya casi un año a dos conciertos: el de. Joan Manuel Serrat y Pablo Milanés, ambos maravilla, me quedo con los dos mas Aute y Silvio. Escribo que escribo. Y en ese sentido es el verbo escribir que me motiva. Amar, jugar, soñar también. Escribiré de ti. Escribo.

Mis amigos: Jorge Castillo

Callado, con voz de tenor, así es el maestro Jorge Castillo, de Jalpa de Méndez, Tabasco. Lo conocí cuando recién llegue en 1979 a este trópico húmedo. En la misma escuela primaria Benito Juárez, de la ranchería homónima, de mi inicio laboral. Éramos docentes ambos, entre varios que llegamos de varias partes del país. Jóvenes veinteañeros, entre ellos Lupe, de Monterrey; Gilda María Mena, de Yucatán, Mateo, Carmita y Jorge, de Tabasco; alguien más de Oaxaca. Como olvidar esa escuela, esa comunidad. Allí pasé mi primer cumpleaños con un convivio sorpresa. Los fines de semana cada quien a su lugar, y nosotros nos quedábamos en la ranchería, en virtud que no recibíamos aún salario, lo que tardaron un año. Mientras tanto, digo en broma, pedía en los cruceros de Villahermosa los fines de semana. El caso es que Jorge Castillo nos invitaba a pasarlo en su casa . Allí despertábamos los sábados, incomodando a su hermano Manolo. Incomodándolo no porque no quisiera él, o anduviera enojado, sino e

Mis libros: Veinte lecciones de educación infantil

Lo pidió para su clase de Ciencias sociales y su didáctica, en la escuela Normal, el Profesor Rafael Sandoval. Era un librito verde; su autor, el ruso Anton Makarenko. El maestro Sandoval sigue siendo inquieto, dialogador, entusiasta. Lo acabo de saludar apenas en mayo del 2013 en H. Matamoros. Sigue igual, lo veo igual. “Es que tengo el secreto de la juventud”, me dice afable.  El libro en mención es un volumen pequeño, con veinte temas relacionados a la educación infantil. Lo recuerdo bien porque se me quedaron grabadas muchas ideas. Entre ellas la más importante; que los alumnos aprenden en la práctica, y desde más pequeños con jugar a los trabajos de la casa, como colaboradores responsables de varias actividades: desde barrer, regar las plantas, dar ideas sobre los colores a pintar. Al realizar estas y muchas otras actividades el niño se siente parte activa y colaborativa de un grupo, en este caso su familia. Y de tal manera se va integrando a los grupos escolares en los que les t

Mis libros: Cartaa a una profesora

La Secretaría de Educación de Tabasco, está editando una serie de libros. Uno de ellos es el Carta a una profesora, por los alumnos de Barbiana. Los alumnos tienen una manera de ver las cosas muy distintas a las nuestras. Nosotros tenemos nuestro opinión de los alumnos y ellos de nosotros. En Barbiana, Italia, un poblado de pocos habitantes, el sacerdote de una iglesia reunía a los alumnos pobres para que estudiaran con él. De esa manera de estudiar, solidaria y tenaz, amigable y provechosa, surgió el libro Carta a una profesora, por los alumnos de Barbiana. Ellos cuentan del rechazo en las otras escuelas, donde atienden a los que están mejor alimentados, más saludables, a los que se les facilita aprender, y rechazan y marginan a los que se les dificulta por las razones que sean. Los alumnos, en su conjunto de textos, critican de modo claro al sistema educativo que selecciona a los pocos mejores y expulsa a los otros, y que coincide con que son los más pobres del grupo, hijos de campes

Las palabras

Dejad que fluyan las palabras. Cantarinas, adyacentes, fiesteras, Las palabras que llevan el rito y ritmo de la vida. Las que nos llevan y traen y subliman. Dejad que las palabras nombren, señalen, orienten, alegren. Las palabras en la exacta dimensión conocida. La que nos sugiere amaneceres y estrellas. La que evoca y siempre nos acaricia independiente de lo que diga. Las palabras cargadas de futuro y de pasado. La que lleva agua fresca, leche tibia y miel. Dejad que las bribonas disfruten los momentos desde el pensamiento, el trayecto y recorran la ruta conocida. Las palabras que hacen memoria y transitan con sonrisa. Las que ayudan a hacer ejercicios malabares y vuelan. Yo amo las palabras. Esas que me motivan a cantar el día. A veces, cierto,  necesitan un descanso. A veces dejemos que duerman, las muy bribonas, a veces se quedan atrás para no tirar basura, manchar manteles, sábanas. Y tengan razón en su estrategia. Tienen vida, tienen sueño, tienen sueños. Dejad a veces que duerma

Mis libros: Las bodas efímeras

Cada libro llega en su momento y lugar. Por Lerdo en Villahermosa funcionan tres librerías  de viejo. Me asomo a las novedades entre esas ediciones amarillentas, discos de vinilo y cedes modernos.  En el local de Rabelais, como le dicen a. Rabelo, miro desde mi llegada un libro viejo, dice María Banus, las bodas efímeras. Impreso en Rumanía. "Poesía", me ilustra el maestro. Sé de la sicología de vender, y abro el libro para asomarme a unos versos. " Nunca será bastante Parra mi/ este amor, este rayo/ esta alegría/ de cantar el sol nuevo...". Lo llevo, al rato pasó por él. Le dije y me fui a materializar unos asuntos. Al rato ya no estaba el librero. Pasaron unos días, como cinco quizá. Y pasé de nuevo. Allí estaban los libros y esté del que hablo. Lo compré. Consigno: Para el enfermo de soledad/ para el que sueña sábanas limpias/ para el que la lengua secreta ya no habla/ olvidó lengua  de conejo, lengua de pájaro/ dame, bosque, una rama de abeto, dame una hoja de

Mis libros: La biblia

Los cantares de Salomón. O los reclamos de Job. Están a la espera de asomarnos. y deleitarnos con esos textos que vienen desde hace mucho antes. Belleza que trasciende significados y se sobrepone a las traducciones. Los evangelios. Génesis. Apocalipsis.  Cada enunciado como una sentencia. Cada versículo todo un poema completo. Y además es un best seller. Es la estrella de los más vistos y vendidos. de los más leídos e interpretados. Como un pozo de agua fresca. Si hubieran diez libros para escoger, entre ellos estaría la biblia. Si solo estuvieran tres. Entre ellos la Biblia. Grande entre los grandes libros que cambian el mundo desde la conciencia individual. Y Salomón a la voz, para la siempre bien amada: ¡Cuán hermosos son tus pies en las sandalias,  Oh hija de príncipe! Los contornos de tus muslos son como joyas, Obra de mano de excelente maestro. Tu ombligo como una taza redonda Que no le falta bebida. Tu vientre como montón de trigo Cercado de lirios. tus dos pechos, como gemelo

Amigo: Miguel López

Infaltable en la lista Miguel López Cervera. Maestro de música de los buenos y coordinador de taller literarios. Radicaba en Cunduacán, Tabasco. Fue presidente de la Sociedad de escritores tabasqueños. Enseñaba más como maestro. Escribía poco. Tenía alumnos de música, con quienes formaba grupos. Y siempre a la orden de la amistad. Dos veces tocaron en la telesecundaria Revolución, de Nacajuca, donde trabajé como seis años. Una vez en un salón de clase. Otra bajo un mango centenario, en la tarde, con padres de familia y alumnos de público. Música clásica, claro. Trabajó mucho tiempo en DF y por problemas de salud se vino a Tabasco, a respirar el aire limpio a pocos metros del nivel del mar. Le hizo bien, porque siempre andaba con ánimo, platicador, sonriente. Un día de mi cumpleaños me invitó a estar en su taller literario. Y quedé con él que sí. Era una sorpresa: las mañanitas, el Himno a la alegría en alemán, con el coro que él formó.  Luego sesión de taller literario con pastel y vel

LIbros: Los para principiantes, de Rius

Los descubrí gracias a uno de los amigos que nombro por estas páginas. Ubaldo Bogar. Por esos días de estudiantes en la escuela Normal, andábamos en varias actividades. Una de ellas era la política estudiantil. En la planilla Verde, a diferencia de la tradicional Negra. Nosotros no teníamos un grupo específico a nivel nacional. Nos llegaban posters de distintos, algunos relacionados con la hoz o el martillo. O con la estrella con fondo rojo. Bien cabe el etcétera. Un día de crudo viento invernal llega hasta el patio mío el amigo Bogar, con unos libros bajo el brazo. Yo me ocupaba por echar un piso de cemento a un cuarto dibujado por mi padre, "para que estudies de a deveras", me sentenció bromista. Así que Bogar puso manos a la obra. Pero en un descansito nos pusimos a revisar los libros. Traía dos "subversivos" de Eduardo Del río (RIUS), los que llevan la extensión de "para principiantes". Ché, Carlos Marx, Cuba, El Capitalismo, y otros. A partir de allí,

Amigas: María Cristina

María Cristina. Morena, alta, con lentes. Llegaba en bicicleta al periódico. Era reportera. Siempre de lucha por el oficio. Por el rescate del oficio. Se metía a redacción a escribir sus notas. Le dedicaba el tiempo suficiente. Y salía en su bicicleta para regresarse a seguir sus actividades personales o a descansar. María Cristina de la Cruz. Era y seguramanete donde ande sigue siendo de trabajo con principios. Una vez le presté un libro y ella otro. Yo uno de José Saramago. Ella esos que forman una serie, Los caballos de Troya, de JJ. Benítez. Yo no los leí. Ella con seguridad sí. Luego se fue de Villahermosa y nunca más la vi. Tenía una sonrisa entre franca y desconfiada. Era en eso cauta. Una vez me dice: "yo no creo en la amistad". Y me quedé pensando. Me hizo pensar, no dudar. Y al día siguiente volvimos a platicar sobre el tema. Y esta fue mi respuesta: "Yo sí creo en la amistad aunque tenga pocos amigos, o incluso si tuviera uno solo. Y si ese uno dejara de serlo