Mis libros: Veinte lecciones de educación infantil
Lo pidió para su clase de Ciencias sociales y su didáctica, en la escuela Normal, el Profesor Rafael Sandoval. Era un librito verde; su autor, el ruso Anton
Makarenko. El maestro Sandoval sigue siendo inquieto, dialogador, entusiasta.
Lo acabo de saludar apenas en mayo del 2013 en H. Matamoros. Sigue igual, lo
veo igual. “Es que tengo el secreto de la juventud”, me dice afable. El libro en mención es un volumen pequeño,
con veinte temas relacionados a la educación infantil. Lo recuerdo bien porque
se me quedaron grabadas muchas ideas. Entre ellas la más importante; que los
alumnos aprenden en la práctica, y desde más pequeños con jugar a los trabajos
de la casa, como colaboradores responsables de varias actividades: desde
barrer, regar las plantas, dar ideas sobre los colores a pintar. Al realizar
estas y muchas otras actividades el niño se siente parte activa y colaborativa
de un grupo, en este caso su familia. Y de tal manera se va integrando a los
grupos escolares en los que les toque trabajar. El autor lo es también de El
poema pedagógico, reconocido como una de los textos que de manera bella (por
eso lo de poema) nos ayuda a conocer el proceso de la enseñanza amorosa y
disciplinada, partiendo desde el ejemplo del mismo educador. Volviendo al
motivador maestro Sandoval. Ya para despedirme de él en ese mayo del 2013 me invitó a su escuela.
Entramos donde estaban los tambores y cornetas de la banda de guerra. Tomó un
tambor, yo otro. Y tocamos como dos adolescentes Toque de bandera y Tres de
diana. Parecía escena de película pedagógica. Inolvidable esa escena.
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