La araña
La araña asciende en su red, tejida la víspera. Lenta y segura, ligera. Asciende porque trabajó el destino de la evolución de especie en ese minúsculo animalito. Nada sabe del pasado. No conceptualiza de ambientes. Sabe de cierto de los días que transcurren. No lleva registro. Prepara otra red. Porque le sirve también en el descenso. Yo la miro desde la silla donde escribo. Sigo de rutina esa su manera de ser en la espera de la nada. Voltea a verme mientras asciende. A mi manera de ver las cosas. Yo soy también la araña. Porque deliro siendo alguien también soy nada, el tiempo.
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