La noche

La noche es la aventura de los sueños. Aladas mariposas  te elevan hasta el infinito y de regreso. Alados sueños, por supuesto, con mitos incluidos entre búhos, murciélagos color rosa y encuentras unicornios, incluido el azul de Silvio, donde estés. Transitas caminos dorados o rojos, móviles cuerpos entre penumbras y claridades, aparecen las musas de las humedades, una a una, por supuesto. Y aparecen también los rostros que nos fueron familiares, ya sin maquillaje o photoshop, las de la tumba rosa o verde, las que están en crisis permanente, por brumas que se les presentan. Sujetas por cadenas del cambio y las tradiciones, sujetas por pasados inexplicables, piden auxilio a la nada, a las hadas. Y despiertas de pronto pensando que todo ha sido real y recuerdas la nostalgia por el polvo, los chocolates y lo tierno de ciertas canciones. Son los recuerdos que se repiten allí, en el reino de la noche, aventura propicia para los sueños. Yo sueño que estoy aquí escribiendo para ti, o a nadie que fuera en todo caso lo mismo. El día es la aventura de los sueños, también.  

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