La fiesta

¿Uno, diez o cien años la fiesta de la vida y lo bailado? Hay lugares así, donde parece que la vida es una fiesta de derroche de tiempo permanente. Pero son de hola y adiós. Mi negocio es mostrar parte de mi identificación. Algo va a pasar de grave en el mundo. Mi negocio es dilapidar menos. Estábamos escuchando melodías. Y hablando entre el ruido. Yo le decía del futbol, el parlamento, con datos de gol, discurso y todo, incluída numeralia. Ella me hablaba del del nuevo disco de Serrat, del libro que me tiene guardado.  Les vieras el rostro de orgullo. Era brutal el intento de diálogo. Inconcluso el intento solo incluídos los silencios, los reclamos, las dudas. Yo sé que esto termina, pero mientras disfrutaré. ¿Bailamos? Encantado, repetí entre sueños. Y nos subimos a la rueda de la fortuna. Desde allí vi al pescador capturado. Es que en esa época éramos casi niños. Se acabará el mundo ayer. Sí, pero lo bailado nadie nos lo quita. Se trata de vivir, honrando en realidad la vida. Escuchamos mientras tanto sobre ese raro encanto de la vida.

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