La poesía

Y yo en ruego y ruego. A fin que volteara a verme. Y me guiñara el ojo. La humedad es buena. El agua, por ejemplo, se acomoda. Y las palabras iban de paso. Hubo tiempos de mi rogar. Que tocara mi corazón. Que me diera aliento en mis horas muertas. Que reverdeciera la hojas yertas. Y nunca ocurrió tal mi deseo. Te espero, ahora, sin esperar, Poesía.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

De cartas

¿Por qué así, señor periodista?