Sueño que estoy aquí

1. Confieso que he soñado. Con los ojos abiertos y con los ojos cerrados. También durmiendo. Me despierto y cuando abro los ojos recuerdo con nitidez lo que viví en los sueños. Puede parecer rara esta expresión que "los viví", pero es que han sido tan reales. Me sorprende por eso cuando alguna amiga o algo me dicen que ellos nunca sueñan. Es muy probable que sí, pero que no los recuerden al despertar.

2. Antier me pasó que vivi dos realidades en el sueño. No es un juego lo que afirmo. Sino que efectivamente viví dos experiencias tan reales como que estoy aquí escribiendo. Pero antes quiero explicarme. Siempre que había soñado antes me iba cuenta que era sueño. Por ejemplo si soñaba a mi madre viva, sabía que ya estaba muerta de hace años y que era agraciado yo de verla en los sueños como si estuviera viva.

3. Soñar con los ojos abiertos es muy sencillo: es ver lo que está sucediendo e imaginar que puede ser distinto. Así de sencillo. Conciente y estando despierto, uno puede cerrar los ojos e ir pensando en cosas que hacemos suceder en la imaginación. Ya uno puede imaginar un viaje, abrazar a una persona. Y ya no le sigo. Algo muy distinto es, decía, soñar y saber que se está soñando, que lo que vemos en el multicolor sueño eso es todo y nada más. Pero hay esos sueños que son realidad alterna a la realidad que vivimos.

3. Yo de niño soñaba ser grande. Con los ojos abiertos soñaba eso. Tendría como 9 o10 años, y me imaginaba de 25, tomado del brazo de una mujer e ir al cine, cuando menos. Y reír juntos. Yo reía con mis amigos y amigas de mi edad. Y jugábamos, claro. No perdíamos el tiempo con prisas, ni con preocupaciones de pagos al banco, ni nada de eso. El día a día era jugar. Y mi sueño lo radicaba en una realidad de futuro, que se me hacía mucho muy lejano. Soñaba con tener 25, para hacer lo que los adultos hacen. 

4. Luego me encontré en secundaria con el poema de Calderón de la Barca, que se llama "La vida es sueño". Y el maestro nos hacía leer un fragmento, sobre todo el que dice "Yo sueño que estoy aquí/ de estas prisiones cargado,/ y soñé que en otro estado/ más lisonjero me vi./ ¿Qué es la vida? Un frenesí./ ¿Qué es la vida? Una ilusión,/ una sombra, una ficción,/ y el mayor bien es pequeño:/ que toda la vida es sueño,/ y los sueños, sueños son".

5. Y ese fragmento del poema, que es el monólogo de Segismundo, revoluciona cualquier cerebro, por más despistado que sea. El poeta lanza sus cartas del destino en forma de versos. Y rompe los paradigmas de la realidad monolítica, de un solo sentido, de una misma manera para todos. Y no es que hable de las sensaciones y percepciones. Sino de la razón que nos conduce a pensar en lo efímero de la vida.

6. Puede ser que algunos no sueñen. No es mi caso. Mas lo grave sería que tampoco soñaran despiertos. Que no tuvieran aspiraciones y anhelos. tarde que temprano, una noche de paz y de amor, dormidos plácidamente, ha de asaltarles el sueño, y verán en tecnicolor o blanco y negro sucesos del pasado y del futuro. Y entonces sí, se resolverán muchos problemas personales. Sobretodo, el de la intranquilidad. Los sueños son premoniciones que nos ayudan a vivir la vida, si estamos dormidos. Y estando despiertos los sueños nos ayudan a impulsarnos a mejores condiciones de vida.

7. Yo siempre he tenido sueños gratos. Me dicen amigas que han tenido pesadillas. Amigos también. Yo no. Ni aún en los momentos difíciles que todos tenemos en la vida se me han presentado imágenes de terror, de dificultad, o que me atosiguen. Duermo com angelito y despierto igual. Y luego me pongo a recordar lo soñado, como ejercicio de la memoria. He soñado viva a mi madre muerta, lo mismo a mi padre. He soñado con novias que tuve hace muchos años, y platicamos como amigos. He soñado que ando de turista en ciudades muy distintas a las que conozco. Y en una de esas he soñado en ciudades del futuro.

8. Pero quiero recalcar que esta vez que comento soñé dos realidades. La del sueño a como lo conocemos y la  realidad conocida y común, que es esta de las prisas, de las ocupaciones, preocupaciones, del estrés, de los odios y envidias, y que a nadie de nosotros nos es ajena. pero entré a ese otro sueño de realidad que sentí no como real, sino real, y ese es el tema que me ocupa. Deseos satisfechos, instintos vivos, anhelos por cumplir, humedad de paja y lirio, ciudades limpias y con jardines celestiales, lectores en voz alta en las esquinas.  

9. Pero bueno, lo que quiero recalcar es el miedo atroz que percibí en el sueño. Es decir. estaba consciente de dos realidades distintas. esta, la nuestra, la de nosotros, la de quien escribe y lee, la conocida, la referida, la vilipendiada, la que nos quejamos, la del abandono, la de la desidia, la del amor que no fue, la gris, prisionera de la prisa, y al otra: maravilla de maravillas, la del ensueño. Y pude yo vislumbrar las dos realidades. Queriendo estar en ambas: una, la vida es bella y maravillosa. La otra: el ideal, a de La Paz y la armonía, la de las buenas vibraciones, en la que el instinto corre igual que la velocidad de la luz, donde la vida es una vibración de éxtasis, serenidad y paz alternadas. Solo que había qué decidir entre una y otra. Nunca hay dos glorias, y eso lo sabemos cuando estamos ente un amor y otro. Solo que uno era volver a la realidad conocida. y la otra era desprenderse de la otra y morir, para renacer en la otra, de la que he dado detalles.

10. precisamente, en lo de los sueños lo ha resuelto bien Pedro Calderón de la Barca, que a la letra dice a sí:  Sueña el rey que es rey, y vive/con este engaño mandando,/ disponiendo y gobernando;/ y este aplauso, que recibe/ prestado, en el viento escribe,/ y en cenizas le convierte/ la muerte, ¡desdicha fuerte!/ ¿Que hay quien intente reinar,/ viendo que ha de despertar/ en el sueño de la muerte?/ Sueña el rico en su riqueza,/ que más cuidados le ofrece;/ sueña el pobre que padece/ su miseria y su pobreza;/ sueña el que a medrar empieza,/ sueña el que afana y pretende,/ sueña el que agravia y ofende,/ y en el mundo, en conclusión,/ todos sueñan lo que son,/ aunque ninguno lo entiende./ Yo sueño que estoy aquí/ destas prisiones cargado,/ y soñé que en otro estado/ más lisonjero me vi...que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son."



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