De flores y basura

 1. Una mosca gira en mi alrededor e insiste. Ya lleva varios minutos así. Y me molesta. Por más que trato de alejarla con mis manos. Por más que me muevo, se quita y regresa. Zumba burlona y monótona. Me levanto, doy unos pasos y regreso. Hago mi café y regreso. Y ella insiste. Siempre he querido comprarme un matamoscas y no lo he hecho. No sé qué significa todo eso. Y hasta me digo si no es que para la magnitud toda del universo somos apenas moscas que hacemos fuego.

2. El viernes y sábado no pasaron los señores que levantan nuestra basura (es común decirles los señores de la basura). Así que se acumuló buena cantidad incluyendo la del domingo. Tanto acumulamos entre botellas de plásticos, latas de aluminio, papeles, cubiertas de todo, cáscaras de frutas, huesos, ropa que ya no usamos, cartas de amor que significan un pasado, libretas de otros años de cuando las clases, pentágonos o cuadrado de cartón donde nos venden las pizzas, pedazos de vidrios roto. Miro el acumulado de basura en la esquina de mi casa. Y les seguimos diciendo los señores de la basura a ellos, que pasan a recogerla. 

3. Lo de la basura es todo un tema. A veces paso por el basurero municipal que está a la salida de la ciudad, rumbo a Loma de caballo. Y miro la descarga que hacen y familias enteras trabajando allí en una actividad que se le llama pepena. Y consiste en reconocer algo de valor en la basura. Una ocasión me tocó ver (porque me he detenido algunos minutos) a una niña que levantaba una muñeca grande y a abrazaba emocionado como cuando se abre el regalo en Navidad donde tienen esa tradición de entregar regalos o en Día de Reyes. Finalmente luego de ese abrazo la depositó en el lugar de los plásticos.

4. Leía en una ocasión sobre  un hombre italiano que le llamaban El Loco, o el señor de las muñecas. En su patio tenía muchas de ellas acomodadas o colgadas de los árboles. Era un verdadero espectáculo mirar toda esa colección que provenía de la basura. El autor del libro, que era un maestro de Filosofía logró platicar con él, y le preguntó sobre su afán de coleccionar esas muñecas. Y la respuesta: "ellas tienen alma, ella llevan en sí los sentimientos adheridos, las caricias, las risas y la lágrimas de los niños de quienes ellas fueron. Ella no son simple plástico como cuando salen de la fábrica".

5. Toda una industria son los deshechos. La basura no es natural, por eso tampoco puede ser natural la industria de la basura. Es un entramado de relaciones de ventaja para ganar dinero a costa de cientos de personas sin seguridad social. Que buscan en la basura el valor para cambiarlo por lo que metafóricamente podríamos nombrar como un mendrugo de pan. Niños que no van a la escuela. Y si van son humillados, burlados. Y ellos en algún momento se aferran a no ir, salvo contadas excepciones.

6. Pero podríamos tomar el ejemplo de la basura para trasladarla a nuestros malos hábitos, sentimientos y costumbres. Nosotros también sin saberlo cargamos en nuestro interior un cúmulo de basura, rescoldos de la manera como fuimos orillados a ser. Si la mentira se ha enseñoreado. Si deseo lo que no me quiero ganar. Si le quito algo a los otros. Si trato de salir con ventaja en la carrera. Si me cae mal algioein sin conocerlo, solo por lo que me dijeron de esa persona. si juzgo el proceder de los otros sin autocriticarme yo mismo.

7. El cuento pedagógico refiere a un hombre en condiciones de miseria que estaba sentado en una banqueta. Y un hombre bien vestido y con corbata pasó junto a él y como de obsequio en burla le dejó una bella y colorida caja con basura en el interior. Y satisfecho con hacer burla el hombre se fue caminando. El que recibió dicho obsequio rápido tomó un ramo de flores que tenía cerca, se levanto y caminando rápido lo alcanzó y le obsequió las flores. El hombre bien trajeado y de corbata se sorprendió y le hizo la pregunta de por qué a cambio de la basura recibida regalaba flores: "Porque cada quien regala lo que lleva en su interior".

8. Ahora, para motivo de este texto tenemos flores y basura. Y cada una representada en lo literal como en lo figurado. En lo literal hay que sacar la basura que producimos como consumidores antes (no después) de que pasen los hombres que trabajan recogiéndola. Un niño le dice a su padre: "Padre, ya vienen los hombres de la basura". El papá le dice: "No hijo. Nosotros somos los de la basura. Ellos son los de la limpieza". Y metafóricamente la basura social es lo que cada quien llevamos dentro y la vamos acumulando: odios, rencores, resentimientos, envidias, frustraciones, chismes, etc. Y toda esa basura de los individuos que somos, junta, es nuestra colectividad, de la que regularmente nos quejamos.

9. Pero no nos pongamos tristes reflexionando sobre esa basura social a la que también contribuimos nosotros, aunque no lo queremos ver, aunque no lo queramos reconocer. No basta con no tirar basura en la calle, arrojada por las ventanas del auto. No basta con sacar la basura antes de que pasen los señores de la limpieza. Nada de eso basta. Se requiere reflexionar sobre nuestros actos motivados o movidos por nuestra basura interna. De hecho hay quienes se acercan y solo nos cuentan de sus calamidades (basura interna) a la que califican mala suerte y maldad para con ellos de los otros. Y ¿Qué hacemos? al principio las escuchamos. Y luego tratamos de evitarlas, con el fin que esa basura suya no la comparta con nosotros.

10. Cuando voy a una escuela me fijo si domina la basura o las flores. Entro al baño. Miro si hay jardines o áreas áridas. Si hay botes de basura que ellos mismos parecen basura o están bien pintados. Y ya sería exageración que fueran unos para basura orgánica e inorgánica, que su trato debe ser diferente. Pero también hacia uno mismo debe haber esas visitas que se llaman introspecciones y ver si tenemos basura en nuestro corazón o flores.

11. Para un día de flores, canción de Silvio Rodríguez: "...Si luego vuelvo cargado/ Con muchas flores/ Mucho color/ Y te las pongo en la risa/ En la ternura, en la voz/ Es que he mojado en flor mi camisa/ Para teñir tu sudor





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