Tiempo de penurias

Tiempos de penurias

1. Vamos a ver: si digo la palabra belleza. Todo se transforma ante mí. Porque mi mente la encuentra sin buscarla. Pero no es lo mismo en todos. Los otros mirarán algo más o menos de lo que yo miro. Porque no son los ojos los que miran. Es el cerebro con sus millones de neuronas descifrando mi punto de captación de luz. Y es el mismo cerebro que descifra las palabras de ideas que leemos en los libros. Cuando en clase hablan Roberto, Toto, Mario Nahim y José Manuel, dando opinión, yo imagino en silencio los distintos enlaces que hacen sus millones de neuronas, en ese movimiento de conexiones eléctricas. ¿Y cuando diga las palabras "pobreza moral" o "violencia"?

2. ¿Qué es la realidad? Lo que alcanzamos a mirar. Pero es también lo que no miramos. Sea por defecto propio. Por ignorar. O por no tener la capacidad de mirar detalles. Por eso se habla de la punta del iceberg, lo que todos podemos mirar. Lo demás queda oculto. La violencia es una realidad. Lo mismo que la extrema pobreza. Solo que nuestro cerebro las capta de manera diferente, según la posición de cada quien.

3. No me hagáis caso en estas divagaciones. Es bueno dejar que las ideas fluyan. Yo lo hago como ejercicio. El orden lógico de las palabras aparecen de manera automática. ¿Las pienso? Sí y no. No, en la manera tradicional de que yo vaya pensado cada idea. Sí, porque todo lo que pasa por nuestro cerebro es pensado, aunque no razonado. Si yo estoy sentado y me levanto para ir a la cocina, no lo razono. Son movimientos como automáticos.

4. ¿El ser humano es bueno por naturaleza? Si es así, entonces la violencia es cultural. Somos naturaleza y cultura. Una es sometida por la otra. La otra no logra imperar sobre la primera. Y el equilibrio es necesario. ¿Cómo llegar a ese equilibrio? Ese es el reto colectivo. Todo lo que sucede nos afecta. Solo que cuando nos afecta directamente es cuando reparamos en ello.

5. ¿El hombre es malo por naturaleza? Si es así, entonces la educación ha fallado rotundamente. Y no me refiero a la que queremos encasillar solamente en las escuelas públicas, siempre con carencia de todo tipo. Me refiero a educación social que se imparte en todo tiempo y lugar.

6. Largo plazo es diez, veinte años, treinta. Imaginemos un verdadero mejor lugar para vivir. Sin rejas, sin barrios exclusivos. Con delitos mínimos. Con beneficios máximos. Todo ello no se logra sin visión a futuro. Porque dicha visión por alcanzar en lo porvenir, nos definiría lo que hay qué hacer para lograrlo. Y ese quehacer sería la tarea diaria. ¿Es posible? Sí, claro, siempre. Digo, siempre y cuando logremos construir una "visión colectiva". Imaginemos una embarcación con cien personas que todos remen hacia cualquier parte. Y muy distinto a que remen hacia un solo rumbo, convencidos y seguros de a dónde van.

7. ¿Bueno o malo por naturaleza, es el hombre? La filosofía se ha detenido en esa parte y siempre será discusión vieja. Se puede matizar o atemperar. De una u otra posición hay filósofos defienden las antagónicas posiciones. Que es bueno: Rousseau,Kant, Locke. Que es mal: Hobbes, Calvino y Schopenauer. Cada quien con afirmaciones rotundas. Ya dije, contradictorias. No sería mala idea echarle un ojo a cada una de las posturas.

8. Hay una palabra recurrente en quienes quieren hacer una explicación de lo malo en todo, digamos en educación. Se trata ese tema en muchas reuniones. Y siempre están los doctos que la utilizan: "La problemática en educación es multifactorial". Así lo dicen con la voz engolada. "Multifactorial". Como si nadie lo supiera y estuvieran anunciando el descubrimiento del hilo negro. ¡Sopencos! Claro que lo es. ¿Y? Pero concedo que es bueno reiterarlo. Se requiere una visión de conjunto, amplia, para atacar la problemática.

9. Ortega y Gasset dijo que "el hombre es él y sus circunstancias". Tampoco enunció gran cosa. Ni modo que sea formado el hombre por circunstancias ajenas a su vida. En todo caso lo que se requiere es que enseñemos desde niños a modelar sus circunstancias. Solo que hay una violencia estructural. Quiero decir que hay una estructura fuerte y lógica, reproducida por las superestructuras, que es la que genera la violencia. Porque de ella vive, de ella se aceita, de ella se alimenta.

10. Pero somos país de periodos de seis años. Esto me lo hizo saber a los 13 años mi maestro de civismo, ya hace lejanos 51 años: "La desgracia del país es que cada seis años un nuevo gobierno intenta hacer creer que la historia comienza con el periodo que inicia". Así nos decía Raúl Torres Torres en aquellas aulas nuevas de la secundaria 2, "Adolfo López Mateos", en Matamoros. Eran días de invierno. Eran tiempos de penurias en nuestras casas.

11. Canta Eugenia León: Y "¿Quién dijo que todo está perdido?/ Yo vengo a ofrecer mi corazón/ Tanta sangre que se llevó el río/ Yo vengo a ofrecer mi corazón/ No será tan fácil, ya sé qué pasa/ No será tan simple como pensaba/ Como abrir el pecho y sacar el alma/ Una cuchillada del amor/ Luna de los pobres siempre abierta/ Yo vengo a ofrecer mi corazón/ Como un documento inalterable/ Yo vengo a ofrecer mi corazón/ ...Y hablo de países y de esperanzas/ Hablo por la vida, hablo por la nada/ Hablo de cambiar ésta, nuestra casa/..."

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