Más quiero verte que escribirte
1. Me preguntaron en sueños ¿que quieres? Mi respuesta fue inmediata: una carta.
2. Pero ya no existen a como las conociste: escrita, metida en sobre, timbrada, y enviada vía terrestre o aérea.
3. Y caigo en la cuenta que fue solo un sueño. A la pregunta, la respuesta de nostalgia. Escribir carta era una emoción sublime. Fuera a la novia o a familiares.
4. Mi padre no sabía escribir, y la dictaba a mis hermanos mayores. Era todo un ritual. Decía por ejemplo "Aquí" para decir allá. Y aunque le discutíamos, él se imponía con el siguiente argumento: Debe decir aquí, porque cuando la lea mi hermano será allí, donde él está.
5. Yo esperaba cartas de Luisiana. Tenía una amiga estadounidense, que vivía en Baton Rouge, cu capital. La conocí en Matamoros. Yo de 14, ella de 15. Fue en unas de esas campañas evangelistas de verano. Intercambiamos dirección.
6. Yo no sabía inglés más que el one, two, out, banana, house y cosas así. Pero mi maestra de inglés, Raquel, me las traducía. Y luego corregía mis textos de respuesta.
7. Escribe una carta. Una semana para llegar. Y otra semana para esperar la respuesta. Suficiente tiempo para madurar ideas, para reflexionar, para extrañar las palabras sentidas de regreso, para escudriñar nuestras sensaciones en el universo. Todo ello que provocan las palabras.
8. No todo tiempo pasado fue mejor. Algo sí, pero no todo. Ni todo lo actual es peor que en el pasado. Eso que lo digan otros. Las guerras son actuales y fueron en el pasado, lo mismo: destrucción y muerte. El amor es tan bueno ayer y antier, como hoy. Y lo será mañana.
9. Yo recuerdo en esa juventud, que estaba pendiente cuando a lo lejos se escuchaba el silbato del cartero. Y con la esperanza que también silbara frente a mi casa. Y dijera sonoro mi nombre. Dicha plena. Y cuando pasaba de largo. Me decía: ya será mañana. O pasado mañana.
10. De la canción, interpretada magistralmente por Pedro Infante: "A ver sí a esta si le das contestación/ Ufemia/ Del amor pa' qué te escribo, y aquí queda como amigo/Tu afectísimo y atento, y muy seguro servidor..." Y antes dice: "...Te devuelvo tu palabra/Te la vuelvo sin usarla/ Y que conste en esta carta que acabamos de un jalón./ No me "escrebites"/ Y mis cartas anteriores/ No se si las "recibites". Tu me "olvidates"/ Y mataron mis amores el silencio que les "dites"..."
11. No extraño el tiempo pasado. Extraño las cartas. Por eso escribo. Y aunque ya he escrito varias, ahora, y las he mandado. Han sido como cartas a "Ufemia", de las que aun espero contestación, a ver si a esta sí. No es cierto. Aprovecho en este Día del Cartero, para darles las gracias por esa dicha de transportar, en papel, palabras, y llevar dicha para quien las recibe. Por cierto, me.parece mirar a mi padre dictando las cartas. Siempre al final las terminaba de esta manera: "...que más quiero verte que escribirte..."
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