Esperas

1. Esperas. Yo sé que estás en espera permanente. Ya viene el fin del mundo nos decían desde niños. Y ni sabíamos que existíamos. Y menos que era el mundo. Y así sin más nos pusimos en situación de espera. 

2. Esperas. Aún no hay fin del mundo. Esperas ir a la escuela. Y de la alegría plena de la niñez, por la casa, los juegos, el perro y la gallina del patio, pasas a la escuela donde a la semana esperas la hora de salida para volver al paraíso.

3. Entonces esperas las vacaciones, el fin del ciclo escolar, el fin de los 6 años de la primaria. Y este llegaría con la ceremonia de graduación. Pero hay que volver otros tres años a otra escuela.

4. Y esperas encontrar amigos y un amor... y los encuentras. Entonces te dices que esa espera valió la pena. Se suceden las aventuras de los amigos en los escapes de clase, las idas al cine y al parque, y llegó una novia con quien diste y recibiste el primer beso. Y esperas que dure esa alegría y dicha mejor que el paraíso. Descubres otro cuerpo luego del tuyo. Tus manos aprenden mil lecciones y tu corazón late frenético y esperanzador.

5. Y esperas la entrada a la universidad, ya en la edad de los 18años, dispuesto a tragarte el mar de un solo buche. La revolución se mira posible porque también la esperas. Has seleccionado una rut de carrera profesional. Que puede ser cualquiera. La espera sigue con los resultados de calificación  de cada materia que se van acumulando para un promedio de medianamente aceptable hasta cada vez uno mejor.

6. En paralelo esperas los fines de semana, las vacaciones, llegue semana santa, tu cumpleaños y la navidad. Madre te espera por las noches, y padre para jugar algo deporte los fines de semana. La espera de la esperanza de ellos está puesta en ti, como un hombre de bien que no se mete en problema. Tú esperas a otro amor de tu vida, a un amor como lo has visto en las películas. No falla, se presenta ella como un notición en cualquier lugar, en ese fino detalle del destino, que abre la puerta a la dicha con una sonrisa como anuncio dentífrico.

7. La espera ha valido la pena. Caminas por las grandes avenidas comentando cualquier tontería para hacer plática y ella también responde a lo mismo. le platicas del libro, y ella te escucha y te platica de otro libro, pero además de sus anhelos de viajes, de conocer el mundo por mar, agua, tierra, de tomarse fotos en Nueva York, Roma y París. Lo esencial es que coincides. Pero se presenta la muerte repentina, sea la tuya, y se acaba el texto o de ella, y podemos continuar. Fue un accidente en casa, te dicen, pero te investigan, sin que la debas y ni la temas. El amor ha sido perdido por causas ajenas a tu voluntad y ha sido la causa del destino, malévolo y traidor.

8. Vives tu auto, pero no es lo mismo. No habrá otra persona para ti como ella. Te dices. Pero despiertas del sueño. Ella vive solo que ya no te quiere como amor, sino como amigo, y le dices que sí, que no hay problema, que la vida sigue y le deseas suerte en su nueva vida sin ti. Esperas un trabajo. Y lo consigues porque hablas bien dos idiomas, te habían dicho que el inglés es el idioma de los negocios y del comercio, y el chino y el coreano del futuro, pero le dijiste basta al aprendizaje de esos otros idiomas, y te quedas con el tuyo y el inglés.

9. En las frías noches de soledad, y humedades de lluvia u¡y otras, sueñas en casarte, tener hijos, casa y auto disponible. Habías escuchado de las clases sociales. Pbre o clase media?  Afortunadamente en esa espera se te van presentando nuevas oportunidades, tanto de trabajo, como de pareja el mil amores. Decides al fin en tomar decisiones que ubican tu vida. Te casas, tienes hijos que van creciendo en el día a día, y van tomando tu lugar en el cambio de generaciones, con las mismas esperanzas en estos tiempos nuevos. Ahorre para el futuro. Miras la última estación no aún muy cercas del ocaso. Y escribes cartas, esperando respuestas. Miras, en las noches, a la cielo, y el titilar de estrellas se mantiene, a veces la luna llena parece que te sonríe o esta llena.

10. Finalmente mueres. Una madrugada se cierran las posibilidades del respiro, el corazón se detiene. Dicen que hubo algunos estertores, respiración dificultosa, y al fin terminó el viaje en la vida. Ya no te das cuenta. Discuten la decisión de velarte y si te entierran o te incineran. Mientras tanto se realiza el sepelio. Llegan los amigos y las amigas a platicar entre ellos para recordar los dos o tres chistes que repetías, les avisan que repartirán tus libros. Se toma café y panecillos. Alguien dice tu nombre. Y aparece en un diario las palabras que escribiste para que se publiquen el día de tu muerte. 



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