¡Gracias!
1. "Muy agradecido, muy agradecido, muy agradecido". Con esa expresión triplicada se le recuerda A Don Pedro Vargas, cantante tenor de hace muchos años. La decía al finalizar una canción o ante cualquier pretexto. Viene a mí ese recuerdo porque lo escuchaba desde niño. Y yo no comprendía lo que significaba esa expresión. Ahora busco una canción de agradecimiento. Y aparece de bote pronto, la de Roberto Carlos, el brasileño: "Te agradezco, Señor". Por más que sufra, dice, agradece. Se dice bien que una de los valores de todo ser humano, y habla bien de él, es ser agradecido con lo que se tiene. Y no despotricar contra lo que no. Algo pasa en el cerebro de los agradecidos y algo distinto en los malagradecidos. De estos, sálvame, señor.
2. Una persona muy querida por mí, de mi sangre, le dije ante los problemas: "Cuando te despiertes, agradece de tu vida. No todos logran despertar. Muchos cada noche se acostaron con vida y ya no despertaron. Suele suceder. La vida es tan breve y fugaz, tan efímera, que todo acabará en un instante. Gracias. Y cuando salgas de tu casa -continué-, antes de abordar tu auto, voltea a ver tu casa. Y agradece que tienes casa. Y casa amplia y bella. No todos tienen casa. Y cuando llegues a tu negocio, con los problemas que tiene, agradece que tienes ese negocio y que no rentas el espacio. No todos, no cualquiera, tiene esa posibilidad". Yo ensayo mis criterios, afino mis procedimientos, para reiterar que agradecer es un cambio de chip en el pensar. Y esa actitud de dar gracias genera vibraciones, mensajes de bien estar. Lo contrario es quejarse de todo.
3. Yo agradezco el poder escribir. No me pegunto si es bueno o malo el texto que se va armando. Que esa categoría bifurcada me tiene sin cuidado. Valoro mis palabrasescritas. Y tener la dicha de leer. es decir: los sentidos quizá lentos, pero en funcionamiento. Me dicen que ando algo sordo, cuando pido que me repitan la pregunta. Que es cierto, miro algo borroso para leer, usted sabe, la edad, ojos cansados de tanto mirar. Pero de lejos miro bien, y reconozco a las personas de bondad.
4. Agradezco que sueño. Andaba yo en cruce de río. Y llegué a la orilla, donde se aborda la lancha. En fila, avanzamos para abordarla. Y se lleno dos antes de mí. Así que a esperar su ida y vuelta. Mientras tanto dijo el vigilante: "agáchense para que no los vean que están aquí, muy a la orilla". Eso hicimos. Por arriba se escuchó que iba a pasar el tren. El ruido evidente que se acercaba. Yo no recordaba que había vías. Y pasó, raudo. En unas ventanas se veía ropa interior de mujer colgadas y blusas, para que se secaran al viento. Hacía frío y había humedad en el ambiente.
5. Agradecer es estar conciliado con la vida. Y saber que venimos a ayudarnos en este viaje. Es reconocer que alguien hizo algo por nosotros, sin mayor interés que darse en darnos algo: un pan, un café, un taco (de ojo), un poema. Cómo no recordar en mi cumpleaños 20, lejos de casa, en una comunidad de Tabasco, convivio sorpresa y los abrazos, y el pastel, y las mañanitas, por amigos y amigas que apenas teníamos un mes de conocernos. Agradecido Lupillo, Gilda, Carmita, Nora, Margarita, Jorge, Mateo.
6. Le agradezco a mis padres la vida. Hayan sido los mediadores para que yo naciera. Ellos eran tan pobres como los más pobres padres. Y los más ricos como los más ricos. En lo económico, los más pobres entre los pobres. En lo espiritual y valores, ricos, los más ricos. Agradecerles que me hayan llevado a la escuela, ellos que no tuvieron esa oportunidad. Para ellos no fue sacrificio: fue un deber amoroso. Por ellos ando aquí entre palabras, talleres de escritura y lectura, caminos. Gracias a ellos trabajé en escuelas. Y reitero mi agradecimiento.
7. Gracias. Recuerdo cuando vi en vivo, en un programa de "Siempre en domingo", y presentaron, ya enfermo, a Jose Alfredo Jiménez, cuando estrenó su canción de despedida "Gracias". "¿Cómo puedo pagar, que me quieran a mí y a todas mis canciones... De veras, muchas gracias..." Y recientemente vi un video donde Paquita la del Barrio, en su restaurant, cansada ya, inmensa, y con lágrimas, canta la misma canción, agradecida con su público, por "haberme aguantado tanto tiempo..."
8. Agradezco mi cuerpo, ni nave. Y a cada una de sus partes. Agradezco las alas ilimitadas de mi imaginación. Mi nariz de boxeador. Mis pies de lancha. Mis orejas de antena parabólica. Mi piel que requiere constantemente crema. Mi estatura que me permite asomarme por sobre las bardas. Mis ojos escudriñan por rendijas. Mis oídos disminuyen en captar los sonidos, pero todavía escucho, digamos bien, el canto de los seres humanos, de los pájaros y de las plantas. Agradezco a las amigas y amigos, por ser mirada y sonrisas esperanzadoras, por reconocerme, por darme sus palabras y recibir las mías. Por tener unidas nuestras almas.
9. Mercedes Sosa interpreta la canción de Violeta Parra, con "Gracias a la vida". Y dice que le ha dado tanto. Y si uno reflexiona en lo particular de todo lo que va diciendo, vamos reconociendo que efectivamente (a lo mejor creemos que nos falta o efectivamente nos falta) nos ha dado tanto. Yo no sé tú, pero a mí sí. Y coincido tanto con la canción de Roberto Carlos y esta de doña Vileta Parra. Agardecer es mandar un mensaje al universo, sea este lo que fuere, o a dónde llegue, o cuáles sean sus límites en lo finito o infinito, sin límites.
10. Yo agradezco la infinita bondad de algo la naturaleza o Dios, que me ha dado esta oportunidad de andar aquí y allá. No tengo más anhelo que andar sobre el suelo, sobre caminos varios, e imaginar un cielo en mi interior y en el interior de ti. Agradezco el café y la comida en mi mesa. La ligereza de las penas que me tocan, porque nadie estamos exentos de ello. Agradezco quienes me saludan, quienes me abrazan, quienes me cobijan en su infinita sombra. Agradezco de tener agua y palabras para decir mi discurso de vida. Gracias, sin poder pagar el guiño, los abrazos, los versos y la sonrisas.
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