Mis amigos, los alumnos inquietos
Mis amigos, los alumnos inquietos
1. Raros, casi inexistentes, son los grupos escolares que no tienen entre 3 y 6 alumnos inquietos. Reitero la palabra: inquietos. Son los que andan por todo el salón molestando a sus compañeros. Ellos no quieren sacarles canas verdes a sus docentes. Ellos lo que quieren es ser tratados como alumnos, no como indeseables. ¿Y qué sucede?, que a las primeras de cambio, son reportados a la Dirección de la escuela. Y así van siendo reportados, hasta que acumulan varios de ellos. El siguiente paso es llamar a los padres para platicar con ellos y darles la queja. Y los alumnos ahora son reprendidos tanto por sus padres, como por su director. De allí a que los saquen o ellos se salgan, solo hay un paso. Y eso es lo que debemos evitar.
2. O acaban primero la actividad, o no saben cómo hacerla. Pero puede ser que no tengan ganas de trabajar. Digamos que no les gusta el estudio. Y por si fuera poco, aunque se esfuercen no aprenden. Los maestros los detectan rápido. Y lo primero que hacen es regañarlos. Lo segundo reportarlos. Y lo tercero mandar llamar a su madre y padre de familia. Por lo regular es la mamá quien acude a recibir la queja.
3. Escribo sobre ellos, porque los demás alumnos y alumnos cumplen bien y dóciles con sus actividades. Utilizo la palabra dócil de manera intencionada. Sus padres se preocupan por ellos. Sea que los motiven. Sea que les prometan premios si sacan buenas calificaciones o castigos si las sacan bajas. Y cincho si reprueban. ¿Cual es el reto que tenemos como maestros? Trabajar con ellos bien, y que ellos también trabajen bien dentro y fuera del aula. ¿Es esto posible? Mi consideración es que el trabajo verdadero de los maestros es con ellos.
4. "No vas a poder con ellos", me dijo el maestro Severo. Era el grupo de 3ero de telesecundaria. ÉL salía de cambio de la escuela, y yo entraba por él. Entonces él consideró que me podía ayudar entregándome la lista con puntos rojos en el nombre de los alumnos inquietos. Yo nunca me fijé en los días posteriores en dichos nombres. No me prejuicié. Solo que a los tres o cuatro días yo jugaba con ellos, los inquietos, basquetbol en la hora del recreo. Los llamaba por su nombre. Y mi reto era liderearlos, ser su cómplice y no reportar a ninguno a la dirección de la escuela. A uno de ellos -Carlos- le entregué al final del ciclo un diploma especial como uno de los mejores líderes del grupo. Eso debió ser en 1998.
5. Para el 2019 me asignaron un Grupo "D". Saturados que estaban los "A", "B", "C", la Setab autorizó el D, y se le hizo fácil a la administración de la escuela dejar a la libre la selección que hicieran los maestros de quienes mandarían al nuevo grupo. Y decidieron mandar a los inquietos. Así que el "D" se conformó con 30 alumnos con este perfil. Desde el primer día los compañeros me alertaron. Por la tarde conseguí el libro "Poema Pedagógico", del ruso Anton Makarenko. En él detalla su trabajo pedagógico en la Colonia Gorky, habitada por alumnos delincuentes. Bueno es leerlo. Necesario para quienes trabajan con grupos de adolescentes.
6. Mi reto con ese grupo fue no reportar a ningún alumno. Y ellos te van apreciando. No son necesarios los regaños. Tampoco los consejos. Ellos están hartos de que los regañen y de que los aconsejen. Todos sus maestros han hecho lo mismo desde la primaria y los anteriores en la telesecundaria. Ellos necesitan quien los trate igual que a los demás alumnos. Que nos aprendamos sus nombres. Que los tomemos en cuenta para responsabilidades. Que descubramos sus potencialidades y habilidades. Que no los pongamos de ejemplo como malos estudiantes. Cada uno de ellos tienen idea de la amistad. Y reconocen cuando les toca un maestro diferente a lo común. Y ese debes ser tú.
7. Que no los etiquetamos como conflictivos y los separemos del grupo. No sabemos cómo viven. No sabemos quiénes forman su familia y las dificultades que tienen en el día a día. No sabemos en qué confusión andan en sus percepciones de la realidad que les ha tocado vivir. Y es entonces que requieren un liderazgo pedagógico firme, pero amigable. Con ellos vamos a convivir todo el ciclo escolar. Y ellos nos necesitan y nosotros a ellos. Necesitamos de su colaboración. Ellos de nuestro modo de motivarlos. "Tienes facilidad para el teatro". "Para el dibujo". "En tu mirada se nota que eres inteligente". Y muchas más frases motivadoras. Y ellos van a intentar parecerse a esa imagen positiva que como espejo nosotros con palabras se las reflejados. No con mentiras, sino como posibilidades.
8. Me pasaría varias páginas escribiendo de las distintas anécdotas. Llevé un perro de mascota a una escuela. A la hora del recreo lo bañaba. Y dos o tres alumnos me querían ayudar. "No". "¿Por qué no?" Porqie sus padres se van a enojar conmigo. Y ellos me traían el.permiso firmado por.ambos padres para que les permitieran ayudarme. Otra. La escuela tenía un pozo de agua abandonado, ribeteado de basura. "Consigan a una persona que lo venga a limpiar; que venga hablar conmigo" "Nosotros lo limpiamos" "Noooo. No se me vaya ahogar uno. Y entonces el lío que me meto". "En eso trabajamos los fines de semana". "Sí, pero no". Al día siguiente estaban sus padres en la escuela autorizando que sus hijos limpiaran el pozo.
9. Y muchas anécdotas más. En esta del.pozo de agua que limpiaron. Al final les pedí que sacaran una cubeta con agua, llenaran una jarra. Y a contraluz del sol la fui vaciandoando en lo alto y que ellos vieran."¿Se dan cuenta de lo transparente del agua?" "¡Siii!", respondieron al unísono. "Esto se debe gracias a ustedes Carlos, Esteban, Miguel, Luis". Y yo miraba sus caras plena de satisfacción. Y de seguro ellos miraban, igualmente, mi cara de agradecimiento. Aclaro que estos alumnos tenían entre 16 y 18 años. Era cuando la Sep otorgaba licencia de dispensa edad para que pudieran estudiar su secundaria.
10. Con un equipo de sonido, ellos pueden jugar a la radio. En la materia de Español viene la lección de guiones. Con tres flautas dulces ellos pueden formar un grupo de música. "¿Y si el maestro no sabe de música?" Los alumnos buscan lecciones tutoriales en YouTube. En octubre se empiezan a preparar pastorelas. "¿Y si al maestro no le gusta el teatro?" Los alumnos suplen las deficiencias de sus maestros. Ellos lo que quieren es ser lo que sueñan. Hay que dejarlos y motivarlos. Más difícil, pero no imposible, es que el grupo tenga cañón proyector. Y se forma un cine club con películas y documentales apropiados a las materias. "La franja de Gaza", en historia". "Los campeones", en la semana de la discapacidad. Ambas premios Goya 2019.
11. "La nariz", novela de Nicolai Gogol, la leímos en partes en 2019. Cuando la terminamos le.regalé el libro a Daniela. Era de las.más atentas. Aunque todos estaban atentos. Daniel coordinaba el club de biblioteca. Que no era solamente del salón, sino de toda la escuela. Los libros para llevar a domicilio. Sin que entreguen reportes de lectura. Allí perdí mi libro de recetas "Cocina mexicana", del novelista mexicano Fernando del Paso.
12. Una vez llegó un promotor rural a la telesecundaria. Habló conmigo para ofrecerme apoyo educativo. "Dime el menú", le pedí. "Le puedo apoyar en elaboración de embutidos, en prácticas de futbol y basquetbol. Ensayo de escolta y banda de guerra..." Yo escuchaba. Siguió con la lista. "Lucha grecorromana..." "En eso", le dije. Y ene fecto. Al día siguiente ya teníamos a quince muchachos y muchachas practicando lucha. Al paso de los meses compitieron en las olimpiadas estatales.
13. Si a los muchachos no los lideran en su familia, la sociedad tiene a la escuela para que sean liderados, estos chicos inquietos, por sus maestros. Si esto no sucede, entonces los liderarán en el barrio, hacia otras actividades que no son recomendables. Para liderarlos se requiere un requisito: tener pasión y amor por el trabajo escolar.
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