Sobre el amor y la amistad


1. El mercader hace su parte, para que el consumismo (que no el comunismo) obtengan ganancias infladas vendiendo superficialidades. Y ves por todas partes ofertas de regalos, desde simples flores de plástico, ramos naturales, chocolatitos, globos, ofertas de Shein, hasta vehículos y departamentos, pasando por joyas minimalistas aunque elegantes. En el amor todo se vale porque todo lo soporta. Menos la cartera. Pero hay de amores a amores, y hasta mal de amores, como dice el título de algún libro. Aún no has fallado, corazón, por eso te escribo. 

2. Escribo a veces cartas de amor y de amistad. Procuro hacerlo antes de que dichas palabras pierdan sentido. No espero a que sea 14 de febrero para ponerme a escribirlas. Usted haga su lista: un amor y cinco amigos. Cualquier confabulación de números. Ponga nombres y apellidos en la lista, y recuerde e imagine. Si está la persona lejos, póngale más énfasis en el sentido de las palabras, como decir, ponga más crema a los tacos. Pero que no sean palabras cursis, lugares comunes. No pongo aquí ejemplos. De ellas las canciones de la radio comercial están plagadas. Intente ser original, aunque no lo logre. Pero del intento saldrán buenas expresiones.

3. Hay quienes tienen amor a las cosas. Muy su responsabilidad, su gusto y preferencia. Entonces se pierden en coleccionar objetos fríos de distinta índole. Cuando ya los tienen los admiran, les dedican poemas desnutridos de sentido y sentimiento. Es solo descripción de sus características físicas: color, brillo, altura, dureza, armonía de las formas, caballos de fuerza, etc. Cuando se aburren los intercambian o los ponen a la venta. Y se desprenden fácil de ellas. Las cosas son así: quienes aman las cosas de alguna manera están cosificadas.

4. Hay quienes tienen amor a los animales. Aquí mejora el sentimiento. Porque los animales son seres vivos, como nosotros, aunque sean de distintas especias. Y si aman a los animales hacen efectivo el amor a la naturaleza. Digamos que es el prójimo. Aunque en su aproximación  puedan exagerar en las expresiones, como humanizando a dichos animales. Los vendedores de mascotas no son de este tipo. Estos son vividores (perdón si algún lector se dedica a eso), que por unos cuantas monedas venderían a sus amores o amigos.

5. Hay quienes tienen amor en general a la naturaleza. Son de alta calidad humana. Porque comprenden el sentido de la existencia diversa, sintetizada en uno mismo, pero en función de un todo colectivo, ampliado no solo a las especies, sino a los hábitat de cada uno. Y entonces se procura no dañar el medio ambiente. Y el uso del suelo es racional. El aprovechamiento de los beneficios de la naturaleza es racional. Y el equilibrio es notorio.

6. Hay quienes tienen amor a una sola persona. Están en su derecho. La cuidan. La escuchan. Miman. Subliman su plática. Procuran acompañarse en este páramo, donde las dificultades están siempre a la vista y rodeándonos. Las miradas recíprocas les estremecen. No son como imanes, porque siendo así, se repelen. No. Son como imán y hierro. Tan diferentes y tan atrayentes. Es la naturaleza viva ejerciendo su razón de ser. Motivo cuasi divino. Destino manifiesto de las coincidencias, sin estridencias, sin reclamos, sin posesiones (mío, tuyo).

7. Hay quienes tienen amor al conocimiento y andan siempre en búsqueda de algo más, como un vicio, como encontrar el placer en saber algo más siempre, descubrir contornos, encontrar el hilo negro que se esconde, no se ha descubierto aún el agua tibia, los suspiros tienen sus explicaciones, las miradas de amor tienen fórmulas, pero son siempre personas muy buenas, adelantadas a su tiempo, siempre y cuando no busquen como objetivo primordial el título que les acredite, y peor: sean títulos vacíos de conocimientos, lógica y sentido común. 

8. Hay quienes tienen amor a los libros. No solo acumulan como avaros y los ponen en la sala de la casa, para que cualquier visita diga, "¡oh, tantos!, ¿y los has leído todos?". Y la persona se sienta halagada, "ejem, ejem, no todos, porque son muchos, pero sí bastantes he leído y releído, por ejemplo, este que ves aquí...". Y en todo momento sacan el tema de los libros como una dictadura de la sabiduría. Me refiero a losnque realmente aman losnlibros, a los que leen para sí y van cambiando en su forma de ser, y se sienten más ignorantes, porque saben que el conocimiento es como un océano y solo logramos en la vida aprender coló una gota. Nunca se sabe tanto, aunque parezca mucho. Y aunque parezca raro, regalan libros y cuando los dan prestados no esperan que les sean devueltos.

9. Hay quienes son amigos y amigas. No importa si son pocos o muchos. Siempre en este punto específico me da por contar la anécdota de una reportera que me dijo en 1996, de sopetón, que no creía en la amistad. Y mi respuesta fue que yo sí, aunque tuviera muy pocos, o inclusive aunque tuviera solo uno (o una), y si este dejara de serlo, por las razones que fueran, yo seguiría creyendo en la amistad con la esperanza de tener alguna vez uno o una. Ella se me quedó viendo de manera desaforada. Y le conté de amigos y amigas que tengo, que, aunque pasan años sin vernos, cuando nos vemos, parece como que continuáramos una plática solamente suspendida. 

10. Paletas de chocolate, dulces y flores. Libros para toda ocasión o relojes de precisión. Cachorros de mascotas, para quienes saben de la responsabilidad de recibirlo. Cartas perfumadas que expresan los sentimientos y las relaciones. Llamadas por cobrar. Visitas inesperadas. mensajes indirectos o directos. Todo puede suceder y darse e manera que no se espera. Quien amor y amistad suele buscar, no lo encuentra. Porque como en el juego de naipes, quien juega por necesidad, pierde por obligación. EL amor es un cultivo en una mismo. De allí se desprende todo lo demás. Aún si amas a los animales, pero eres selectivo: no amas las moscas, los mosquitos, las víboras. 

11. ¿En qué me quedé? Cierto. Que no se quede la fecha como oportunidad del consumismo. Que el amor y la amistad son sentimientos esplendorosos, motores de lo humano. 

 




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