Atroz
Domingo atroz. Sin llama ni luz. Vacuidad en sus horas, vanas. Y no es asunto externo. Es el yo, de por sí esperanzador. La oscuridad de la caverna, la misma de siempre. La sonrisa ayuda, y el amor. Domingo en el que uno se asoma a la ventana y ve afuera todo normal para los normales. Las mismas contradicciones que solo yo veo y tu. Cada día con su afán y bemol. Y en lucha personal, el ser. Oigo canto de pájaros. Albricias del lunes y la posibilidad de la vida.
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