Quizá

La muerte alivia, dicen. No lo sé. Quizá. Lo cierto es que la vida es bella aún con las tribulaciones propias del oficio (de vivir). Un gesto o palabra. El poema  allí en la memoria, como una huella del tiempo. No es el afán de quedarse en el pasado o volver. Es reconocer que somos por lo que hemos vivido. La hoja seca, por ejemplo, o la canción de las hojas secas. Y la vez que escribimos la primera palabra. Para seguir luego.
Quizá suene la presente como desahogo de pruebas donde soy culpable de vivir, o presunto. Declaración como llamado a querella en virtud que estoy en libertad bajo palabra. Así lo siento. Y el juez supremo dictaminará su fallo inapelable para condenarme a la vida, de por vida. Infierno eterno a quienes lean esta página. Quizá no.

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