A tiempo

A tiempo el tiempo. Justo en el preciso momento. Antes, buenos días. Alegría por la vida. Más el tiempo. Los sueños se presentan. Aquí radicamos como en  la vida misma.  Un caserío a orilla de la laguna. Es por aquí, me dijo un niño de nombre Virgilio. Estaba oscuro casi total. Luces mortecinas semi alumbraban pasillos, corredores. Los tíos y primos, por ellos pregunté. Interpreto el interés por familiares. Es por aquí. Y no se veía el modo de llegar. Escaleras sin fin. Bardas bajas pero a su través se miraba el vacío de pendientes hacia la laguna. Al fin Virgilio me guió por vericuetos que sólo él conocía. Hemos llegado. Las primas ya grandes. De mi edad. Los abrazos. Y las preguntas recíprocas por los tíos. Vino una charla y las risas. Luego las despedidas. El despertar. Y el tiempo sigue su ritmo entre sueños, de los sueños.

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