Carnada para atrapar sueños

Sucede. Pongo carnada de sueño chico para capturar sueños grandes. A veces tardo noches de insomnio y nada. Sigo empecinado en esa pesca. Y me resulta. De pronto ya estoy elevado cabalgando en el sueño grande en búsqueda de otro sino, por ejemplo el caballito de mar. En otras ocasiones me quedo con el sueño chico. Es pedestre, pero resuelve. Atrás el tiempo de los limones para limonada. La nutrióloga recetó muy profesional: cambie a las toronjas, la vitamina C, etcétera. Y cuánta razón ha tenido. Ahora tengo un árbol generoso de toronjas rosadas.  Pero volvamos a la pesca de sueños grandes. Los pies por sobre las piedras y el polvo. Y la mirada en el lado oscuro de la luna. Por ejemplo ahora. Ando sin cordel ni anzuelo. El sueño solo en la mano, y va creciendo hasta convertirse en sueño grande. Y es entonces que revive la esperanza. Y el ábaco viene siendo de nuevo el centro de todo. Ah, y las gastadas palabras, que suenan como nuevas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Mi mascota, la cabra (11/s)