Para un domingo

Para un domingo guardo mis ansias. Tesoro del tiempo, poema de lo insumiso, alegría de los sabores y colores, aniquilador del tedio, de lo fútil, de lo vacío. El tiempo del domingo es un espacio bombacho con aire ligero. Para alborozar con luz y cantos, aún en el silencio. En mi recorrido miro parques e iglesias. Calles con menos tráfico. Danzantes del día. Desvelados del sábado. Entro a mercados. Me extasío en los colores de las frutas. En el trabajo de cocina en las fondas. En la renta de revistas del pasado. En la sonrisa de las cortadoras de cabello. En la tranquilidad de quienes arreglan relojes con vidrio para mirada macro. El domingo es solaz para admirar la maravilla de la vida. Aún en las limitaciones. Canto a mí mismo, libro de Whitman, en libros viejos. Fórmulas para elaborar filtros de amor, Paella para mí y todos. Verdura y fruta fresca. Aire de domingo. Barredor de tristezas, en disco Silvio. Para un domingo, las palabras cargadas de esperanza. La vida va. Discreta y jubilosa. Día de campo en la ciudad. La belleza circunda el día. Sed de agua simple. Hambre de miradas nueces y aceitunas. Ejercicio de campo visual. Los detalles.

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