Escuchando a Franz Lizt 1

Si  brújula el  corazón tuviera, fuera al este u oeste. Digamos Norte o sur con otoño. Y si caen las hojas es que ojos quedaron sin mirada. Se han ido los amantes. Ahora polvo. Otras bancas estarån disponibles, Lizt. Y el viento mueve el cartoncito del té y golpea sonoro la caja plástica del pan, flor para el hambre. Aún el oro. Pan de muerto por la fecha. Y susurros a lo lejos con un presente efímero. El hoy es ya mañana. Yo me absurdo, dice la corneja. Y en paz las fiestas floridas, iluminando el lado este del corazón. Con la chispa de la risa y las palabras. Yo me entiendo. Por sí acaso el humo de la espera, piano vuela. Lizt, toqué usted de nuevo, Nocturno.  El viento nos reclama. Donde escribo la última nota o palabra porque ya nos vamos. Nocturno, otra vez,

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