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Mostrando entradas de marzo, 2017

Buenas nuevas 3

Buenas nuevas. La noche y los sueños. La mirada al techo de la recámara buscando la quimera de la cercanía. Y no es tarde. Ni temprano. La noche tiene el encanto de saberse propios y dueños de la brevedad que nos corresponde. Las palabras quedan escritas en agua.

Buenas nuevas (2)

Buenas nuevas el día. Con el exacto fulgor de la luz. Ese brillo especial de cada día al amanecer. Y el pregón de aromático café. Las noticias del papelero a todo pulmón. Buenas nuevas la sonrisa y el buenos días con buen humor. Los pajaritos cantan. Los escolares con ánimo a su escuela. Los recuerdos vienen y van. Escribiré la carta que irá en ruta al mar. Ladran los perros. Literal. La radio con su noticiero. Las buenas nuevas del pan y sal. Y los pasos al camino. Me ha dado por leer. Entre libros y la realidad.

Buenas nuevas

Damas chinas, buenas nuevas. Andamos refiriendo encantos. Por ejemplo va a llover. Nubes negras en el horizonte. y de pronto el chaparrón. Y alguien canta bajo la lluvia. Mientras yo cortaba la flor nenúfar. Lanzamiento de dados al aire. Y queda como resultado un nombre, muchos nombres. De antes del diluvio. Yo escribía. Y escribiría. De tanto oler del durazno. Sobre las bienaventuranzas de la gente sencilla. De la que no hay reproche. Si acaso de no haberse atrevido a más. Aunque esto es punto y aparte.

Tenemos la carne

Tenemos la carne. La que nos acompaña en nuestro efímero tiempo. Debilidad y fuerza. Talón de Aquiles y epopeya.  Poema encarnado en la piel. Materia del olimpo y de la vegetación serrana. tenemos la carne fiesta de las palabras. pastel con cereza compartido. Carne trémula e inquieta. Inquisidora y exigente. Que nos lleva y trae por caminos de polvo que por las duda se afirma se merecen. Tenemos la carne como libro abierto. Como libro blanco. Como libro libre. Y acudimos en su consejo por mientras sucede el tiempo. Y la carne nos va dejando de a poco. En el humo-incienso. En el polvo-nada. La carne recóndita tiene sus pareceres. Y emula mandato y orden. La especie en orden se esconde en la caverna. Y apartir de allí hace suposiciones de la esperanza. del futuro. Y de la noche. Tenemos la carne. Verbo en incandescencia. Prospecto de la nada. Soy la carne que preciso necesaria.

Circunstancia

Circunstancia es el efecto en el roce de la tarde. La casualidad que se presente cuando los instantes coinciden. Y es un libro el pretexto. El cruce de la calle. O la pregunta por la hora. Nada hay mas simple que la circunstancia. Ese devenir en el azar que juega su parte. Los dados al aire. Y el destino que se escribe en alguna parte. Mar de sueños. Conjunción de dos momentos en uno solo.

Reloj

Al reloj se le relaciona con el tiempo. Y nada que ver. La tierra gira sobre su eje. Y alrededor del sol. eso sí tiene que ver. Desde las alturas todo se ve pequeño. Como maqueta. Y desde el pozo de la noria, todo se ve gigante. Y decimos del tiempo. Etéreo. Intangible. Mas las arrugas o cansancio de piel, algo nos dicen. Nos dimos relojes para seguir los instantes de la dicha. O la ingratitud en los desvelos. Al reloj clamo que no marque las horas. Y me ilusiono cuando se le acaba la pila. En fin. Porque voy a enloquecer. Y sabia virtud de conocer el tiempo. El reloj bello es tema aparte. La muñeca de la mano izquierda lo sabe.

Mi reino es de aquí y ahora

Mi reino es de aquí y ahora. De mí, como me llamo, como me nombran, como me ubican. De este. No de otro u otros mundos más allá de la física. Con los vaivenes del tiempo conocido. Con los vendavales que levantan polvo. Con las ideas cúbicas que levantan muros. Mas la sonrisa. Mas la mirada. Sí, de este mundo horrendo con sus veneradas excepciones. Me asomo por el agujero dibujado en una puerta dibujada. Y me solazo en la luz. Los colores. O precisa la metáfora de la caverna. Donde sombras de sombras. Mas es el mundo. Mi inventario da forma al recuerdo en una memoria de lo que me ha tocado vivir.

Allá en la bruma del recuerdo

Allá en la bruma del recuerdo. Donde habitamos de tarde en tarde. Y más cuando la lluvia o el silencio. O cuando alguien cercano pregunta. Y la pregunta se siente a veces como balde de agua tibia o helada. Allá, en esa bruma, aparecen de pronto datos que no olvidamos. Aunque al paso del tiempo no andamos precisamente recordando. Quedan como apacentados. Se vuelven lentos. Mas están dispuestos para esos momentos de tarde, lluvia y silencio. Somos lo que recordamos. Aparte de eso se van formando nuevos recuerdos por el presente asiduo mientras tanto. El recuerdo. A veces queremos maquillarlo. Y salen de nuestro pensamiento oraciones. Ninguna queja.

Fortuna

La vida en sí, ya es fortuna. Ese exacto funcionar de sentidos y palpitar del corazón en su tic tac del diástole y sístole. El laberinto de venas y arterias con el circular de la sangre. El procesar el oxígeno. El pensamiento en metáforas e imágenes. Las palabras y la risa. Fortuna inabarcable. La sonrisa. Los besos y los versos. Fortuna la temporalidad. Captar la luz y con ella todo lo posible en la vista. Ese descifrar punto por punto las cuatro dimensiones y colores. Fortuna la semilla que germina. El papel en blanco y la piel. Como todo en la posibilidad.

Tiempos

Fluir del tiempo. El pasado se lanza raudo para arribar al presente en memoria; recuerdos de lo vivido. El futuro se desespera para llegar a ser presente. Y el presente tan pronto como se pronuncia se ha ido. Percepción desesperada de nuestro paso por la vida. Conciencia del ser en el estar efímero.

Se va el mes

Cíclico, como bien llega, se va, igual. A veces sigiloso, a veces con estruendo, en este caso de verdes y multicolor en flores. Marzo se va yendo. Ya en poco. Y nos deja el recuerdo del calcinante calor, y de la poesía en las reverberaciones de miradas y palabras. Vendrá abril hermoseando las calles de esta ciudad floral en amarillo y rosas. Mas la poesía seguirá mientras sonrían los nombres en la memoria de los tiempos. Afanado el futuro por hacerse presente. Y al presentarse cíclico los meses, nos lleva igual a confirmar la ida. Preciso entonces en conciencia vivir. El polvo es otra manifestación del tiempo que se fue.

Tenemos cita en abril

Nadie nos roba el mes de abril. Tenemos cita. Ya pronto estará de vuelta. Y con él, la reunión, cita de la amistad. Y el amor a contracorriente. Reconocer las palabras nuestras en cartas lanzadas al futuro o mar. Abril huele a nostalgia y a sueños. Verse. Reconocerse. Y saber que seguimos siendo los mismos con otro tiempo encima como fardo. En el fondo somos los mismos de hace años. No preciso cuántos. Un abrazo. De siempre. Un abrazo en el ya cercano abril.

La felicidad

La felicidad es un atajo hacia la muerte grata. La tristeza en cambio  es un atajo hacia la vida eterna. Para reírse a plenitud bastan tus ojos y un espejo. Los ojos para captar toda la luz posible. Y el espejo para mirar de reojo el paso del tiempo. He mirado un pájaro carpintero. Tenaz. Y alzó su vuelo. La felicidad es nido y canta. Bajo la fronda verde. Voy buscando atajos. Y las palabras se mezclan con el canto de los pájaros

Tengo todo

Tengo todo con lo que me basta. Gracias. Un sin fin de marometas en palabras. Un caballo de madera en la memoria. Un carrusel bien engrasado. Una noria con agua transparente. Tengo veinte mil nombres en los buenos recuerdos dos o tres en los malos. Y veinte mil excusas que me salvan. Libros que nunca terminaré de leer ni en siete vidas como el gato. La vida no está solo en leer. O en todo caso hay que aprender a leer la vida. Tengo todo empezando por el aire y los pulmones. Tengo todo siguiendo con el corazón en movimiento. Tengo todo el saber aceptar la medida luz. Y la expandible sombra. Tengo el espejo donde no me reflejo a veces por el humo del tiempo. Tengo la granada y el durazno. Las flores, tu flor. Tengo el universo todo bajo mi concepto. Y sobre habladurías. La naturaleza tengo con cinco árboles cerca de mi, como mi árbol y yo. Pan para el buen comer. Leche de cabra. Tengo el tiempo sin definiciones. Y un columpio para mecerme en las mañanas. Tengo con lo que me basta.

El tiempo no merodea el reloj

Conforta el tiempo aún. Y las miradas fijas en el presente con vislumbres de futuro. Todo por hacer siempre. Mirar como por primera vez el charco, el rocío, el crepúsculo. E incendiar con sonrisas el ambiente que nos rodea. El tiempo no merodea al reloj ni viceversa. Este apenas nos da datos que ya conocemos. Y jugamos a pensar en la hora y constatar la cercanía con el dato mismo. La piel nos indica claro su lento, suave e implacable paso. Conforta el tiempo en ese fluir donde fluimos. Veinte años es nada. Y jugamos a adivinar los años por la mirada. Un viejo de cien con mirar franco. Un niño con mirada de curiosidad por lo que no conoce. Asombro ante la rosa y la palabra. Conforta saber cerca lo que se quiere. Y en destino las despedidas también cuentan. Abrazame fuerte muerte. Mientras se acostumbre a querer la vida.

Vamos a negarlo todo

Vamos a negarlo todo. Incluyendo las delicias de la tarde. La nieve de limón y los concursos de oratoria. negarlo todo es detener la maledicencia. Eso de que fuimos felices y os afecta. Vampos a negar la hora de las prisas, y la de ir por el pan. Todo vamos a negar. Nunca hicimos como el aveztruz que esconde la cabeza, indiferentes. Nunca aplaudí al falso redentor. Ni a la presuntuosa. La vida sigue en lluvia permanente.

Dedicatorias

Para ella. Ella ya sabe quién es ella. Para ti. para todos, todas, siempre. Para Juan y Leonor, padre y madre, lo que soy, por ellos. Para los escritores de todos los tiempos. Para los artistas, siempre. He de escribir mi epitafio. Antes y ahora. Un buen ejercicio para bajarle el ritmo al alucine de vida. Siempre bella, emocional y en espíritu calmo.  Por ahora estimo que hay tiempo suficiente. Y el hálito de vida para redactar bien. Por lo tanto he de dar prioridad a las dedicatorias. En donde va un nombre, van los miles. Cuando un hombre muere, se va la memoria de la humanidad. En parte. Para ella. Ella ya lo sabe.

Yo me inscribo

Yo me inscribo primero si quieren alguien para reír. Si quieren que alguien salga a escena para decir empezamos, nos va ir muy bien. Yo no espero la primera ni segunda llamada para vivir. La vida empezó mucho antes que nosotros, gritó a todo pulmón Perogrullo. Y nos tocará salir. Yo firmo primero si es necesario para luchar por la paz. Si es a favor del arte y la cultura donde me toque firmar. En el orden que sea. Lo mismo para ser feliz, desterrando la tristeza. Es desperdicio de vida. Yo firmo primero para ir por la quimera o utopía, de la felicidad. Para ir en busca del unicornio verde o azul. Para sacar del laberinto al minotauro. Para grabar de cerca a las sirenas. Relacionas la aguja del pajar, encontrada, como la felicidad o la paz interior. Me gusta esa relación. A mi modo de ver. Dondequiera que estés, se escucha en el disco a Serrat. Yo me apunto primero para llorar las lágrimas de los demás. En solidaridad.

Diva

Diva es palabra grave. De buen nivel la pasarela de los libros. Diva la palabra saltarina y fiestera. Elucubradora de rimas. Subyuga y aleja. Displicente hace su teatro sonoro de metáforas.. Solo para ver sus efectos en sus afectos. Si acaso se guarda en cofre. O en roperos entre la ropa de domingo. Y ver si carnada para pez

Poesía eres tú

Poesía eres tú. Todos los pronombres y posesivos. Dios mismo incluido. Y todas las palomas. La red que teje la araña. El rocío de la mañana. Un nombre, un bendito nombre encajado. El tuyo. Los actos del faquir y acróbata. Y así la lista de todo lo que hubo y lo que existe. El olor del durazno y la guayaba. Ese escudriñar permanente sobre origen y destino. Sobre el Dios de sí mismo. El exacto olor de tu flor nenúfar. La paz. Y ese guiño. Los besos que se dan y los que no. Y la luna como el queso. El caballo corre por el campo, escribe el niño por la oración pedida. Y el niño siente el galopar en el lugar común de su infancia. Es su corazón en el tam tam. Dejadlo escudriñar. Y en la maquinaria exacta del reloj. Y en los sueños que van por lo intangible. La vida en charla interminable. Sol y no saber. Solo.

Día de la poesía

Me dicen, me cuentan, me ilustran, que hoy es Día de la Poesía. Bien. La he leído inmerso en las ensoñaciones de las tardes. Las sonrisas de los niños. Luna luminosa. Desde ya buscamos rimas sin encontrarlas. Y luego aparecen sin esfuerzo. Yo escuché sin fin y absorto a los declamadores en concursos escolares. Y me hacían llorar con La Chacha Micaila; Los Motivos del Lobo; o Por qué me quité del vicio. Yo hacía mi esfuerzo por participar. Y buscaba poemas chiquititos. Y aún así sufría mi memoria por fijarlas. " Para que los leas con tus ojos grises,  para que los cantes con tu clara voz..." . Y seguí en esa ruta de buscar poemas como peces para sentir en carne propia qué se siente ser poeta. No lo sé. Una niña sonreía. Una muchacha escribió un recado con corazón. Una mujer escribía cartas. Otra os trascendió. Y yo me sentí volar por si las dudas. Allá andaba entre las nubes. O buscaba caramelos para repartir en los conventos. Y a cambio me daban libros. Y también llegue a b

Si supieras

Ha pasado el tiempo desde aquella vez. Años o siglos, o algo parecido. Sigo gastando papeles. Si supieras.   Que el norte nunca fue mi norte. Y el sur no fue una posibilidad, sino un destino.

Portada de revistas

El futuro no será nunca portada de revistas. Lo ahogará el destino de no ser, tal cual. Para que exista deberá ser engullido en el efímero presente. Capítulo dos, el tiempo. El manejo de los tiempos. Y en el transcurrir de las generaciones, el buscar atajos en el camino. Y tu sueño fue ser portada de revistas, viviste en las mil y una noches, en sueños. Donde se barajan cartas. Se predice destino. Y el futuro apareció como posibilidad de dicha. Es lo que se dice en la historia del futuro. En una de sus partes. Tomado de apuntes de la gitana.

Al final de este viaje en la vida

Tomo lápiz y el título, Silvio, de tu canción. Para decir mi versión, alicaída. Escéptica y sugerente. Al final todo va al carajo de la nada. Lo que fué, solo pudo serlo en presente. Así el amor, la sonrisa, los besos. Lo que pudimos dar. Lo que tratamos de evitar. La carga del no lo debes hacer. Al final nada contará. Solo el recuento de la felicidad. Si hubo espacio del bien. Si luchamos por sanar. Al final de este viaje en la vida. Volveremos a la sombra. Para una prometida luz. Se iluminarán tus tantos rostros por el amor. Solo en el presente. Y el amor se irá. Y habrán otros motivos para reír, A pie juntillas que sí. "Lo nuestro es pasar".

Primavera

Son un delirio los tantos matices del verde. Y los colores de las distintas flores. Los pájaros hacen ronda en gala de sus sonidos. Y el sol patenta el inicio de la primavera con su clara firma de luz. En silencio el invierno se despide. Acá solo de nombre. La primavera, en cambio, invade todas las esferas de la vida. Y del tiempo. Se solaza en alma y corazón.cuando los niños sudorosos corretean. Y las niñas también (eso de la equidad, qué bien) juegan a las palomas y ser artistas de radio y cine. Los niños lo mismo. Y cantan. Y sonríen. Y suben a los árboles a cortar frutos que ya están. La susurrante iguana verde se queda viendo. Para ver lo que hacemos. El silbido del viento engalana. Bienvenida poesía, bienvenida primavera.

Tengo mentiras

Tengo en mí círculos de tiempo, como noria. Una edad de Matusalén. propia para enriquecer el recuerdo. Y risas. Son mentiras las risas si se conciben permanente. Tengo afirmaciones de fábula. Solo para consumidores de cuentos. Lo demás es lo de menos. Historias de los días que se han pasado de listos. Suman experiencias. Peine para los sin pelo. Tengo mentiras para poder seguir. El tren viene de reversa. Los pájaros no piensan su canto. Y sin embargo.

No disputo a la memoria

No disputo a la memoria por temor a que gane el olvido. Me asomo sí, de vez en cuando. Y me provoca risas ver acomodados pasajes y parajes de otros tiempos. Y la memoria tiene visiones de futuro que escapan a mi control. Son imágenes diluidas. Visiones de esperanza. Bocetos de otros tiempos. La memoria es una mezcla de tiempos. Donde habitan los cien mil fantasmas que mueven mis manos. Y fijan la mirada en puntos para descifrar la especie. Para escudriñar en preguntas relavadas.

Toca mi puerta, primavera

Sueño rosas. Un jardín florido cn rosas. Mi padre anda por allí sin duda. Aparece, se esconde. Sonriente. Esperanzado. Juguetón. Entre árboles frutales. Mucha hoja seca. Olor a hojas nuevas. En el sueño quedan plantas de flores distintas. Bellas. Y se siente lo fresco. Por las mañanas el rocío sobre el pasto. Y una música de fondo. No. No aparece nadie en escena. Ni nombres o recuerdos. Ni imágenes recurrentes del apego. Sueño rosas. Es un paraíso de jardín. Higos. Ciruelas. Nance. Sueños de marzo. Ya está tocando la puerta del tiempo la primavera.

La vigilia

La vigilia desde hace varios siglos. Ocupan mi tiempo en las noches las imágenes de derrota o triunfo, indiferentes. Los fantasmas del olvido llegan puntuales a la cita. Y son fantasmas de toda edad. De todo color y textura. Y vienen, van, gritan, callan. Chillan como ratas. Ríen como desquicio. Y sus rostros son de tristeza y alegría. No he podido dormir por hambre. Por sed. Por falta de nombre. Por falta de ruta. Ojos saltones o hundidos. El ávaro al acecho. La marmota. Y las imágenes se suceden infinitas. Ninfas. Hadas. Bestias. Animales fantásticos se suman al desfile. Carnaval de los tiempos. Canciones de toda época. Los sueños son otra cosa muy distinta. Hemos seleccionado ruta de antemano. Seguimos el arcoiris en el sentido de la imaginación. Jugamos al pirata y las joyas. En la vigilia una cruz, un gallo. Me sorprendo escribiendo muchos nombres que borro. He podido dormir. Debussy.
Reitero nuestra alegría de recibir en esta institución, a Dominic Gould, representante de la Embajada Británica. Gerente del programa de Educación y salud del Fondo Prosperidad; y Niall Lloyd, Director del centro de Certificaciones Internacionales y desarrollo profesional. De la fundaciòn Anglo mexicana.  Y a Jessica Swan, Cambridge Language Assesment. Y aprovecho para saludar a los miembros del presidium: Señor Secretario de Gobierno: Lic. Gustavo Rosario Torres; Y Lic. Angel Solìs carballo, Secretario de Educaciòn; A la delegada federal  de la Secretaría de Relaciones exteriores, Lic. Aìda Margarita Flores Díaz;  asì como a los  Subsecretarios, Emilio Àlvarez Quevedo, y Emilio De Ygartua y Monteverde, respectivamente de Planeación y Evaluación, y de Educación media y Superior. y maestros que hoy reciben su certificado. El motivo del evento es la entrega de constancias de estudios a un conjunto amplio de maestros asesores de inglés que tuvieron a bien dedicarle tiempo y energía

Celebraciones

Amanece viernes. Celebraciones. El sueño anduvo con música de suspenso. Acción del sueño. La lluvia permanece. A la vez el poder de lavar toda la ciudad a la vez, y enjuagar su rostro en la sonrisa. Desfile de paraguas con hombre o mujer. Celebración los tantos nombres sin dueño, anónimos y olvidados. Un hombre lleva pan a su casa. Una mujer sigue su destino de cansancio y esperanza. Celebración la dicha de mirar lo que no se ve. El velo transparente. La batuta que dirige desde el anonimato sideral. Amanece. Celebración por la trompeta que de puerta en puerta anuncia buenas nuevas. El encuentro luego de no verse desde el tiempo eterno. Celebración los libros. Esos viajes interiores por la caverna y miel. Las flores suceden y se suceden. Efímera la tempestad, el aliento, los tantos dioses en el ego. Y los dones. No olvidar los dones de la memoria y el olvido. Celebraciones del recuerdo. El hoy es el tiempo del buenos días jugo de naranja. Café. Celebraciones. El buey terco, milenario, s

Digamos que un hombre muere

Digamos que un hombre muere. Queda  bocabajo una tarde de domingo. Vio el futbol. Y murió alegre pues su equipo metió dos goles al final. Y él gritó  hurra y su corazón añicos. La televisión quedó prendida. Las hormigas empezaron a convocarse y firmar volantes. Digamos que cuando un hombre muere, muere la humanidad entera. Y ninguno. Se van con él los poemas aprendidos, los escritos y los por escribir. Con él se van los recuerdos de ánimo desbordados.  El recuerdo de los besos dados y los intencionales por dar. Raposa la muerte lo capturó al paso. Los poemas, carajo. Los poemas. Un hombre muere. Y con él el pálpito reverberante de las palabras. Amas y señoras ciegas. Y vienen las esquelas. Los mensajes de otoño. Discursos sobre el buen hombre. Al final de todo qué importa, era un buen hombre.

He aquí un hombre

He aquí un hombre . Un nombre. Posee un mundo de sueños y extravíos. Encerrado en un cuarto simple. Agarrado de Esproceda en su navío. En Gerardo Deniz en ese borbotar de palabras uncidas por el hilo conductor rojo de vida. Con fiebre por oro como tristezas. La prisa y las ambiciones. Ha salido del cuarto y regresa mojado por la lluvia. Se acuerda de Raskolnikov. Es él y sueña con su destino en alegoría con la muerte. Busca entre los recuerdos si fue feliz. Escombro, cicatrices. Rescata nombres del pozo de la memoria. Nombres escritos en otro idioma que no entiende. He aquí un hombre. Trastabilla en sus pasos. Se acuesta y sueña. Edificios viejos. Botellas de loción vacías. Canta un gallo por tres veces. Es un hombre y es todos los hombres a la vez.

Si me comprendieras

Me hablo a mí mismo ante el espejo. Doble dictado para los  caminos distintos. Entre la razón y conciencia. Va la emoción. Y me congratulo en el ego. Doble contra sencillo. Y argumento el azar y la circunstancia. Hojita al viento. Si me comprendieras y así poder conciliar este paso. Donde la culpa generacional definió muchas acciones. Sabina canta que lo niega todo. Como un testamento justificatorio. No es el caso. Me hábito siempre. Y los ángeles y demonios cumplen con sus batallas de civilización y barbarie. Por eso canto si me comprendieras. A quien la oiga. Y para mí mismo. He de comprenderme entre las propias luces y sombras.

La aguja del pajar

Utopía no. Tampoco quimera. La aguja del pajar tengo al fin en mi mano. Luego de muchas vicisitudes la he encontrado. Se me revelaron pistas en los sueños para llegar a ella.. Grande el pajar. Rutas equivocadas. Filosofías repetitivas. Y el azar en el fluir del tiempo. Aquí está la aguja encontrada.  Ahora me dedidicaré a pasar este camello por el ojo. Difícil, no imposible.

Ciudad y campo

En la metrópoli subyace, vive, vibra, la cultura del campo. Desde el inicio y ahora. Sorprenden las magnas construcciones. Lo diverso de la arquitectura. Líneas, formas, colores, estilos. Los que construyeron estos magnos y bellos edificios, fueron hombres del campo ofrece dientes de ellos. Y en los servicios que ofrece de todo tipo, en el presente, ahí siguen, allí interactúan. Y viceversa. En el campo se mantienw e incrementa  la cultura de la ciudad. Con ellos mismos. Con vasos comunicantes. Puente entre dos culturas. Ah, y la ciudad no produce alimentos..

Dos cancionesHace

Refiero dos canciones de Serrat. Soneto a mamá y La maestra. De la primera refiere con nostalgia la relación hijo madre. Hace quince años falleció Leonor. Antes era la serenata cada 10 de mayo. Luego a partir del 2002, me levanto temprano, tomo mi guitarra y canto en la sala de la casa el famoso Soneto a mamá. Nostalgia y añoranza. Amor edipico. Entonces una lagrima furtiva aparece como personaje principal. Y sobre la canción La maestra, es la del 15 de mayo. Por el Día del maestro. La vuelvo a cantar año con año. Y me recuerda a mi maestra de segundo año primaria. La maestra Toñita. Y la dedico también a mis amigas maestras. Entre ellas, muchas de ellas, a Carolina.

Esperanza

Anoche soñé a Esperanza. Peri, le decíamos. Y sonriente al preguntarme qué había hecho de mi vida, desperté. Como siempre, en el sueño también atendía la misma Botica Sn Luis, ubicada en calle Sandino. A un lado de la primaria. Y cuadra y media de la secundaria. Así que pasábamos a saludarla varios de nosotros en esa edad de entre los doce y quince años, edad del ensueño y de la esperanza. Por eso nos llamaba la atención su nombre. Íbamos seguido. Sobretodo cuando queríamos un dulce, que también vendía entre los merthiolate y el vaporoub. Entre los ungüentos y las penicilinas. Nosotros íbamos por los dulces. A veces los comprábamos. Y a veces ella nos los regalaba. Anoche la soñé. Y tiene la misma sonrisa y edad de cuando la conocimos, que ella tendría quizá 18 o 19 años.

Unicef México- Tabasco

Buenos días a todos A nombre del maestro Ángel Solís Carballo, Secretario de Educación en la entidad, les reitero la bienvenida a todos ustedes, visitantes de UNICEF-México, funcionarios de educación básica y apreciados maestros de educación indígena. Saludo con afecto y aprecio a los integrantes del presídium: a la Maestra Carmen Alcira López Flores, Jefa del Programa de Educación en el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF-México) A la Mtra. Paola Gómez Espinoza, Oficial nacional de la misma loable y humanista  institución  internacional (UNICEF-México) Al maestro Alberto Vargas Hernández Coordinador de Educación Básica A la Lic. Adriana García Muñoz, Secretaria Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de niños, niñas y adolescentes (SIPINNA) Y a todos ustedes maestros, que día a día, realizan uno de los trabajos de mayor importancia para la sociedad, que es la de ser educadores, y en ese trabajo diario forman a nuestros niños y niñas para

Espero

Espero, refutando al destino. Mas no pierdo el tiempo. Camino esperando. La buena suerte es una alegoría del trabajo y la disciplina. Espero el viento en la cara. La imagen en la mirada a lo lejos. El arcoiris. La lluvia. Espero las palabras que vienen de quienes caminan y viven y vibran. Espero el batir de alas. Y los cantos ancestrales. Espero al unicornio azul. El caliz con uva. La flecha certera. Encuentro en mi búsqueda la aguja del pajar. Te espero porque me espero. Y para ello camino hacia las coincidencias. Un cancionero en el corazón. Por si las dudas. Las duras. Piedras en el camino.

No espero nada

No espero nada. Es un decir. Si acaso la sal para la vieja herida, por el origen y el devenir. Si acaso la luz, al pasar por las rendijas de la casa o del corazón. Esperar algo es estar a la deriva. Mirar las agujas del reloj y ver por la ventana el camino. Por si alguien, algo viene. Contumaz, no espero nada. Lo que va llegando bienvenido sin esperar. Eso sí, como todo, camino. Y en el camino me encuentro polvo, viento, sol. Y miradas como de toque al corazón.

Al espejo

Mírame bien. No soy el yo. Asomado a mí mismo, me miro. Huellas de lo que fue, de lo que fui. Piel a sol y a sombra. Apegos y desapegos. A diferencia los otros. E indiferencia. Mírame bien. Y el vacío queda en ese espejo que retrata al mundo asomado a su ego.

Para entonces

Para entonces, sí, el otoño. Las veinte mil primaveras y veranos pasaron. Raudos. Y la poesía como lector iba sosteniendo el hilo de la dicha. Fijar la mirada en el reloj. O en las nubes. La lluvia al caer. Y echar en retrospectiva el pensamiento. Dónde estamos. Para qué. Los libros daban indicios. Señales equivocadas o ciertas. A saber. Para entonces en recuerdos llegó el otoño. Y la prisa se detuvo de pronto. En la guitarra se tocaba de otra forma. Las hojas secas caían en cámara lenta. Para entonces el mundo iba siendo los recuerdos de pasajes, paradas de autobuses, notas de compra. Fuimos por el café y tardamos. Para entonces fuimos ya otros. Somos otros que nos asomamos al espejo como al pozo de agua. Para reiterarnos aún. Para entonces vaga referencia.

Calle Pano

Llego al Encuentro de escritores en Villahermosa. 1999. Biblioteca Pino Suárez. Cerca de la mesa de registro está Ciprián Cabrera. Pano, poeta. Lo saludo y hago mi trámite, disciplinado. Nombre: Antonio Solís Calvillo. Domicilio: Ciprián Cabrera Jasso. s/n. Y Pano ríe a carcajadas. Cree que lo digo en broma. Sí, le reitero. Ese tu nombre lleva mi calle. En eso termina uno, responde resignado y sonriente. Y le pido algo que nunca concretamos. Que viniera a esta calle a leer de su obra con los vecinos. Claro que sí, me dijo, nos ponemos de acuerdo.

Te quiero

Te quiero y es de mañanita. Sol, rocío, pasto. Nuevo día. Bella y lenta la música de Arrival. Justo llega uno a ella. Cuando la sed. Te quiero y es de mañanita. Abejas en la miel. Colibrí en la flor. Olor a fruta madura. Saludos de cerca y lejos. Te quiero y es de mañanita. Eres tú y no eres. Naturaleza florida. Nubes de algodón. Música de acordeón y bajosexto. Hay razones para quererte. Suficientes. Es de mañanita. Se ha alejado la oscuridad. Los años siguen su curso. Y el r ecuerdo vivo permanece. Lo mismo el olvido. Te quiero y es de mañanita. La luz que se cuela por las rendijas. Libros. Melodías. El mando y manto de la especie. Una especie de esperanto, no esperado. Y entendernos todos sin palabras. Te quiero y es de mañanita. Sábado arribado ya. Y buen resto por venir. Por los milagros en las moléculas. Y el fluir permanente. Agradecimiento pleno por la vida, la salud, los amigos. Y los libros a la espera siempre. Te quiero por los poemas dictados y subrayados. Mi mano siempre al

Sabor a viernes

Cada viernes se mueven los pies y se aguza la mirada. Compro un libro, lo hojeo y me adrenalino en sus páginas. Con él bajo el brazo, camino por calles para coincidir con miradas. Y evoco otros inicios de fin de semana. Cuando el infierno de la dicha era territorio a conquistar. Piratas, magos y hadas, pululaban en tercera dimensión junto a nosotros. Saltaba el mono de la entrada del zoológico. Los maderos de San Juan pedían pan de dulce. Y nosotros nos íbamos de juerga y regresábamos sobrios hasta la madrugada. Libamos leche de vaca con sonoras carcajadas.  Era la otra edad. Los jeans relavados fueron estrellas por tiempos. La boina y bufanda gris. Y solícitos seguíamos palmo a palmo el disfrute en las horas del viernes en la esperanza de encontrarnos con el destino manifiesto. Con el júbilo de las palabras festivas. Nosotros. Aquellos que fuimos. Aún el jean y Sabina.

El sabor salobre del mar

El sabor salobre del mar, lo llevo en los labios y piel. Y el mar se regocija al escucharme cantar. A la luna de día o noche. Y al eterno soñar. No he vuelto a las andanzas. Perdí mi ruta buscando lo azul del cielo, y me encontré con lo salobre del mar. No pido mucho. Solo que me dejen las olas del mar y el reloj del tiempo en su tic tac sonar.

El sabor dulzón de la tierra

El sabor dulzón de la tierra, de a poco a poco será nuestro destino. Haz vuelto por mí, refiere, mientras tanto ya no sabremo de los besos, ni del aroma de las flores. Sabía de todas todas. Y hacía referencia del destino. De la no vida. Sintetizada en esas noches frías, de soledad perenne.

Encontrar la ruta del regreso

Encontrar la ruta del regreso es el reto. Confiemos en nuestra buena suerte. En ese deambular sin rumbo que nos acerque. Yo en sueños tengo la preocupación real de perderme. Y anotar calles, color de casas, referencias. Para poder estar seguro de seguir la ruta correcta para el retorno. Anoche me quedaba en una casa. Donde no se daban cuenta. Los sueños, sí. Y salía para volver. El guiño de la desnudez propia estaba presente. Recurrencia en sueños. Despertar sonriente. Y ver la luz. Nuestra luz aparejada a los felices sueños de la vida.

Y te invitarán Fernando Nieto

Y te invitarán a fiestas, Fernando. Y sonreirás bonachón, al lado en la pared las miradas. Y tinieblas ya a punto de la noche. Resulta que me he reído mucho, poeta. Y recuerdo aquella vez de subrayar un nombre entre tantos. Y era el mío, anónimo, en las primeras palabras. "Muchos errores en la construcción, pero madera para la literatura, tus textos", dijiste parco. Y lo agradezco desde siempre. Esa palmada ríspida, ha sido farito de luz para los pasos dados. Te abrazo en esa distancia en la que también coincido. Y cercano al lugar donde ahora te encuentras. Y el California dancing club seguirá reverberando. Con ese calor y las ansías de juntar ancestral con ellas nuestros efímeros cuerpos.

La noche

Para efecto de la noche cubra maniquí. Preciso por las referencias libertarias. No lo tome a mal. Ya nos hemos visto en esta ciudad o en otra. La noche tiene su propio diccionario.

Oh, mujer

Cara luminosa de la vida. En las andanzas de la distinta edad.Y más allá de los colores específicos, la sonrisa nos une en la lucha por mantener la esperanza de un mundo mejor. Sin retórica. Solo que compartimos destino e inquietudes. Y nos hacemos las mismas preguntas desde siempre: origen, destino, razones de existencia. No dejes de mantener la mirada en una meta fija, cualquiera esta sea. En esa manera de ser. Un abrazo siempre solidario. La prójima más próxima, todas. Oh, mujer.

Fascinación

Fascinación es enterrar juntos los recuerdos. En un adiós con el abrazo. Es valse enamorado de la vida. Fascinacion es la sonrisa encumbrada. El gozo por andar por los caminos frescos de la vida.

Soñar

Yo no duermo. Yo sueño. Soñar es mantener vigente el libre transitar entre imágenes y recuerdos. Es despertar en el infinito. Y marejar humedades que han venido conmigo. Atrapo por ejemplo a la libélula. Para luego soltarla como magia de palabras. Y ando entre la arboleda de frutas cortando la que en el momento se apetece. Imagino el poema como la totalidad del universo. Sueño mi árbol genealógico. Y encuentro en él los nombres, los rostros, los detalles. En el sueño se concretan todos los anhelos y realidades. Esta vida, por ejemplo, la sueño también.

Mi sueño

Mi sueño de futuro es la muerte. y previo una reconciliación con la vida, a manera de despedida. El adiós a la página en blanco. Al fin desprovisto del ego mortal. Y darle cicuta a a la perra fama, para salvar al otro que me habita. Romper los textos y no dejarlos para que alguien los rompa. Vanidad y angustia adiós. Y grabar palabras que nunca dije. Y gritar que no me arrepiento de nada. Camino al precipicio de lo infinito. Que no es caer. Sino entrar en otro estado. Ebrio de palabras y amistad. Gozoso de aullar como lobo mirando a la luna. Te espero por las cuatro esquinas. Para verte florecida con la sonrisa.

Sueños

En los sueños se asoma. Displicente. Pasmosa habilidad para parecer natural. Y luego de no hablar. Mirada esquiva. Saluda como si nada. Es un espejo. La imagen de la imagen. Las veinte mil imágenes multiplicadas. Lo que ayer garza. Tiempo pasado. Sigue en un gerundio que se desplaza hacia atrás.

Las causas

Yo precisamente inquiría sobre las causas. Del olvido, y el hambre. Y cayeron explicaciones de cada punto de vista, etiquetado por la profesión. Y su dedo señaló hacias los otros. mas en esa irreflexión. En ese adjetivar superfluo. Nadie se asoma ni a la autocrítica. Y tampoco a ver más allá de las "narices". Solo pocos saben de la causa de las causas.

Comején

El hombre se enamoró de un comején. Heterodoxo él, sintió el aguijón del pequeño y bello animal. No se sabía zoofílico. Al rascar su piel sin menoscabo por el lugar del piquete, sintió placer, venturado. Y a la vuelta de minutos de nuevo. Estaba extasiado. Se dio cuenta que el placer provenía del piquete del insecto. Breve el piquete. Bravo el veneno. Prendado quedó. La gracia del placer reverberado. Mientras el comején le chupaba sangre, durante años, flaco y ojeroso, más feliz, así hasta que quedó solo. Él bello y siempre eterno joven comején, había mudado hacia otro sabor de sangre. Y así sigue, invicto. El comején en el olvido ya. A otra ruta fruta y dama con rima. Comején cuál mariposa. El hombre liberado de los piquetes, ríe. Y su sonrisa se convierte en pájaro que emprende el vuelo al cielo.

Paraiso

Para construir un paraíso. No necesitas mucho. Ni ladrillos o cemento. U otro material. Y menos lujos, tarjeta de crédito, moda o pasarelas. Mira hacia dentro de ti. Y recompone tu interior. Luego agrega paz interna. Tranquilidad. Y miradas de amor. Aprender el lenguaje de los guiños es necesario. Y mandar señales a la mano para dar. Ese es el paraíso. Agregarle poesía. Que significa ser sensible a la belleza. Que está localizable sin gps en lo simple. Lo que no tiene precio. Ternura. Sí. También. Es fácil. Y yo que lejos estaba al tratar de construir un paraíso terrestre. "Que los hombres perdonen lo que he hecho." (Pound)

Goteras

Antes de la temporada de lluvias, mi padre localizaba los pequeños orificios del techo, por donde entraban gotas. Y con los días llegaba la temporada. E indefectiblemente había goteras. Menos sí, pero al fin se hacían presente. Y nosotros poníamos recipientes para recogerlas. Mi padre se rascaba la cabeza y reía. "El agua busca siempre su ruta. Y la encuentra", nos decía resignado. Mi madre tenía su sabiduría: "esas gotas las necesitan las plantas". Sí, pero mientras tanto, pensábamos nosotros, sin pronunciar palabra.

Buena combinación

Buena combinación domingo, café y Debussy. A pierna suelta con el día. En disfrute con gozo el café. Y ese Claro de luna. Fórmula perfecta. Sorbo a sorbo se van dibujando imágenes conciliadas de otros tiempos. La nostalgia solo es tema ya. Por ahora. De aquellos tiempos de cuando la arena caía en los ojos. Y el agua salobre de mar nos confundía. Por eso combinar a fuego lento música con sabor a delirio, el aromático café, precisamente este día. Ayer compré unos libros. De alg o que siempre falta. Un poco más de poesía en la vida. Vasos Lyssaridis y Gerardo Deniz. Desde otro punto de vista. Otro conglomerado como hormigas visto por el ojo luz de lámpara votiva. De quien somete a campo traviesa a las palabras. Y las soledades impunes. Solo entre otros billones de solos, dice el griego. Arguye en metáforas. Precisa la palabra. El sentir. Y el café sigue caliente. Es domingo. Y sigue Debussy, nostálgico. El día florece en luz de mañana

Estaré aquí

Estaré aquí. Dibujando palabras y silencios. Café de mañana o madrugada. Canto del sol y gallos. Vuelta a la noria. Aquí donde escribimos nombres, datos, fechas. Firmamos documentos para dejar constancia en el olvido. Cántame una canción. Y otra. Aquí es el lugar predilecto para las miradas. Hola. Buenos días. Vienes. Y acoplamos las manos y distancias. Las voces se suceden. Límpidas para encontrarnos. Estaré aquí. Estaré mientras tanto. Peine para el cabello ausente. Maleta hecha para el viaje hacia el andén último. Esperamos con suspiros. Nostalgia para la buena vida. La buena siembra. Cartas. Abrazos. Amigos. Amanece. Oscurece. Sucesión de días. Apuntes de viaje. Libros nuevos con celofán aún. Estaré aquí, mientras tanto, piedra.

Miento

Al tiempo le he sido indiferente.  En pago, me ha sido también indiferente. Reciprocidad. De gusto le invitaría un vino para platicar de su existencia. Masa en el exilio. Poder del fluir eterno y transparente. Sin embargo hemos concurrido en este lado. Y su pasmoso silencio se impone. Siempre en la edad de tiempo fijo. En cambio me suceden los años. Polvo de vidrio.  Le mentí al tiempo. Al dios de uno mismo. Al tigre nuestro que hilvana palabras para cocinar pan como versos. Ahora en retirada. Visión de la página en blanco. Como el nada ha pasado. Nada pasó. Y las sombras de la caverna siguen en su movimiento para la humedad.

Agua

Agua , niño. Transparencia alada. Liquidez de luz y sombra. Peldaño de vida. Agua del porvenir. Si los repetidos rostros. Referencia sobre el destino. Agua, transparencia del alma. Entonces dormir, claridad húmeda de las pretenciosas

Y si no

Y si no se dan las circunstancias. Nada de historia o reconsideraciones. Solo que la vida se fue dando en circuntsncias distintas. De tiempo y espacio. Consideraciones aparte. Yo andube errabundo. Guitarra sin dos cuerdas. Sin embargo la constancia de seguir. A pesar de.

Y si

Y si te interesas en partir. Tengo una brújula lista. Y escoba, si. Boleto  de solo ida. Para barrer desdichas. Y las palabras precisas para decir que te vaya bien. Y si vuelves o no, lo mismo da. Y si el perfume, los versos. Las ganas de tocar a rebato las campanas. El pelo al aire. Y la guitarra disponible. Y si los rostros fieros nos limitan. Y la sonrisa se refleja en el espejo. a donde lo mismo acudimos. La pluma sin tinta. La palabra se impone. Y si Borges o Miller. No hay comparación, dicen desde las butacas de la inercia.

La llamada

La llamada, un juego. Sueño huertos como entre bruma con luz. Y árboles frutales. Amplio jardín. Plantas chaparras con flores. Y árboles maderables. Joyas vegetales. Tardes con aire fresco. Libros disponibles. Juegos de palabras. La llamada insiste. El corazón da vuelcos. Sueño atardeceres en lo verde. Canto con de fondo orquídeas. Y hojas secas como alfombra en ocre. Guitarra disponible para el florido canto. Y el sonido suave de lo griego con la mandolina. Sueño con ladrillos para lanzar a quien ofende; y construyo con ellos puentes, fuentes. La llamada del porvenir insiste. Es el presente que nos va acercando de a poquito a la estación final.

Desde entonces

Desde entonces a esta parte de la vida, han sucedido cosas. Por ejemplo los libros se mantienen a la mano. Para salvarme del tedio. La rosa escandinava ha vuelto a mi jardín. De extrañarla tanto, luego de la sequía de hace un mes.  Y los gatos se asoman a veces por la casa. Ausencias. Desde entonces sigo en el camino. Saboreando los frutos y nieve que venden en la calle. Y la memoria terca. Por donde desfilan hechos del pasado, nimiedades, ahora ya, desde la distancia. Desde entonces errabundo, piedra, nada. Palabra pasto seco. Humedad dibujada.

Entonces

Vino tinto.  Suave, seco. Para la charla. Mas entonces ya te fuiste. Se fue. Recapitulemos. Luego entonces. Esto es vital. Vino tinto. Entonces las palabras. Sobre los hechos. Análisis de la circunstancia. La vida. Lo efímero. Entonces fuimos niños. Y el juego era la medida del tiempo. Luego jóvenes. El amor, más que dos carretas. Y de pronto esa edad de lucir no quiero. Me reinvento en sombra.

Credo

Creo en el orden y el progreso. Solamente en función y consecuencia de lo humano. En el hombre sencillo y bueno. En el hombre honrado. En el que como león enfebrecido persigue utopías. Creo en las palabras y en los besos. En los comics de la infancia. En todos los colores. En la carne y la ceniza. Polvo eres. Creo en el camino con viento y en calma. En el mar embravecido. En las tantas voces de los pueblos y los pájaros. En las lágrimas y el llanto, yo que te quiero tanto. Creo en los sueños y en la memoria de todos. En el vino y en los pies para el mosto. En las tijeras y en las balas. En los bailes de salón y en los de pueblo. Creo en cama y mesa. En los santos óleos. En la computadora y en la biblioteca. En los saltos al vacío. Creo en las esdrújulas. En el crisol amanecer. En la ley de Herodes. En la cábala y en la buena suerte. En el cacho de lotería sin premio. En las alabanzas. En las cartas de amor lanzadas al mar sin esperanza. Creo en los solitarios. En la aflicción. Y en los

Los idus de marzo

Cuando llega marzo, de inmediato recuerdo, por asociación, los Idus. El tiempo de la traición. Roma testigo. Artero el momento. La puñalada por la espalda. "Tú también... ". Y allí el nombre. En ese preciso caso, Brutus. Julio César burlón de los augurios, dice al vidente: "los idus han llegado, aquí sigo" "Pero no han terminado", le responden. En el transcurso del día, vertiginoso, el suceso. Herido por la espalda. La sangre derramada. Y en todos los casos distinto el nombre. En cada generación. En uno y todos. Pilatos en la cena última preguntará: "¿seré yo, maestro, acaso?". La miseria de la vida. En fin que marzo ha llegado. Con él Los Idus, y la primavera. Para el equilibrio en las reconsideraciones.