Sabor a viernes

Cada viernes se mueven los pies y se aguza la mirada. Compro un libro, lo hojeo y me adrenalino en sus páginas. Con él bajo el brazo, camino por calles para coincidir con miradas. Y evoco otros inicios de fin de semana. Cuando el infierno de la dicha era territorio a conquistar. Piratas, magos y hadas, pululaban en tercera dimensión junto a nosotros. Saltaba el mono de la entrada del zoológico. Los maderos de San Juan pedían pan de dulce. Y nosotros nos íbamos de juerga y regresábamos sobrios hasta la madrugada. Libamos leche de vaca con sonoras carcajadas.  Era la otra edad. Los jeans relavados fueron estrellas por tiempos. La boina y bufanda gris. Y solícitos seguíamos palmo a palmo el disfrute en las horas del viernes en la esperanza de encontrarnos con el destino manifiesto. Con el júbilo de las palabras festivas. Nosotros. Aquellos que fuimos. Aún el jean y Sabina.

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