Poesía eres tú
Poesía eres tú. Todos los pronombres y posesivos. Dios mismo incluido. Y todas las palomas. La red que teje la araña. El rocío de la mañana. Un nombre, un bendito nombre encajado. El tuyo. Los actos del faquir y acróbata. Y así la lista de todo lo que hubo y lo que existe. El olor del durazno y la guayaba. Ese escudriñar permanente sobre origen y destino. Sobre el Dios de sí mismo. El exacto olor de tu flor nenúfar. La paz. Y ese guiño. Los besos que se dan y los que no. Y la luna como el queso. El caballo corre por el campo, escribe el niño por la oración pedida. Y el niño siente el galopar en el lugar común de su infancia. Es su corazón en el tam tam. Dejadlo escudriñar. Y en la maquinaria exacta del reloj. Y en los sueños que van por lo intangible. La vida en charla interminable. Sol y no saber. Solo.
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