Laika

Vino a mi vida con alas prestadas de ángel.. Creación perfecta con el plus de la lealtad. Un distinto ángel verdadero, encarnado para mostrarnos la fragilidad de la vida, lo efímero. Y se fue como de rayo. La vida a cuestas, le dejó. Pequeña. Minúscula. Insignificante en su grandeza. La enterramos ayer tarde en el jardín. Y allí sembraremos semillas. Para que vuelva en frondoso árbol de sombra o flor. Adiós, Laika.

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