Un majestuoso tren

Un majestuoso tren junto a mi casa. Enorme. Negro. Yo me despertaba apenas y la sorpresa al asomarme por la ventana. No eran sueños. Era un tren en realidad. Y muy grande. Me esperaba con asiento reservado para mí. Y así, sin maleta. Apenas el tiempo disponible. Abordé con la seguridad de ir a alguna parte. O a todas. Iba ya con pasajeros con sus luces. Cada quien con la sonrisa franca. Y ese brillo en la mirada. Música ambiente. Y naranjas. Y emprendimos el viaje, sorprendidos de tanta belleza. Ya hace años el inicio del viaje. Y aquí seguimos. Con despertar cada día con cara al viento. Aclaro; mi asiento da a la ventanilla. Y saco la mano. Digo adiós. Saludos. Buen día. Paloma.

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