Suscribo una a una las palabras

Las palabras dichas, las escritas. Una a una, las de todos, las suscribo. Porque siendo de otros son también mías. Las mías pertenecen a todos. Van y vuelven. Hacemos fiesta con ellas. En declaraciones de amor y vida. En canciones. En pláticas. En el registro de la historia. En cartas amorosas o de comercio. Las del regaño y alabanza. Las de las oraciones. Las que aparecen muy propias y sonoras en la ira. Las guardadas en una cinta magnética. Las que vienen desde los primeros roces. Las que se dicen en la intimidad. Las que guardamos para decir en el momento esperado por años. Las palabras somos nosotros mismos. Nos reconocemos en ellas. Son nuestra señal de identidad. Nuestras huellas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Mi mascota, la cabra (11/s)