Recordando a Matilde Lina

1. Tuve una novia en la secundaria  que se llamaba Matilde. Ojos negros, cabello rubio natural. Lo sé bien. Y un sentido del humor como pocas. Su nombre me remontaba a la canción ballenato Matilde.Lina qué por esos tiempos la.conocí con Renacimiento 74. "Haz tu grupo.para qué.me.la cantes en mis 15", me decía ella.

 2. Aparte de la rondalla en la Normal, y la estudiantina de la secundaria, no he estado en un grupo musical. Mi sueño.  Recuerdo sí que en alguna fiesta echábamos  Chuy Rojas, Cristóbal Maldonado, Javier Zamora y yo, el palomazo en grupos tropicales en esa edad estudiantil. Y que en algún centro nocturno de la zona roja de mi Matamoros querido (yo vivía cerca) me colaba con mi minoría de edad ayudando a cargar instrumentos, y a veces me soltaban la guitarra cuando la melodía era sencilla, como: "Matilde Lina", éxito del grupo de Adán, "Renacimiento74". Y hace como seis años entré a un grupo musical de la iglesia cercana de la casa.

2. Pero siempre soñé estar en un grupo musical. Hasta hacía dibujos de portadas de discos LP, donde me miraba en el grupo incluyendo siempre a uno de mis hermanos, que le gusta cantar. Y aunque todavía se cohíbe, me hace segunda cuando nos vemos en vacaciones. "Fue en un café", "Teresa", "Tengo ganas de verte muy cerca", algunas de las canciones que cantaban Los Apson o los Yaki.

3. Pero el destino es el destino y ayer pasó algo curioso y que no me lo esperaba. Yo barría el el frente de mi casa. Se había acumulado tierra y mucha hoja, que con el viento fuerte que viene del sur metía mucho polvo y hojas a la cochera y de allí a la sala de la casa. Así que me puse a hacer una limpieza exhaustiva de acera y banqueta. Y estaba de lo más sudado y concentrado, cuando pasó un vecino. Y de entrada me dice: "Ahora sí, profe". 

4. Dejé de hacer lo que estaba haciendo, enfoqué mi miopía para ver quien era y ese "ahora sí", qué significaba. Lo reconocí: "¿Ahora sí qué?" "Ahora sí voy a poder ensayar con usted. Ya me compré una guitarra". Así me dijo orgulloso y entusiasta. Entonces si, claro que sí. Nomás nos ponemos de acuerdo en los días y horas. Pero hay que pensarlo bien porque hay qué cumplir.

5. Haríamos un dueto, le dije. Y aceptó sonriendo y satisfecho. "Un dueto de dos", me dijo en broma. "O un trío de tres", le dije siguiendo la corriente. Mientras tanto ya somos dos en el proyecto de inicio de un grupo musical. De esos de nostalgia en los que hay que tocar de entrada algunas melodías de tríos ("Gema", "Tres regalos", "En un triángulo, triángulo, triángulo..." y poco a poco irnos metiendo en canciones del rock mexicano de los 70. Así quedamos. "El lunes lo platicamos bien".Por lo pronto mi vecino ya trae el pelo largo, casi blanco. Y yo me estoy dejando crecer la barba.

6. Me parece que sería bueno que en las escuelas se enseñara música; artes en general, pero sin duda música. Lo básico. Lo esencial que permita formar grupos, duetos, tríos, cuartetos, etcétera. Un coro, sin duda. Y que fueran maestros especializados. Que tuvieran un nivel de enseñanza satisfactorio. Apreciar el arte es necesario. Practicar arte es urgente. Digo, si se quiere sembrar paz en el corazón de los hombres y mujeres desde esa edad infantil que se aprende como un juego.

7. No para que todos sean músicos, o haya más músicos. Sino para que se viva con la fuerza del ser interior como humano de paz y armonía. Para que andemos menos estresados, más tranquilos. Y nos miremos con mirada de concordia y tranquilidad. Se requiere comprender quiénes somos (seres humanos, especie de la naturaleza), qué hacemos en el universo y para qué estamos en él. No es nuevo lo que digo ni descubro el hilo negro. De eso tengo claridad. 

8. Lo que sí es que si seguimos haciendo lo mismo en educación (no solo escolar sino social) obtendremos los mismos resultados. Las reformas educativas, bien. No se dice algo nuevo, pero uno las lee en los Planes y Programas de estudio y se ven muy bien... en el papel. Lo difícil no es entenderle. Sino lo realmente difícil es cambiar de chip, de la necesidad de comprometerse a conciencia. Y aclaro: no solo la escuela. La educación es un proceso social, no solo un concepto de plantel.

9. Pero volviendo al tema. Ando entusiasmado con este nuevo proyecto en la vida. El de formar un grupo musical empezando por un dueto. Algo es algo. "Pero yo solo sé música de oído, y usted me parece que de nota", me dijo. "¡Nooo!, yo también soy empírico", le aclaré. Andamos en las mismas. Y juntos vamos ir aprendiendo a sacar canciones. Y donde no sepamos como va, silvaremos las notas, hasta que nos salga como sabemos que es. Ya me veo de nuevo con al guitarra. Y haciendo la primera o segunda voz. Y luego meteremos canciones de Serrat, sin duda. "Ese con quien sueña su hija, ese ladrón que os desvalija, de su amor soy yo, señora. Yo sé que no soy un buen yerno..." etcétera.

10.  No fue un sueño. Sucedió ayer que barría el frente de mi casa de manera exhaustiva, que pasó el vecino y me dijo que ahora sí, que ya tiene tiempo para que ensayemos música. Y claro que sí. Platicamos otros minutos bajo el inclemente sol. Yo traía polvo hasta en los ojos y oídos. Comentamos que la música es un antidepresivo y un alimento para el espíritu. "Fíjese que sí, profe. Me siento muy vivo con este entusiasmo de formar el grupo (dueto). Tengo 58 años -me dijo- y me da vida este proyecto. Yo tengo amigos muy enfermos que andan con bastón o andadera. Y como que a música me da vida y aliento y motivos para reír". Lo mismo a mí, le contesté: "Cero estrés". Y así quedamos. Luego les comento cómo nos va en el dueto.

11. Por cierto. En la secundaria yo estaba enamorado de Matilde. Y una canción que cantábamos en esa edad era "Matilde Lina". Que dice así: "Un mediodía qué estuve pensando en la mujer qué me hace soñar. Las aguas claras del río Tocaimo me dieron fuerza para cantar..." Las mismas fuerzas qué tenemos ahora para seguirle en la vida con aliento y canciones.