La feria: no solo de pan se vive

1. No creo poder ir un día a la feria. Quizá por la edad -lo reconozco- me causa tirria el amontonamiento de personas. Eso de entrechocarse todos sudados no se me da. Pero sí he ido, sea solo o acompañando. Me gusta subirme a un juego mecánico y regresar a la infancia. Estar arriba en circular con los caballitos o en la rueda de la fortuna en el arriba y abajo. Y detenerse a mirar el panorama en las alturas y querer quedarse más tiempo y luego bajar.

2. Me gusta ver por televisión la elección. Y la veo cada año. Y siempre habrá consideraciones diversas sobre esto o lo otro. Las participantes aceptan las reglas que la población desconoce. Cuando se les elige en su municipio se hace por invitación. Así que entre las 17 invitadas, una ha de salir Flor Tabasco. Y aguantarse las demás. Porque así es. A mí me gusta por ejemplo la cinta bordada con el nombre de su municipio cruzada en el pecho. Y hubiera sido mejor su brillo ahora que ha sido declarada patrimonio cultural de Tabasco. Y no, se mandó en las partes bajas del vestido. Tendrán su razón, pero no la dicen.

3. De entre las diez que pasaron a la siguiente ronda, cualquiera pudo ser la flor. De eso no hay duda. Noté sí, que había candidatas las cuales no tenían porra. Y aunque dijeron que uno de los puntos era el aplausómetro, creo que fue más la cantidad de la porra o ausencia de ella la que definía el mayor o menor aplauso. Y eso cuesta dinero, sea el precio de la entrada, el de la mesa o no sé qué más se paga. Así que había que invertir. Pero las reglas del concurso o el objetivo del mismo va definiendo quiénes podían ganar.

4. Cada tabasqueño tiene a su participante a flor preferida. Empezando por la de su municipio, porque nadie ve ojos bonitos en cara ajena. Así que municipios grandes tienen más seguidores que municipios pequeños. ¿Qué se quiere destacar en la feria? ¿La producción agrícola y ganadera? ¿La armonía? ¿La cultura? ¿Sus artesanía? ¿La convivencia entre pudientes y pobres? ¿Su arte? ¿Creatividad? ¿Su educación? ¿Folklor?¿La mezcla de lo antiguo con lo moderno? Pues todo eso es lo que hay que buscar, mirar, observar y difundir, porque Tabasco tiene mucho que presumir.

5. Yo no tengo favorita. Esto lo escribo felicitando a la muchacha que ganó, la de Huimanguillo. Porque ellas hacen su parte, lo mismo que el jurado. Pero reitero que todas pudieron haber ganado y la polémica de todas maneras se daría, porque va en nuestra singularidad. Cuando quedaron cinco, siempre se dirá que debió entrar a ese top otra que no está contemplada, por ejemplo Viviana, de Tacotalpa. Ya ni se diga en las tres. Pero reitero: no conozco la convocatoria. Si la conociera a lo mejor tendría mayores elementos para criticar. Se dice fácil que alguien compró la flor. Y eso realmente no lo creo. Ni tengo elementos para insinuarlo.

6. Y así como se dice que nuestros límites en nuestro lenguaje es el limite de nuestro universo, así también cada uno de los que van a la feria miran lo que en su mente tienen. Sea que se vaya por una cobija del tigre, por ver a Carlos Rivera o Charin León, por ir a tomar micheladas que con este calorón se antoja, sea que alguien va solo a mirar a los voladores de Papantla (¿vienen todavía?), otros van a ver si compran un ejemplar vacuno de registro, o un caballo garañón, que sirvan para la monta y reproducción. Otros van para ver si hay algo barato de artesanía de las regiones del país: un barro negro o cobre de Santa Clara. Los solitarios van buscando miradas. Los enamorados sonríen como si solo existieran ellos. Y cosas así. Los lectores buscarán libros. Los ojo alegre buscarán alegrar y alegrarse.

7. No he ido nunca al palenque donde se presentan artistas para gustos populares (como el mío). La razón principal es el precio. Pero me hubiera gustado ver en vivo a Selena y sus Dinos, por su personalidad que proyecta salud y alegría. Bidi bidi bom bom. A Paquita la del barrio estrenando "No hago otra cosa que pensar en ti", que la tiene a dúo con Joan Manuel Serrat. A Alberto Vázquez escucharlo cantar "Tus ojos, lindos son tus ojos". Y sin duda alguna a Juan Gabriel y a Rocío Durcal. No los vi, no los veré, apenas que me los encuentre en el otro plano. Pero lo dudo, diría José José. 

8. Yo recomiendo ir de día a al feria. De noche es un delirio tanta gente y tantos autos a su entrada y salida. ¿De dónde salen tantos autos? De las fábricas trasnacionales norteamericanas y chinas. Pero de noche tiene el encanto de sentir casi en la realidad el verdadero infierno, que no debe ser tan malo si aguantamos el calor tropical, y si soportamos el sudor. Y como todos ríen o casi, y más si hay en el bolsillo suficiente t´akin (dinero) para comprar dulce, cerveza, tacos y embutidos. Las ferias se definen, más allá del socorrido y criticable dicho de pan y circo, también con esa expresiónque dice que no solo de pan vive el hombre, y se requiere la diversión, sea esta u otra. El ser humano no solo vino a esta vida a trabajar.

9. Las tardeadas culturales de cada municipio son un verdadero deleite. Cada una le dará el enfoque que considere y guste. Sean de folklore no solo el nuestro sino de otros estados, alguna obra de teatro, música, cuentacuentos, etc. Es lo que somos, lo que nos distingue, la cultura. Y lo que somos no solo como tabasqueños, sino como mexicanos. Si fuera yo a la feria me acercaría a esos espacios, y especialmente en el día que le toque a Tacotalpa, a Nacajuca, a Centro y a Huimanguillo. Buscaría comprar un soplador de palma para avivar el fuego de fiesta en las carnes asadas. Y me tomaría fotos con sus representantes flores.

10. Bien por las bandas de Señorita simpatía y Fotogénica para la representantes respectivamente de Nacajuca y Comalcalco. Creo que faltó una banda para Señorita belleza y cultura. Y esta debió corresponder a la representante de Tacotalpa. Pero reitero: las 16 representantes (Balancán no participó) merecen nuestro reconocimiento por su valor de caminar en pasarela y hablar en público, que no es nada fácil. Valientes y bellas todas. 

11. Si se sorteara el título de la flor más bella sería excelente. Nomás que no habría polémica, alimento instintivo del ser humano. Y no tendríamos mucho de qué hablar. Ni yo escribiría de la feria. Pero felicidades a esa muchacha bella de Tacotalpa, por su fuerza interna, por su empuje, por el orgullo de su raza, por su ejemplo, por su perseverancia, por el cumplimiento de su sueño, por su decisión de seguirse preparando, por su natural y chispeante forma de ser. 



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