1. Tomó café y hago tarea. Dejé atrás el cumplimiento de tareas de una materia. Razón no hay, justificación sí: distraído al mil. Hacer anotación en la antología sobre tarea: reporte de lectura. Y olvidarse de ese encuadernado.
2. A veces titulas para justificar cuando dices "pretextos", "apuntes". Y cosas así. Hubo una chica que llevó un poema al taller que empezaba conque "este poema es una mierda". Y yo dije: en este taller no se tallerean ese tipo de textos. Y me refería precisamente a que si calificamos lo que escribimos con ese sustantivo en función de adjetivo, ya adelantamos el trabajo del taller precisamente en ese texto.
3. Me doy cuenta que mezclo temas y asuntos. Por una parte la tarea de Epistemología y por otro los.apuntes sobre el taller literario. Como es notorio, no mezclo un tema con otro, sino cada uno en su espacio de párrafo. No está mal, me digo. Sea el lector qué se asomé un poco a ello y en su mente los relaciones. Tenemos conocimiento, sí, pero de qué tipo. Cómo sabemos que conocemos.
4. Tire todo por la borda. Queme naves. Meta la mano al fuego. De todas maneras el tiempo pasa y el vientonseguirá su rumbo. Ni el tiempo, ni el viento ni el agua del río retornan. Todos es probable, porque todo es seguro.
5. Cuando uno sugiere a los talleristas que lean, no es por moda ni por hacer promoción a la lectura y a los libros. Es porque la herramienta esencial del escritor es la palabra. Ee decir, el conjunto de palabras amplio o limitado que maneja será la posibilidad de amplitud o limitación de su texto en ruta a obra.
6. He aquí qué soy voluble. He aquí qué paso de un tema al otro. Me sucede que me acuerdo de algo y voy hacia ese lugar donde está la razón del recuerdo. Solo que en el camino encuentro otros motivos y me quedo. Y en ese otro camino encuentronotros motivos y me olvido del motivo original. De ese qué me sacó de mi confort.
6. Usamos muletillas, repetimos palabras y todo ello es a causa de la pobreza del lenguaje. No es que se tengan que usar palabras difíciles o raras para mostrar dominio cada vez mayor del lenguaje, sino que el dominio del lenguaje mismo da la posibilidad de ser más claro en la idea que se quiere reflejar en el texto. Y para ello se requiere ser habitual lector. Claro, no es obligatorio, pero sí necesario.
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