El despertador
1. He dormido mucho. Suena el despertador y abro los ojos. Me levanto y pongo música. Me preparo un café y escribo. Canta Serrat -ganador 2024 de la distinción Princesa de Asturias- y la canción con la que empieza la lista es "Ciudadano". Esa que dice: "Anónimos y desterrados/ en el ruidoso tumulto callejero,/ con los vientos en contra va el ciudadano./ Los bolsillos temblando y el alma en cuero,/ rotos y desarraigados./ Hablando a gritos, golpeando los adjetivos precipitadamente,/ asfixiado en los humos y en las gestiones,/ se cruzan y entrecruzan, sordos e indiferentes/ a salvo en sus caparazones..."
2. Yo tengo la idea que el ciudadano es la persona despierta y los no ciudadanos son los que están dormidos en la vida. Y de que hay personas que pasan por su vida sin alcanzar la categoría de ciudadano son o somos muchos más de los que nos imaginamos. y manipulados son, somos. Andan (andamos) en sueños. Para mí las canciones de Serrat, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, fueron como despertadores en mi adolescencia.
3. Nos molesta el sonido del despertador aunque su sonido sea muy agradable (Para Elisa, Claro de luna), porque estábamos en sueños de humedad o que éramos reyes dentro de un palacio o que habíamos encontrado una cartera con billetes de altas denominaciones o sacado la rifa de la camioneta doble cabina para viajar cómodos en el camino. Despertar es estar vigilante.
4. Cuando despertamos de manera normal lo hacemos en seis días que son para el trabajo y uno para el descanso, y los percibimos de manera diferente. Repudio hacia los seis y dicha y gozo para el de descanso. Es casi natural y normal. Salvo que el trabajo que realizamos sea de nuestro perfecto agrado como comer caramelos y chocolate o ver películas y leer libros (en mi caso) y escribir las reseñas. O andar de fiesta en fiesta siendo reportero de notas sociales. Y vamos entrando al tema, como digo, si solo tenemos una vida y no es para sufrirla, vivamos en las condiciones en que vivamos.
5. Conozco personas que ya no vieron el día siguiente. Murieron. Y conozco personas que en la mañana abren los ojos y sienten que eso es lo muy normal. A mí me pasaba lo mismo. Hasta que me cayó e veinte que somos efímeros en la existencia, y que la vida es fugaz, pero además intransferible (Nadie la puede vivir por mí). Y entonces me di cuenta que cada día es como un regalo. Es el nuevo día. Y despertar entonces se me hace muy distinto a antes, cuando como aún estando despierto, pero estaba dormido.
6. Estar dormido sin estar durmiendo es una figura para intentar decir que vivimos sin tener conciencia de lo que ello significa. Que creemos que siempre hay un día más para hacer o decir las cosas. Que tenemos tiempo de sobra. Y que hay días que ganamos o perdemos tiempo. Estar dormido es sentir que las cosas pueden mejorar de milagro, así como estar solo esperando. Estar dormidos es creer que la felicidad es exterior no interior. Que nada depende de mí o que somos los arquitectos de nuestro propio destino. Estar dormidos es esperar a que un Dios nos resuelva la existencia. Creer que el amor es eterno. Y que tenemos un ángel de la guarda que realmente nos cuida. Y puedo hacer la lista más larga de lo que a mi parecer es estar dormidos.
7 ¿Y si todo eso es estar dormidos, entonces qué es estar despiertos? Aquí entro al terreno movedizo porque hay tantas respuestas siempre y cuando nos hagamos las preguntas. Y pueden estar de acuerdo o no conmigo. Si te haces preguntas de por qué hay los extremos de pobreza y riqueza. Y si crees que esta situación no son destinos ya escritos. Si descubres la trampa en los anuncios comerciales sea lo que sea que anuncien. Si consideras que hacer el bien no es exclusivo de personas que llegan a templos y que no todos los que llegan a esos lugares realizan acciones de bondad. Si crees que la ropa puede ser de marca o no serlo y no importa.
8. Si crees que el ladrón no deja recibo de lo que se lleva. Y que el autonombrado honrado de algún pie cojea. Si utilizas bien los refranes populares. Si sabes que es mejor obrar que hablar. Y que las palabras son la exteriorización de lo que se piensa; por eso hay que tener cuidado con lo que se dice. Si caminas y piensas. Si te asomas a lo alto en las noches oscuras y sientes la magnitud de lo infinito. Y pequeño ante la inmensidad del cosmos. Si tienes miedo pero lo dominas. Si consideras que a toda gran fortuna corresponde que tuvo a alguien que en alguna generación robó. Si te animas a decir qué quieres y luchas por ello. Si hablas contigo mismo, pero no te la pasas dándote latigazos ni exageras en los elogios.
9. Yo mismo despierto, me miro al espejo y me digo ¿cómo saber que no duermo y me engaño de que estoy despierto? Esta pregunta, de entrada, significa una posibilidad de empezar a despertar. No importa en qué estado estemos o en qué nivel de somnolencia. Hay quienes no relacionan nada de lo que sucede. Un ejemplo de ello el precio del petróleo y las guerras. Otro ejemplo, la explotación de millones de personas, principalmente mujeres y niños, en las fábricas y talleres donde se confeccionan la ropa y calzado en varios países a los que eufemísticamente les llaman "en desarrollo". Otro más: las enfermedades con la comida chatarra, la salud pública y la industria que hace ese tipo de chatarra.
10. La expresión "ser o no ser" tiene qué ver con todo lo anterior. "Eres" en tanto estas despierto y tienes conciencia de mucho de lo que sucede en tu alrededor. "No eres" cuando consideras que el destino del ser humano está escrito en un gran libro, cuando tienes miedo de ir al infierno, cuando otros toman decisiones por ti y tú ni te das cuenta. Cuando crees ciegamente en las promesas en tiempos electorales. Cuando crees que lo que te dan gratis no tiene costo. Un pueblo dormido siempre será vencido.
11. La vida misma es un sueño, dijo el poeta Calderón De la Barca. Y si es así, entonces todos estamos dormidos y soñamos lo que somos. El rey que es rey y se la pasa mandando. Yo sueño que estoy aquí en este cuaderno escribiendo y borrando. Y sueño que en publicaciones sencillas o rimbombantes mi nombre y apellidos vi. Y si es así entonces nos gusta soñar. Despertar es estar alerta a lo que sucede.
12. Seguimos con la misma canción del inicio: "... A quién le importarán/ tus deudas y tus deudores/ o los achaques de tus mayores./ Así reviente el señor de miedo y de soledad,/ con Dios, ciudadano, ya te arreglarás./ Y se amontonan y se hacinan/ encima, enfrente, abajo, detrás y al lado./ En amargas colmenas los clasifican,/ donde tan ignorantes como ignorados/ crecen y se multiplican,/ para que siga especulando/ con su trabajo, su agua, su aire y su calle/ la gente encantadora... los comediantes/ que poco saben de nada, nada de nadie, y son/ ciudadanos importantes./ Hijos predilectos,/ científicos admirados,/ tiernos poetas galardonados,/ intermediarios, ciempiés,/ políticos de salón,/ y nueve de cada diez, estrellas, no son."
Comentarios
Publicar un comentario