De la pared al pastel

1. A veces me pongo nostálgico y me echo un clavado al pasado. Y miro tres libros en el estante, apartados de los demás. Cada uno tiene su historia propia, como si fueran personajes-objeto. Yo sé que no son los más importantes en literatura, porque habrán otros que se defiendan mucho mejor por sí mismos. Estos tres son "Antología de poesía", de Ernesto Cardenal, que por cierto tiene tres hojas blancas arrancadas, las del inicio. "Cancionero", de Joan Manuel Serrat, y "Nuevo recuento de poemas", de Jaime Sabines.

2. Una mosca miro en la pared. Antes anduvo rondando mi cabeza. Su bis bis en mi oído me hace perder la paciencia. Y me levanto con matamoscas para acabar con ella. Y la mato de un solo golpe por lo certero. En ese instante me doy cuenta que la pared es el suelo donde piso y camino. Que yo tomo café y lo acompaño con un pedazo de pastel. Que hay otros matamoscas que otros blanden para acabar conmigo.

3. Esperanzado me echo un viaje al futuro. Y tengo dos rutas: la de las utopías por (no) cumplir en los años del porvenir, o la del fin de la especie humana, donde continuamos en el deterioro de la naturaleza, sometimiento a nuestro ego de creernos lo mejor en lo racional destructico de todas las especies, aún cuando ya esclavizamos, ya metimos al zoológico a muchas de ellas, ya domesticamos para nuestro beneficio a otras hasta que las nulificamos en su esencia o las reventamos en el trabajo.

4. A veces me quedo inmóvil como planta sintiendo solamente mi respiración, dejando atrás los pensamientos, concentrándome en esta energía que somos, en este palpitar del corazón como tambor africano percutiendo en un ritmo de 60/120, que se acelera cuando la ausencia del café, cuando el roce pedernal de lo anhelado se aleja cada vez más como un tributo a lo de nunca más, a lo de "por siempre" fue apenas un instante como el rayo que alumbra y desaparece.

5. Muchas de las veces voy de prisa. Tanto así que pasé de la niñez a esta edad de las quejumbres, aunque no me quejo, al contrario agradezco por estar donde estoy, por ir a donde voy y por pensar en lo que pienso. Si apenas ayer consideraba que somos el lenguaje que usamos, y el lenguaje sin uso no tiene ninguna razón de estar en la existencia. Si los límites de la existencia humana se circunscriben en besos, versos y palabras. Miro atrás y veo el camino recorrido. Y me parece un sueño este paso por la existencia donde aún trafico por caminos mil veces trillados.

6. "Nunca fuiste original" se le dice aquel que repite los afanes de las generaciones anteriores, como si usar un lenguaje que usaron otros no fuera dentro de ese aprendizaje total con sentido en las repeticiones para que queden en la memoria colectiva y continúe en función de la existencia humana. Si solo hay cuatro temas aunque olvide uno de ellos: amor, muerte, vida. Y de allí solo son variaciones, repeticiones y combinaciones. A veces echo a volar el cometa guardado desde la infancia. Y siento en mí el viento, siento en mí la fuerza que ejerce en la resistencia del cometa contenido por mi fuerza atado con el hilo, como en la vida queremos volar alto pero solo somos el cometa que alguien en alguna parte detiene, solo que a veces ese hilo se revienta y nos damos de bruces en un acantilado, pared de montaña o nos deshacemos en el agua del arroyo o laguna cercana. Que hasta eso no llegamos a alta mar.

7. A veces busco entre los libros algo que me de pistas de mi pasado y las relaciones con los demás. Y encuentro un separador, palabras o cifras escritas en los márgenes de las hojas, algún subrayado en versos o palabra sola, un pétalo seco, un boleto de autobús, un ticket de compra, una carta o recado de alguien que no recuerdo ni aún leyendo el nombre. Mi madre no escribía pero dejó huellas como migas de pan para encontrarnos en el camino del recuerdo y la añoranza.

8. A veces me imagino piedra que el agua arrastra en el río y se va puliendo hasta que finamente se quiebra y quedan esquirlas que con el tiempo quedan enterradas o se unen a otras y forman de nuevo una parte del mundo. Piedra solo que busca ser usada para ser lanzada contra las razones esgrimidas como certezas que engañaron a los bobos de siempre, y a partir empezar de nuevo sin agradecerle a la piedra que haya puesto las cosas en el lugar que corresponde. Una pira si, necesaria, donde ardan los tantos engaños. Y a buscar el que decida esto sí se quema, esto no. Y a empezar de nuevo con ese dilema.

9. A veces me siento solo huesos, carne y vísceras que funcionan de manera automática como queriendo decir movidas por algún motor primero que no tiene rostro ni nombre y su presencia es su consecuencia, sin antecedentes. Me muevo, alguien me mueve, y es quien nadie mueve. Solo huesos, carne y vísceras que va en ruta hacia el polvo, pero mientras tanto en esa unión con energía se une a otros en la esperanza de encontrar razones que justifiquen la existencia. Solo el pensamiento mueve, pensamiento que ha de unirse al pensamiento universal algún día.

10. A veces es domingo o jueves. O cualquier día de la semana. Yo me desvelo buscando lo que no he perdido. Y encuentro palabras de otros que me alientan, y las reconozco como propias en tanto las entiendo como propiedad colectiva. Y mientras esto escribo miro la mosca sobre un pastel. La existencia sigue como un fluir de río que a la mar se dirige. 




 

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