Detened

1. Las imágenes de destrucción y muerte en Gaza dan la vuelta al mundo. En la franja de Gaza del país Palestina hay una matanza a los ojos de todos. No es una guerra, es genocidio franco y llano. Y más allá de interpretaciones históricas, que van de un bando a otro (con sus sesgos correspondientes), está abiertamente como río el derramamiento de sangre de la población civil que no tiene otra opción más que enfrentar con piedras y resorteras o con el cuerpo mismo a las balas, bombas y misiles lanzadas por Israel.

2. Ante todo este derramamiento de sangre los estudiantes de varias partes del mundo alzan la voz a capela o con megáfonos en contra de la guerrera Israel, país que se alimenta de sangre. Y levantan barricadas en las universidades de Estados Unidos: cantan con sus guitarras canciones de paz, dicen discursos de paz, leen poemas de concordia y amor. Claro, porque son estudiantes. Y escuchan y leen y no creen las mentiras y patrañas de la propaganda pro israelí que publican los principales diarios occidentales afines al gobierno asesino.

3. Es claro: las balas no podrán nunca contra las guitarras. Los poemas no podrán contra los cachiporras y macanas. Los libros no podrán contra los gases lacrimógenos. ¡Vaya, los versos, los abrazos y besos no podrán contra la lluvia de misiles! Pero asimismo la sinrazón nunca podrá contra la razón, aunque se imponga por la fuerza de los votos en la ONU, y con las cobardes abstenciones o con la amenaza de sanciones. ¿Qué hace esa pérfida organización multilateral ante los asesinatos en masa de Israel?

4. Miro las imágenes en la televisión sobre desalojos de campus universitarios en Estados Unidos. Sus estudiantes -EEUU país históricamente de inmigrantes ingleses, latinos europeos y americanos- han hecho y hacen valer su conciencia y se han levantado para exigir un alto al fuego, y que sus universidades no comercien con compañías pro israelíes. El gobierno les echa la policía rabiosa y los perros amaestrados como si los jóvenes esperanza de la humanidad fueran delincuentes, como si fueran matones, como si fueran traficantes de drogas (aunque con ellos realmente no lo hacen).

5. Sabemos la industria armamentista financia las guerras vendiendo a ambos bandos el armamento. Y esta industria poderosa y apocalíptica, industria de la muerte, financia partidos políticos para tener diputados, senadores, gobernadores y presidentes de la república. Tienen sus cabilderos en las cámaras de representantes. Y desde allí promulgan leyes que favorecen dicha industria y detienen iniciativas que tratan de detenerlas.

6. Pero vuelvo a los estudiantes de todas las universidades del mundo. Si todo está podrido y se sigue pudriendo con el visto bueno de los intereses de las industrias de la muerte (guerra, comida chatarra, automovilística y contaminante), los estudiantes nos devuelven al esperanza. Y parafraseando al guardia Marcelo en Hamlet, digo categóricamente que gracias a los estudiantes del mundo y por ahora de Estados Unidos: "no todo está podrido en Dinamarca". 

7. Y miramos por los cuatro puntos cardinales las imágenes de la represión contra los estudiantes en el país que se autonombra de la democracia y las libertades. Lo mismo sucede en California que en Nueva York. Lo mismo en estados tradicionalmente de derecha y ultraderecha, como en universidades tradicionalmente de ideas liberales, que las hay. Estados Unidos es un país con población multirracial, multiétnico, y por supuesto con ideas de todo el espectro político. Solo que quienes dominan son los de derecha, a veces extrema y otras veces mucho más extrema. Por eso les asusta todo lo que huela a derechos sociales, a democracia e igualdad. Y lo relacionan con comunismo.  Por eso allí agazapado siempre está y de vez en cuando aparece el anuncio de manera abierta o encubierta que "un fantasma recorre el mundo..."

8. En carolina del Norte, ¡que vivan los estudiantes! Lo mismo que vivan en la Universidad de Salt Lake, en Utah; lo mismo en la Universidad de Madison en Wisconsin; y en las estatales de Texa y Ohio. Y que vivan los estudiantes de todas las universidades en la mitad de  Estados Unidos. Y que despierten los estudiantes en las universidades de la otra mitad. Porque no están haciendo la guerra, están desnudando a su gobierno halconero y a los que los patrocinan desde las catacumbas de Wall street, Londres y Washington. 

9. Más o menos dice así el inicio del Manifiesto Comunista,  ese gran documento que genera ronchas, hematomas, sentimientos encontrados, y despierta la furia de los acomodados de siempre y sus capataces, sean gobiernos criollos o imperiales:  "Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las potencias de la vieja Europa se han unido en una Santa Alianza para acorralar a ese fantasma: el Papa y el Zar, Metternich y Guizot, los radicales de Francia y los polizontes de Alemania. ¿Qué oposición no ha sido acusada de comunismo por sus adversarios en el Poder? ¿Qué oposición, a su vez, no ha lanzado a sus adversarios de derecha o izquierda el epíteto zahiriente de comunista?..." Y lineas más adelante dice: "...La historia de toda sociedad hasta nuestros días no ha sido sino la historia de las luchas de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, nobles y siervos, maestros jurados y compañeros; en una palabra, opresores y oprimidos, en lucha constante, mantuvieron una guerra ininterrumpida, ya abierta, ya disimulada; una guerra que termina siempre, bien por una transformación revolucionaria de la sociedad, bien por la destrucción de las dos clases antagónicas.

10. Pero no os asustéis fantasmas vivientes de los gobiernes pro israelíes. ¡No es el comunismo el fantasma que recorre las universidades del mundo! Es el sentido común de los estudiantes (¡Que vivan!); son los conocimientos que están aprendiendo en casi todas las materias (¡Que vivan!); son los valores de familia y de la verdadera región (¡que vivan!). Es la lógica y la coherencia (¡Que vivan!). 

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