Teatrino
Me escribieron un guión para mi nombre y destino. No habrá ensayo, me dijeron. Debe salir a la primera. Y desde entonces salgo a escena. Las circunstancias van escritas. Y todo en escena de lo necesario. Cuando reí, no era el momento. Y a veces callé o hablé, cuando era preciso hacer lo contrario. Y al levantarme miraba la risa de los asistentes. Había invierno. Hambre. Y hubo de robar un saco verde y un pan. Disfruté en casa el arroz con leche y las tortas de camarón. Nunca por cierto me daba a pesar del temor ganas de salir de escena. Lo menos que hacía era esconderme en mi habitación y dormir para soñar. Cambiaban las estaciones. Y el pronóstico del tiempo nunca fue el adecuado a la escena. En fin que un día pareció permanente la primavera. Lo saturado del verde en el follaje. Y supe de los besos en los besos mismos. Y del amor como algo esplendoroso. Y escuché los aplausos como si representara bien este papel que en destino me ha tocado. Quisiera representar el papel de actor. Compositor de música. Faquir. Mago. O corredor de bicicleta. Y me quedo aquí mirando la pantalla. Para escribir. Miro el reloj. Va llegando la hora de salir de escena. Dejar este papel. Y sonreír. El teatrino va quedando en la oscuridad. De poco a poco.
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