Por eso

Por eso, cuando yo quedo, en suspiros por la nueva vida, tomo una hoja seca arrastrada por el viento, su ocre color, y la humedezco, para esperar el milagro. Hay polen adherido. Y a veces suceden cosas que ni yo mismo creo. Brilla, sí brilla, como si tuviera nueva vida. Por eso me adelanto a las circunstancias, cierta lógica, la experiencia. Y sigo en camino con olfato para la aventura. Menester fijar algunas circunstancias, entonces escribo, doy señales de lo interno, emociones al caso, decisiones o desilusiones, o externas, como boleto sin número de asiento, sabrá Dios la compañía. En fin, no se da parte del todo, solo de algo en específico. La otra vez escribí sobre los tiempos. Me da por reflexionar sobre la muerte, esta viva soledad que me abraza grandilocuente. Se ha ido una gran persona, en las mismas circunstancias sin o con fama; sin o con dinero. Para variar, el caso es el mismo. Hemos de irnos como pretexto sin despedirnos. Por eso, suspirar es razón suficiente de amores con esperanza. Si no qué cosas.

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