Contrato

No era la ruta, un contrato. Pero no basta. No es la ruta. Contrato para utilizar el campo en el estadio. Para definir el uso de las notas musicales. Vocales y consonantes. No basta el contrato para el uso de las alas o el agua transparente. No basta el viaje todo pagado ida y vuelta. El cosmos nada sabe de eso. Ni le importa. No bastan las acciones de domingo en las iglesias. O los céntimos para el donativo. O los reiterados golpes de pecho. Todos ustedes son culpables. No basta el hambre saciada. El chapuzón dominguero y los discursos de paz. No basta sembrar un hijo, hojear un árbol, procrear un libro. Humus, humo solo. Distractor en la fiesta del domingo. No basta un diccionario, con eso de las palabras. O el manual de los buenos hábitos. Tenemos memoria. Y facultad de olvido. Pétalos y mañanitas para la nueva vida. Rocío. Juez y parte. Los contrato solo son seguros de la especie. Que al individuo poco ayuda. No estábamos. Estamos. No estaremos. No era la ruta. Júbilo de martes. Alas de cartón. Fuego. Donde se firmó contrato. Fuimos lógica de las emociones. Y no dormir sino soñar. No respirar sino suspirar. Allí sí podemos entrarle a un contrato en el aire o agua firmado. Arena.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

De cartas

¿Por qué así, señor periodista?