Los nombres

Tantos nombres para tantos. Desde el principio de la historia. Jugar destino con dar palabra de origen cierto o incierto. Nombrar al recién nacido por día calendario. O por tradición perpetuar los nombres. Buscar en los libros algo que nos guste e imaginar que ese gusto de moda será eterno. Y cada persona tiene en la mente nombres de santos, de compañeros, de amores perdidos, de amores imposibles. Nombres y más nombres. Los propietarios y los esclavos tuvieron sus nombres propios. As{i como la servidumbre de los señores feudales. Más nombres en las páginas de sociales y en las notas rojas. Acuñado el nombre queda  grabado para no soltar prende de a quien nombra. Nombres escritos en papelitos guardados. En cartas amorosas. Nombres anónimos y públicos En portadas de libros. Nombres que lleva el viento y polvo. Que recuerdan una cena, un baile, un cine. Nombre que guarda relación con algarabía y emociones traídas al presente para vibrar de nuevo corazones. Nombres para la reverencia y el hastío. Nombres que nos mueven a cantar y soñar. A derramar dos lágrimas cortadas. Llanto de cocodrilo. Nombres en sueños  y epitafios. Nombres pronunciados en silencio o gritados. Y cuya descendencia del difunto tiene también los nombres y apellidos. Yo en todo tiempo pronuncio mi nombre y el tuyo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

De cartas

¿Por qué así, señor periodista?