Pan suave

Porque es suave el pan tibio de tu sonrisa. Las alas, libres para el vuelo, son  los sueños imposibles que la realidad posibilita. De tarde en tarde o de madrugada, el viento. Viene a velocidad rauda. Y las canciones del miedo y los desastres. Porque no hay dique para el viento ni la imaginación. Tiempo de espera. Compás rítmico al movimiento del péndulo. Café dibujado o virtual. Aromático. Porque es pozo de agua la boca que nombra por primera vez las cosas sin nombre. Aquí pasó un tren. Por acá una gitana. Habitamos en soliloquio el destino. Aparece entonces la señal esperada. Se escriben versos para el mercado. Tanto tienes, tanto salves. El peso de la historia se determina en el camposanto. A ras de tierra encajada la cruz. Una pequeña iglesia de loseta y mármol. Y música continua. Hay otros datos inscritos. Aquí estuvieron la vanidad y el odio. Y el sueño termina porque empieza otro. Porque eres suave como canto de pájaros muy de mañanita. Para beber de mil maneras el rocío.

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